EVALUAR PARA CONOCER, EXAMINAR PARA EXCLUIR

“EVALUAR PARA CONOCER, EXAMINAR PARA EXCLUIR”

En la viñeta se puede observar que el docente evalúa a todos sus estudiantes por igual, sin importar su diversidad cultural y demás factores sociales, creando así desigualdades en cuanto a sus ritmos de aprendizaje. En la expresión “para que la selección sea justa todos tienen que presentar el mismo examen por favor suban al árbol” dada por el docente en la viñeta, se puede evidenciar un acto de autoridad, en la que los estudiantes no participan en la toma decisiones, la cual los puede afectar o beneficiar, como bien lo expresa Juan Manuel Alvares en su escrito “Evaluar para conocer, examinar para excluir”, la evaluación debe ser un proceso de negociación, en la que se justifique dicha evaluación, su forma de llevar a cabo y el papel fundamental y responsable que tienen cada uno de los que intervienen en ella.

Es por esto que tanto el docente como el estudiante tienen una responsabilidad social e individual con su formación, ya que mediante la enseñanza y aprendizaje se debe demostrar la formación integral de personas, en la que el docente genere la capacidad de sus estudiantes ser críticos de su propio aprendizaje, al igual que despertar la curiosidad y el interés por adquirir el conocimiento; por lo cual, mediante la evaluación los estudiantes pueden poner en práctica sus conocimientos y a la vez  defender de manera crítica y argumentativa sus ideas, razones y saberes. En esta medida, es claro mencionar que los estudiantes deben tener conciencia de que ellos mismos tienen la mayor parte de responsabilidad en cuanto a su formación o aprendizaje.

Ahora en cuanto al término “selección” que emplea el docente, podemos inferir que existe un proceso de exclusión, en la que no se atiende a una “evaluación justa”; justa en cuanto a atender la diversidad cultural, ritmos de aprendizaje y la satisfacción de necesidades, intereses y capacidades de los estudiantes, de forma que alcance el máximo desarrollo de sus potencialidades.  Este proceso de exclusión lo podemos entender como el método o forma en que evalúa el docente, ya que no se interesa si sus estudiantes presentan dificultades o diferencias en su aprendizaje; por lo tanto Juan Manuel Álvarez menciona que la evaluación debe centrarse más en la forma en que el alumno aprende, sin descuidar la calidad de lo que aprende. Pero es ahí donde se evidencia la postura que presenta el docente frente a este gran reto en su momento de evaluar, ya que se interesa más por la cantidad de información o conocimientos que adquiere el estudiante y no por la forma o los obstáculos que se dan en esa tarea tan compleja de la enseñanza y aprendizaje.

Es necesario mencionar, que lo expuesto hasta aquí es de gran importancia, pero también debemos aclarar o mencionar el ¿Para qué? o el ¿Por qué? de la evaluación.

Cuando hablamos de evaluación, nos conlleva a una actividad muy compleja de realizar, pero nunca nos preguntamos ni reflexionamos el para qué de dicha evaluación, razón por la cual debemos atender nosotros como docentes, en el sentido de la disposición y actitud que presentamos ante esta actividad, ya que sin tener un objetivo o meta a realizar tendríamos un fracaso total en nuestra labor como docente. Por lo cual, lo único que estaríamos realizando es limitando las capacidades de nuestros estudiantes y no trabajando en pro de su beneficio y fortalecimiento.

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