ENERGIA DEL MAÑANA ¿POR QUÉ NO AHORA?

ENERGIA DEL MAÑANA ¿POR QUÉ NO AHORA?

Desde los inicios del proceso de industrialización de la humanidad, el hombre ha intentado usar al máximo los recursos a los que tiene acceso para lograr que todo sea más fácil y poseer las mayor riqueza posible; como consecuencia nos hemos aprovechado más de la cuenta de la hospitalidad de la tierra que nos da todo, hemos explotado irracionalmente nuestros recursos, contaminado el agua, el aire, los suelos, y por esto, dentro de poco toda la vida como la conocemos no volverá a ser igual, es más, ya en los últimos años podemos observar cómo han cambiado los paisajes, el clima, la vida en general. Hoy, la humanidad hace todo a partir del petróleo, y es esta dependencia y los grandes monopolios de esta principal fuente de energía, lo que le impide al mundo tener un desarrollo sostenible y la búsqueda y uso de energías alternativas que ayuden a frenar el cambio climático para echar reversa a todo el daño que se hemos causado.

Aunque hace años se sabe que las reservas naturales de petróleo tienen fecha de caducidad, la dependencia del petróleo es total en prácticamente todos los países del mundo, sin petróleo la economía mundial se paraliza, no hay materiales plásticos, lubricantes, asfalto, fertilizantes químicos, entre otros, pero sobre todo el transporte de personas, alimentos y productos es imposible. La Energy Information Agency publicó en porcentajes el uso actual del petróleo, los datos más relevantes son: el 47% corresponde al combustible que consumen los vehículos de carretera, el 22% se destina a combustible para barcos y maquinaria pesada (gruas, excavadoras, industria, centrales eléctricas, etc), el 8% es utilizado para combustible para aviación, tanto civil como militar, el 2% corresponde a todos los productos químicos que se producen a partir de petróleo; incluyendo plásticos, abonos químicos, medicamentos, los datos son para USA, pero son extrapolables a todo el mundo desarrollado, aunque cabe aclarar que es este país el que mantiene alrededor del 2% de las reservas de petróleo del mundo, y sin embargo consume el 25% de la oferta.

El precio del barril de petróleo no deja de subir día a día, la escalada ha sido tal que está afectando a toda la economía mundial, esto es causado entre otros factores, por la misma dependencia que el mundo tiene del petróleo la cual provoca conflictos y guerras, generando inestabilidad en las zonas productoras; y si sube el precio del petróleo, como consecuencia se produce una inflación general de todos los precios.

Por otro lado, la creciente demanda de petróleo está alimentada por una población que se prevé que aumente un 25% en los próximos 20 años, lo que pone presión sobre los suministros de energía; tal es el caso en el mundo occidental, ya que la gente conduce sus coches más cada año y viven en casas más grandes que están equipados con un arsenal cada vez mayor de energía que demandan los electrodomésticos y la electrónica. La Revista Estadística de Energía Mundial de 2007 calculó la proporción entre reservas de petróleo y producción, la vida útil esperada de las reservas ubicadas en Oriente Medio sería de 79,5 años, la de Latinoamérica de 41,2 años y la de Norteamérica de tan sólo 12 años; llegando a la conclusión de que si se mantienen los niveles actuales de producción, y siempre que no se descubran nuevas reservas de petróleo, las reservas existentes se agotarán en 40,5 años.

Consumir sin límite recursos naturales que son finitos, es inviable tanto económica como ecológicamente, ya que en primer lugar las materias primas cada vez serán más caras y en segundo lugar el hecho de destruir fondos marinos, bosques y cualquier ecosistema para obtenerlas está acabando con el equilibrio climático del planeta y eso afecta a todas las personas y evidentemente a todas las economías. «Si se cuantificara la energía del petróleo en términos económicos reales, es decir, si a su precio se le añade el de los presupuestos destinados a paliar los desastres ecológicos que provoca, la energía de combustibles fósiles no sería tan rentable y el resto tendrían más posibilidades» dice Carlos Alejaldre, director del laboratorio de fusión nuclear del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat).

En lo que respecta al medio ambiente, muchas de las operaciones de la industria petrolera han sido responsables de la contaminación del agua debido a los deshechos o productos derivados del refino y por derrames de petróleo; y por el lado de la contaminación del aire, la combustión del petróleo y sus derivados producen gases de efecto invernadero y otros contaminantes que incluyen entre otros, compuestos orgánicos volátiles, metales pesados, óxidos de nitrógeno y dióxidos de azufre; estos dos últimos son los principales causantes de las lluvias ácidas, ya que al ser solubles en agua, cuando llegan a la atmosfera la acidifican, cayendo en la lluvia y nieve, entrando estos gases en el ciclo global del agua en la biosfera. En los países desarrollados de Europa y Norteamérica las lluvias ácidas han destruido millones de hectáreas de bosques, han envenenado ríos y lagos trayendo como consecuencia la pérdida de diversidad biológica.

El nivel alto de partículas indica la mala calidad del aire y esta calidad depende del nivel de la tecnología y el trabajo en el control de la contaminación para un país dado, son consecuencia del irrespeto de los ciudadanos y los gobiernos respecto al medio ambiente. En muchos pueblos y ciudades la exposición a la contaminación del aire es la amenaza principal del medio ambiente a la salud, conllevando a diferentes tipos de enfermedades respiratorias crónicas; las ciudades más contaminadas son Beijing (China), Calcuta (India), Ciudad de México (México), Jakarta (Indonesia), Teherán (Irán), Manila (Filipinas) y Los Ángeles (California USA). En estas ciudades, ya se oyen recomendaciones a la población a través de los medios de comunicación como: “…Mientras se mantengan los altos valores de contaminación del aire, suspender las actividades deportivas, cívicas, de recreo u otras al aire libre, usar tapabocas, evitar que ancianos y niños salgan…”

Por otra parte, los Intereses políticos y económicos creados en las multinacionales petroleras y la industria del automóvil evitan que se desarrollen fuentes de energía alternativas, impidiendo la realización de toda acción en pro de bajar el precio del petróleo, el consumo de combustible y reducir la emisión de contaminantes por parte de los fabricantes de vehículos automotores; mientras que los autos de combustión son bien protegidos, luego de poner de forma exitosa en circulación vehículos eléctricos o de hidrogeno,

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