Ejercicios Para Distrofias Muscular
taniageminis28 de Julio de 2013
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Colegio Hispano Italiano
2013
Ejercicios Físicos para personas con
Distrofia Muscular de Duchenne
Nombre : Eric Díaz Vidal
Curso : 4 º Medio
Asignatura : Educación Física
I N T R O D U C C I Ó N
Estos ejercicios tienen como finalidad ayudar a cualquiera que padezca distrofia muscular tipo Duchenne. El programa terapéutico de estos pacientes debería ser siempre establecido por el especialista, el pediatra o un equipo hospitalario, y será mucho más fácil de aplicar si se conoce los problemas a tratar y el porqué se hace el tratamiento.
Por tanto, esta introducción tiene la finalidad de ayudar a comprender o reforzar la información que se ha recibido de los médicos.
¿Qué le ocurre al músculo en la enfermedad de Duchenne?
En la distrofia muscular de Duchenne, el tejido muscular deja de funcionar adecuadamente y es sustituido lentamente por tejido graso. Los músculos del cuerpo están formados por un número de fibras musculares de diferentes tipos, cuya proporción y cantidad varían según el tipo de actividad que el músculo normalmente realiza. Es importante tener en cuenta esto porque ayuda a comprender porqué algunos músculos se debilitan más que otros o se dañan antes.
Contracturas
Los músculos permiten que una articulación se mueva. Están unidos a los huesos por tendones, mientras que los ligamentos (tejidos que unen entre sí los huesos) estabilizan las articulaciones controlando el grado de movimiento. Cuando un músculo se debilita o no es usado, se contrae (acorta) y lo mismo pasa con los ligamentos y tendones. Esto significa que las articulaciones se vuelven rígidas dando como resultado contracturas o deformidades de la articulación correspondiente. En los enfermos de distrofia tipo Duchenne, estas contracturas ocurren, más frecuentemente, a nivel de las caderas, tobillos y rodillas. Su mecanismo de aparición es doble, en parte debido a la progresiva pérdida de fuerza, pero también porque el niño que padece distrofia muscular de Duchenne, tiende a estar sentado más horas que los otros niños. Las contracturas luego empeoran pues el niño anda de puntillas en un esfuerzo para mantener el equilibrio.
Es importante iniciar la fisioterapia tan pronto como sea posible y antes de que aparezcan las contracturas, ya que los ejercicios son más efectivos para evitar la aparición de una contractura, que para vencerla cuando ya esté establecida.
¿Qué se puede hacer?
Si bien es verdad que la progresiva pérdida de fuerza muscular hace cada vez más difícil andar y vestirse, hay medios para ayudar a que el paciente mantenga al máximo sus posibilidades y, de esta forma, sea lo más independiente posible. Es importante recordar que en todo el mundo se está haciendo un esfuerzo por encontrar la curación de esta enfermedad, y si se descubre el tratamiento, ¿quién podrá rehacer una articulación que ha permanecido rígida durante años? Esta es otra razón para tratar de prevenir las deformidades y mantener los músculos flexibles y fuertes tanto tiempo como sea posible.
EJERCICIOS DE ESTIRAMIENTO PASIVO
Es una técnica sencilla usada para estirar músculos tensos y/o acortados. Se trata de mover las articulaciones lenta pero enérgicamente hasta conseguir su máxima extensión, manteniendo esta posición unos 30 segundos. El niño debe estar completamente relajado y hay que animarlo a no hacer por su parte movimiento activo alguno ni resistirse al ejercicio.
Si el movimiento se lleva a cabo demasiado rápidamente, puede que el niño ofrezca resistencia o se asuste. El ejercicio de estiramiento no debe producir dolor y sí una sensación de tirantez suave pero sostenida.
Ni la articulación ni el músculo han de dañarse si las instrucciones se siguen cuidadosamente y el ejercicio se sigue de manera firme, pero no agresiva. Algunos niños se dan cuenta en seguida que, quejándose, lograrán que la persona que les ayuda en los ejercicios los interrumpa, pero entonces, desgraciadamente, se desarrollarán rápidamente contracturas irreversibles que al final les causarán unas molestias peores que las producidas por los ejercicios. Por ello es importante, en beneficio del niño, continuarlos, teniendo en cuenta en estas situaciones que tanto la firmeza como el cariño son esenciales.
A pesar de que no importa a qué hora se hagan los ejercicios, es necesario fijarse una rutina para no olvidarlos. Los movimientos deben hacerse cada día, y una buena idea es ejecutarlos después de un baño caliente que es cuando el niño está más relajado. Aunque algunos niños protestan un poco, una vez se ha establecido la rutina y van ganando confianza, generalmente dejan de protestar.
Los tobillos
Se debe estar echado de espaldas, insistiendo en que se relaje. La persona que realiza los ejercicios debe situarse a un lado.
Coloque una mano sobre la planta del pie, con los dedos dirigidos hacia el talón, el cual debe sujetar firmemente (aunque sin hacer daño), entre el pulgar y los otros dedos. Mientras tanto, con la otra mano debe mantenerle estirada la rodilla.
Luego, suave pero firmemente, empuje el pie hasta lograr un ángulo recto (90°) o lo más cercano posible al ismo, pero no deje que se doble la rodilla. Cuando encuentre alguna resistencia o tirantez, debe mantener la presión unos momentos y luego, gradualmente,
vaya aumentando el movimiento del pie hasta ganar unos grados más, manteniendo esta nueva posición durante unos treinta segundos (1).
1
El movimiento debe repetirse al menos 20 veces en cada pie. Asegúrese que cuando se realiza este movimiento es todo el pie el que se mueve, y no sólo los dedos o el empeine.
Las rodillas
Generalmente en estas articulaciones únicamente se desarrollan contracturas ligeras antes de que el niño llegue a estar en silla de ruedas. Pero es importante evitarlas, puesto que su aparición dificultará extraordinariamente la marcha.
Para estirar las rodillas, el niño debe colocarse en la misma posición que para los ejercicios con los tobillos. Una mano coge firmemente el talón, como en el ejercicio anterior, pero la otra mano ejerce ahora una presión sobre el muslo, justo por encima de la rodilla (2).
2
El pie se mueve, como en el ejercicio anterior, hacia arriba, levantando el talón para conseguir estirar la rodilla. Este movimiento debe realizarse 20 veces en cada rodilla.
Otra manera de estirar las rodillas es cambiando la posición del niño de tal manera que éste queda boca abajo, y poniéndole un cojín debajo del muslo (no de la rodilla).Esto permitirá que el peso de la extremidad inferior y del pie, estire la articulación de la rodilla.
Aún es más fácil de realizar si el niño está estirado boca abajo en una cama o camilla con los pies colgando fuera del borde de la misma (3).
3
Esta posición a menudo es más fácil de mantener si el niño está viendo la televisión.
Las caderas
La articulación de la cadera está controlada por alguno de los músculos mayores del cuerpo. Los dos grupos musculares con más tendencia a contracturarse son los que elevan o flexionan los muslos y los que mueven la cadera hacia afuera o lateralmente.
Hay tres formas de estirar los músculos flexores de la cadera (estos ejercicios deben repetirse unas 10 veces en cada lado):
a) Se está echado sobre un costado con las piernas estiradas. La persona que haga el ejercicio debe colocarse detrás. Ponga una mano sobre el hueso de la cadera para que ésta no se mueva y deslice la otra mano hasta el borde del muslo de la misma pierna. Lleve entonces la pierna hacia atrás, hacia usted, de forma que se estire la cadera (4).
4
Si elige este método, debe asegurarse que la pelvis esté fija. Usted puede aplicar su rodilla contra la parte más baja de la espalda del niño, de forma que su muslo actúe como un cojín. Luego repita el estiramiento en el otro lado.
b) Se está boca abajo. Apoye una mano firmemente sobre las nalgas y deslice la otra mano por debajo del muslo hasta cerca de la rodilla, luego levántele el muslo hacia arriba manteniendo toda la pierna en extensión. Repítalo con la otra pierna (5).
5
c) Se está echado boca arriba. La pierna opuesta (aquella que no va a ser estirada) se dobla hacia el pecho y se mantiene contra el mismo firmemente. A ser posible, el mismo niño debe mantenerla así. La mano se coloca entonces sobre el muslo, justo encima de la rodilla, de la pierna que se va a estirar, y se empuja hacia abajo. Repítalo con la otra pierna.
Algunos músculos de la cadera que unen la parte inferior a la espalda con las piernas, ayudan a controlar el ángulo de la pelvis y pueden afectar la curvatura de la columna vertebral. La tensión de estos músculos puede notarse si al andar, el niño gira la pierna hacia adentro. También si cuando está de pie se apoya más en una pierna que sobre la otra.
Para estirar estos músculos
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