Educacion Socialista
lupiz242 de Junio de 2013
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Por varias décadas la educación publica en México se ha tenido que enfrentar a diferentes problemas para comenzar empezare hablando sobre los jesuitas.
En México, una vez concluida la conquista militar, los españoles iniciaron la evangelización, tarea que los reyes de España pusieron en manos de diferentes órdenes religiosas, al considerar que tenían la autoridad moral y el empeño para realizar dicha obra. Entre ellos estaban franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas.
Al llegar a las nuevas tierras, los frailes percibieron que el cumplimiento de la misión espiritual para la que habían sido enviados requería ligarse a la educación, y por ello comenzaron a establecer algunos colegios, mismos que para operar
La obra de las congregaciones mencionadas dependía de las limosnas, donaciones y de su trabajo. Por esta razón, a su arribo a la Nueva España celebraban reuniones con las autoridades civiles y los miembros más adinerados de la sociedad, a fin de solicitar el apoyo económico que requerían para emprender la tarea.
Los primeros frailes se establecieron en las zonas habitadas mayoritariamente por indígenas, y debido a ello la Compañía de Jesús, última en llegar (1572), debió emprender la parte la fundación de misiones en el norte del país, una zona poblada en ese entonces por grupos nómadas, por lo que resultó poco atractiva para los misioneros iniciales.
Pero por otro lado, como habían sido llamados para iniciar lo que correspondería a la educación media superior, debieron ubicarse también en comunidades más grandes que contaran con residentes criollos, ya que educar a los hijos de españoles fue el objetivo de la solicitud inicial. Igualmente, porque en estos lugares se ubicaban las familias de mayores recursos económicos que, en teoría, podrían otorgar las limosnas y donaciones que este nivel educativo requería. Había que contar con maestros especializados en las cátedras a impartir, edificios, mobiliario, materiales y uniformes, entre otras cosas.
Las limosnas y las dotes de por vida, que cubrían un número determinado de colegiaturas, fueron la primera fuente de ingresos económicos para la obra educativa; sin embargo, no serían suficientes para dar la seguridad financiera que dicha tarea requería.
En cumplimiento de las exigencias sociales emanadas del movimiento revolucionario de 1910, los constituyentes de 1917 redactaron el artículo 3° inspirado en los principios de justicia social al consagrar la educación gratuita, obligatoria y laica, para que todo niño mexicano tuviera acceso a ella. Estos principios establecidos en la nueva Constitución era necesario que los pusieran en práctica y va a ser el gobierno del Gral. Álvaro Obregón cuando el país entra en la etapa constructiva y la educación recibe el impulso vital del intelectual revolucionario Don José Vasconcelos, que desde la Rectoría de la Universidad impulsa y fundamenta la idea de la necesidad de establecer una Secretaria de Estado que se encargue de la educación a fin de diseñar y administrar todo lo referente a la cultura que la sociedad del México posrevolucionario exigía.
La formación filosófica, religiosa, humanística y nacionalista de Vasconcelos se va a reflejar durante su gestión al frente de la recién fundada Secretaria de Educación Pública. Concibe su obra como una cruzada nacional que llevará al campo el evangelio de la educación. Inspirado en los religiosos del siglo XVI que realizan la conquista espiritual simultáneamente a la conquista militar, el campesino podría recibir la educación que la época exigía mediante el novedoso sistema de maestros misioneros itinerantes que se dispersaron y recorrieron miles de comunidades en donde era difícil recibir el influjo de la educación formal y de conocimientos prácticos para el pueblo campesino. Las Misiones Culturales fueron elemento fundamental en la obra educativa vasconcelista. Una vez comprobado el éxito de ellas, se fundaron las Escuelas Normales
Regionales y la Casa del Pueblo. Realiza También una importante labor editorial para después de editar las obras clásicas, fundar bibliotecas para el pueblo.
Durante la estancia de Vasconcelos en la secretaría, llega a México la influencia de las ideas pedagógicas de John Dewey y su escuela de la acción que se encargó de difundir el Prof. Moisés Sáez, esto hace que a partir de esa época la enseñanza tradicional verbalista reciba la influencia de esta nueva escuela que proponía enseñar al alumno mediante la acción. La escuela del campo va a estar asociada a las actividades productivas.
Por lo anterior podemos decir, que la labor de Vasconcelos está aún presente y los gobiernos posteriores van a acentuar su radicalismo revolucionario, entendiendo muchas veces por revolucionario ser antirreligioso, lo que al final hizo estallar la Revolución Cristera.
El Callismo va a dejar como herencia un profundo sentimiento antirreligioso y las condiciones apropiadas para la modificación del artículo 3° con el fin de arrancarle al clero su influencia en la educación y así apoderarse de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la Revolución. Esta postura va a llevarnos a la etapa del cardenismo con su educación socialista.
LA EDUCACION SOCIALISTA
El cardenismo recibe como herencia del callismo no nada más el artículo tercero que contempla la educación socialista, sino también, el sentimiento antirreligioso. Así mismo, el cardenismo hace suyo el problema agrario que los anteriores gobiernos habían soslayado: la entrega de tierras a los campesinos. Junto a este impulso que le da al campesino, también se preocupa por sentar las bases de la industrialización del país.
Estas dos posturas del cardenismo: reparto de tierras e industrialización, serán los dos grandes rubros que van a determinar el tipo de educación de esta etapa. Una educación para el campo a través de la escuela rural en donde está presente la educación vasconcelista y una educación técnica que culminará con la fundación del Instituto Politécnico Nacional de donde saldrían los técnicos para promover la industrialización del país.
Entre los pedagogos que influyeron en este periodo, tenemos al mexicano Rafael Ramírez y los extranjeros Makarenko, Blonski, Pinkevich y Pistrak. (Meneses,1988: 568) Continúan las ideas pedagógicas de Dewey en donde la propuesta de la Escuela Activa se ajusta a las condiciones del campesino mexicano como escuela de la acción donde se aprendería a explotar la tierra y sentaría las bases para la industrialización.
El profesor Cupertino de la Cruz López, originario de Mazapa de Madero, Chiapas, nos describe que por educación socialista se entendía ayudar a los campesinos a gestionar obras de carácter social para la comunidad, el luchar por la formación de cooperativas de consumo, el tramitar ante las autoridades correspondientes el establecimiento de ejidos, la enseñanza de varios tipos de actividades pues la educación normal que se recibía comprendía la enseñanza de carpintería, ebanistería, sastrería, panadería, primeros auxilios, conservación de alimentos, apicultura, porcicultura, horticultura y otras más.
También por educación socialista muchos maestros entendieron la lucha que habrían de dirigir contra los terratenientes y la fundación de ejidos, este es el caso del profesor Noel López Rico y que en la región cafetalera del Soconusco organizó y participó en la fundación de siete ejidos con tierras pertenecientes a cafeticultores alemanes.
Entre otros objetivos esta educación socialista pretendía: Integrar a la mujer a la vida nacional dándole derechos políticos y económicos. La escuela empezó por lograr la igualdad entre hombres y mujeres, implantando la coeducación, que asustó a muchos padres.
Extirpar enfermedades y vicios de la sociedad mexicana. Campaña contra la tuberculosis, parásitos,
alcoholismo, juegos de azar y fanatismos.
EL NACIONALISMO
Durante el gobierno de Ávila Camacho (1940−1946) está presente la Segunda Guerra Mundial que le imprimirá ciertas características al sexenio y a la educación. El mismo carácter conciliador del presidente caballero hizo que la SEP iniciara un giro que culminaría con la reestructuración del artículo 3° en donde se suprime el apartado que decía que La educación será socialista y contribuirá a formar en la conciencia un concepto exacto y racional del universo y de la vida social. Estas supresiones no alteraron el espíritu del artículo 3° que en su versión actual se origina en el periodo callista−cardenista.
Se consideró que durante la Segunda Guerra Mundial se hacía necesaria la unidad del mexicano, y el artículo 3° provocaba la división, por lo que sin suprimirlo de momento se irían introduciendo reformas que prepararían el terreno para su modificación.
Así tenemos que en 1942 la Ley Orgánica de Educación Pública contempla en alguna de sus partes que la educación: Fomentará el íntegro desarrollo cultural de los educandos dentro de la convivencia social, preferentemente en los aspectos físico, intelectual, moral, estético, cívico, militar, económico, social y de capacitación para el trabajo útil en beneficio colectivo... excluirá toda enseñanza o propagación de cualquier credo o doctrina religiosa... contribuirá a desarrollar y consolidar la unidad nacional excluyendo toda influencia sectaria, política y social, contraria o extraña al país y afirmando en los educandos el amor patrio y a las tradiciones nacionales, la convicción democrática y la confraternidad humana.
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