ENSAYO: EL ROL DEL EDUCADOR AMBIENTAL EN EL ÁMBITO SOCIAL COMUNITARIO
johanaycarlosEnsayo27 de Mayo de 2016
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ENSAYO: EL ROL DEL EDUCADOR AMBIENTAL EN EL ÁMBITO SOCIAL COMUNITARIO
PRESENTADO POR: LENIS AUGUSTO AGUDELO FLÓREZ
DOCENTE: ESP. LUZ ANGELA GIRALDO VILLA
FECHA: 28 DE SEPTIEMBRE
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
ESPECIALIZACIÓN EN EDUCACIÓN AMBIENTAL
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MEDELLÍN
2007
EL ROL DEL EDUCADOR AMBIENTAL EN EL AMBITO SOCIAL COMUNITARIO
La educación ambiental como instrumento necesario para la gestión del medio ambiente en función del trabajo comunitario, se organiza y desarrolla mediante un enfoque interdisciplinario propiciando en los individuos y grupos sociales el desarrollo de un pensamiento analítico, que permite la formación de una visión sistémica e integral del medio ambiente, es así como los educadores ambientales asumen un rol importante en el ejercicio de sensibilización y comprensión de las dinámicas sociales, políticas, culturales y naturales, en las que los procesos que a diario el contexto le presentan son el escenario propicio para generar intervención.
En este sentido se presentan a continuación algunas consideraciones importantes e idóneas que en el trabajo comunitario deben ser transversales al desarrollo de la educación ambiental, como lo son las metodologías y técnicas para su abordaje, la valoración de las comunidades, la importancia de la comunidad en los procesos de desarrollo, la conceptualización como elemento para entender el contexto y la educación ambiental como instrumento para la gestión comunitaria, con el fin de analizar la importancia que los procesos sociales articulados al conocimiento técnico, generan en función de un entendimiento holístico de lo que significa entender, participar y transformar la realidad ambiental.
Para tener mayores comprensiones con respecto al papel del educador ambiental en el ámbito comunitario, es preciso partir de la definición de educación ambiental que la política Nacional de Educación Ambiental hace, en la que se argumenta:
“La Educación Ambiental debe ser considerada como el proceso que le permite al individuo comprender las relaciones de interdependencia con su entorno, a partir del conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política, económica y cultural para que, a partir de la apropiación de la realidad concreta, se puedan generar en él y en su comunidad actitudes de valoración y respeto por el ambiente. Estas actitudes, por supuesto, deben estar enmarcadas en criterios para el mejoramiento de la calidad de la vida y en una concepción de desarrollo sostenible, entendido éste como la relación adecuada entre medio ambiente y desarrollo, que satisfaga las necesidades de las generaciones presentes, asegurando el bienestar de las generaciones futuras. El cómo se aborda el estudio de la problemática ambiental y el para qué se hace Educación Ambiental depende de cómo se concibe la relación entre individuo, sociedad y naturaleza y de qué tipo de sociedad se quiere”[1].
Así mismo dar algunas acepciones frente al término comunidad Según Ezequiel Ander Egg, “cuando se habla de comunidad, el término designa una localidad o área geográfica: se trata de todas las definiciones que tienen primordialmente en cuentas los límites geográficos o la influencia de los factores físicos sobre las relaciones sociales. También se habla de comunidad para designar la estructura socia de un grupo, estudiándose las instituciones del mismo y los problemas de los roles, estatus y clases sociales que se dan en su interior, en este caso, la comunidad es considerada como un conjunto de relaciones sociales”[2].
Desde esta perspectiva de definición de términos, si bien se busca dar precisión, la realidad pone de manifiesto que existe una amplitud relativa a lo que ello significa, por eso vale la pena reconocer que es importante ir mas allá y entender que tanto la educación ambiental como la comunidad constituyen un entramado de relaciones, en la que se median intereses, objetos y sujetos, que ligados a procesos culturales, económicos políticos y naturales permiten un intercambio, que puede definirse como sistémico, por ello es algo que no es estático sino en continuo movimiento, en continua interacción, donde la alteración de uno de los elementos interrumpe el orden de todos. Así mismo este análisis suscita a pensar que la comprensión de lo que nos rodea, es decir entender el territorio, la nación y el entorno va más allá de definiciones, por que la realidad es cambiante y en estos cambios es donde el educador ambiental entra a ser actor clave como impulsor, motivador y agente sensibilizador, donde finalmente, tangible o intangiblemente espera cambios y transformaciones, que van de lo simple a lo mas complejo.
Las metodologías y técnicas, elementos que facilitan el camino…
La educación ambiental, a lo contrario de lo que muchos piensan nos es algo tan simple, aunque aportarle a esta parta de lo simple, es en este planteamiento donde se puede hacer un interrogante ¿Cómo hacer para que la educación ambiental tenga una introyección en las comunidades? Pues bien, hoy día muchas comunidades, instituciones y demás grupos sociales han ido generalizando un lenguaje o más bien una queja común calificando el estudio de procesos sociales, caracterizaciones, diagnósticos , entre otros, como situaciones que solo favorecen al investigador o interesado en la información, dado que se sienten “cansados de ser diagnosticados” y en parte pueden haber razones suficientes, sin embargo la conducta de algunos no puede llevar a todo u n proceso o intención a pensar que así es y por lo menos a caer en lo mismo, por ello el reconocer la importancia de la interacción con las comunidades debe partir de un compromiso ético donde la información que de ellas se despliega, si bien es para generar procesos, no debe dejar a un lado que es de ellas y que merecen conocer y disponer de esas informaciones para gestar proyectos y acciones que redunden en su propio desarrollo. Es así como el valor del diagnóstico tiene fuerza en el ámbito social y comunitario al momento de articular elementos ambientales y otros de carácter técnico, dado que se busca propiciar integralidad en los procesos, por ello “debe ser una unidad de análisis y síntesis de la situación-problema que sirve de referencia para la elaboración de un programa de acción. Consecuentemente, en el diagnóstico se debe hacer una descripción de los elementos y aspectos integrantes de una realidad que es motivo de estudio. Pero al mismo tiempo, hay que establecer la interconexión e interdependencia de los mismos, de modo que las partes queden estudiadas como constituyendo un todo estructurado e indisoluble”[3]
Debe ser una herramienta útil para articular la educación y demás procesos a un ámbito investigativo, transformador y ante todo inclusivo, que genere corresponsabilidad, autogestión y participación. De igual forma en este proceso de estudio y análisis de la realidad que denominamos diagnóstico se entrelazan elementos que posibilitan tener un acercamiento y un conocimiento certero para lo cual se desatacan formas de captar la información y a partir de ello lograr procesamientos que dan cuenta de la realidad. En esa dirección se resalta el papel de las herramientas y técnicas participativas, las cuales aportan significativamente a mejorar, introyectar y a apropiar elementos, comprensiones, situaciones y problemáticas socioambientales, dado que cada comunidad es diversa, cada una tiene sus propios códigos, formas de actuar, idiosincrasia y maneras de manifestarse, en este sentido tener en cuenta los diferentes grupos poblacionales, el sistema de valores, sus normas, conductas y las cosmovisiones que cada una tiene sobre el mundo que les rodea, es fundamental para poder centrar la acción educativa de forma pertinente, para que de este modo se puedan generar cambios significativos en torno a lo que esperamos transformar o comunicar. Las herramientas y técnicas que inicialmente se han considerado como instrumentos meramente sociales, hoy día se articulan al saber técnico para generar nuevas formas participativas y para canalizar de manera efectiva la información, además van más allá del activismo, por que ante todo deben ser propiciadoras de la reflexión.
Desde este planteamiento estas herramientas y técnicas metodológicas se necesitan para realizar un trabajo articulado, para fomentar la educación y concientización a nivel comunitario, mediante la participación efectiva de la comunidad en la toma de decisiones y el desarrollo de procesos de autogestión orientados a la protección del entorno y la elevación de la calidad de vida de los seres humanos.
Importancia de la comunidad en los procesos de desarrollo
Es innegable que el origen principal de la problemática ambiental se encuentra en
la conducta humana. La falta de información, conciencia y capacidad, se constituyen en las principales causales de la inadecuada respuesta social. No se debe entonces sucumbir a la lógica del progreso a toda costa, y si bien se deben defender los recursos naturales, será para considerar su uso y aprovechamiento en el marco de un proceso de desarrollo que garantice también la disponibilidad de los mismos para las generaciones futuras. Existen varias formas de llevar a cabo esa defensa; un instrumento fundamental; entre otros, es la educación ambiental, es en esta donde ese daño o alteración que el ser humano genera cada día con mayor intensidad, debe llevarlo a la reflexión sobre su rol y responsabilidad con respecto a la protección del mismo. Es así como se reconoce ese gran valor que las comunidades tienen en ejercer esas acciones que promuevan la cultura, respeto y protección por el ambiente, dado que es un daño que cada vez repercute más sobre su bienestar y en el equilibrio de lo biótico y abiótico, en sus relaciones y en su manera de garantizar bienestar a futuras generaciones.
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