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ENSEÑAR LAS CIENCIAS SOCIALES


Enviado por   •  27 de Mayo de 2019  •  Ensayos  •  2.195 Palabras (9 Páginas)  •  81 Visitas

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INTRODUCCION

Al iniciar presente trabajo me ubico en el lugar de lector y critico sobre “Enseñar Ciencias Sociales” de Silvia Finocchio. En primer lugar me planteo como interrogantes el como, el porque y para quien debo enseñar esta disciplina. En principio intentare interpretar el conocimiento  y la importancia de las Ciencias Sociales dentro del contexto histórico y presente para encontrar explicaciones de la realidad actual, social e institucional, a nivel local, nacional, latinoamericano y mundial, posibilitando la proyección a futuro de la humanidad y la relación entre los sujetos que la conforman, estableciendo una relación significativa entre pasado, presente y futuro como así también en la de ciencia, educación y realidad. Es necesario reconocer la importancia del conocimiento de las Ciencias Sociales, el como abordarlas y/o profundizarlas en relación con la comprensión del presente y la proyección a futuro.

DESARROLLO

La autora hace referencia fundamentalmente en comparar ideológicamente las diferentes concepciones de las corrientes positivistas; antipositivistas y de los nuevos enfoques, y los marcos conceptuales y actitudinales que se utilizan hoy en las escuelas, teniendo presente el marco epistemológico, el marco metodológico y la caracterización de sujeto, tiempo y espacio para cada una de ellas haciendo énfasis en la concepción de las mismas en la enseñanza de las Ciencias Sociales.

Se plantea la necesidad de comprender y transformar desde una posición crítica a las prácticas positivistas en la enseñanza de las Ciencias Sociales en las escuelas de hoy, partiendo de la idea que esta corriente surge como un pensamiento filosófico en Francia en siglo XIX, de la mano de los pensadores franceses Saint – Simón y Augusto Comte, fundamentando como único y autentico conocimiento, el conocimiento científico sustentado en la observación y en la experimentación.

Estos pensadores sostenían en su teoría que todo lo que ocurre responde a un orden natural que hay descubrir, conocer y aceptar, asignándole un papel central al objeto de conocimiento negando la intervención del sujeto en la construcción de aquel, los hechos son ese objeto de conocimiento y esos hechos debían ser observados y  posteriormente ordenados, ardua tarea la del investigador. También el positivismo supuso la existencia de un conocimiento libre de valores, neutral y objetivo en el cual el sujeto debía abstenerse de aquellos; haciendo referencia a una generalidad y universalidad del conocimiento para todos los sujetos intervinientes.

En las practicas docentes y en el proceso de aprendizaje de los alumnos, el sujeto solo es un erudito observador, contenedor de conocimiento y receptor de los mismos sin la posibilidad de plantear hipótesis, cuestionamientos o criticas, tanto a los hechos propiamente dicho como a las fuentes en donde se fundamentaron aquellos. De ahí que los docentes de Ciencias Sociales reproducen a sus alumnos en las escuelas, los hechos de manera sistemática, ordenada y cronológica sin tener en cuenta el análisis, los procesos y el contexto histórico propiamente dicho; logrando que los alumnos memoricen y repitan el conocimiento transmitido como una verdad sin posibilidad de cuestionamiento alguno.

En el aprendizaje de las Ciencias Sociales para esta corriente intervienen tres sujetos; el científico, que es quien investiga; el docente que es el que enseña y el alumno que es el que aprende, estos actores sociales intervinientes quedan excluidos de la posibilidad de pensar, explicar e interpretar los hechos y la realidad en la que sustentan los mismos. De ahí, es que podemos inducir que el docente se abstrae en el proceso de intervenir en el asunto de pensar y por ende sus alumnos solo acuden a la posibilidad de memorizar y de repetir conceptualmente lo receptado.

Bajo este marco, la doctora Silvia Finocchio, manifiesta que mientras los docentes en el área de las Ciencias Sociales sigan transmitiendo bajo este marco de conocimiento cargado de subjetividad nos privaremos de receptar un enorme caudal de ideas, como así también de plantear cuestionamientos que nos permitan explicar e interpretar la realidad de los hechos y nuestra propia realidad.

En relación al marco metodológico la corriente positivista pone demasiado énfasis en las características que deben tener los pilares del conocimiento científico basándose fundamentalmente en los pasos del método científico, apoyado en el método utilizado por las Ciencias Naturales y atribuyendo que este debe ser sistemático, metódico, lógico y empírico. Así mismo establece que el método utilizado debe ser analítico, hipotético, empírico y deductivo partiendo desde la hipótesis y siguiendo por la recolección de datos, la contrastabilidad de los datos hasta llegar finalmente a la conclusión del tema abordado.

Teniendo presente lo precedentemente mencionado se puede establecer que para la corriente positivista la realidad se muestra como una totalidad, que puede percibirse y observarse ya que el objeto de estudio se impone a los individuos garantizando la objetividad y la verdad de los mismos. El Positivismo no se preocupa por el problema de la construcción de la teoría sino que se basa en la experiencia empírica de los hechos. De ahí que se induce que para el positivismo el objeto de la enseñanza de las Ciencias Sociales en la escuela media es la totalidad, sin la posibilidad de análisis. Los contenidos se enseñan en función del orden que se sigue en el curriculum, sin justificar los recortes ni la selección de los temas abordados, como así también el tiempo que se utilice para el dictado de las clases. Para esta corriente es importante la conceptualización y las memorizaciones de “cosas” sueltas y observables, dejando de lado la posibilidad de pensamiento.

Para el Positivismo los fenómenos sociales solo son descriptos, los sujetos solo están junto a los hechos y las sociedades podrán cambiar haciéndolo a partir del conocimiento. Ahora bien, se puede considerar que el tiempo histórico se reduce al de instrumento de medición, sin importar la duración, la relación temporal, la seriación causal o el cambio y la continuidad. El tiempo histórico es medible, representable y homogéneo, otorgándole una validez universal.

Para esta corriente el historiador debía establecer los hechos históricos a partir del documento, ordenarlos y exponerlos en forma coherente, siendo las fuentes la materia prima de la Historia y los acontecimientos el resultado de la elaboración. Esta forma de concebir el tiempo, promovió una visión estática de la Historia por lo que cada hecho histórico o cada recorte son externos al hombre.

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