El Caballero De La Armadura
yddesavan12 de Junio de 2015
8.453 Palabras (34 Páginas)248 Visitas
Títol: “EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA” VERSUS “EDUCACIÓN TRADICIONAL” Curs: EL NEN DIFÍCIL A L’AULA: COM POT INTERVENIR-HI EL MESTRE? Professor/a: URSULA OBERST
Grup de Recerca: CONDUCTES DESADAPTATIVES
Centre: FACULTAT DE PSICOLOGIA, CIÈNCIES DE L’EDUCACIÓ I DE L’ESPORT
Una de las aportaciones más importantes de Dreikurs, discípulo y sucesor de Adler en EEUU, fue el enfoque pedagógico o psicoeducacional, entendido tanto en el sentido de educación de los niños como en el de un determinado enfoque psicoterapéutico en general.
Dreikurs llama “Educación Democrática” a lo que es su particular conceptualización de la educación infantil y juvenil en general y a su método de intervención con niños problemáticos.
A diferencia de lo que se considera un enfoque psicoterapéutico, el enfoque psicoeducacional no intenta “curar” o mejorar una sintomatología o cambiar la personalidad. Más bien, se acerca a lo que se entiende como “orientación psicológica” o “counselling”. El papel del terapeuta psicoeducacional es similar al de un profesor que enseña habilidades y métodos pedagógicos, facilita las posibilidades de crecimiento, fomentar la autoayuda y las relaciones interpersonales; y sobre todo, tiene una eminente función preventiva: no se espera hasta que se haya iniciado un proceso patológico, sino que se empieza en la base educativa, enseñando métodos pedagógicos eficaces para evitar la patologización.
En su época, Adler ya había trabajado con niños y con familias. En los años 30 Adler fundó una treintena de centros de orientación a la infancia (Child Guidance Centers), en los cuales médicos y psicólogos colaboraban con maestros y padres. El objetivo de estos centros no sólo era el tratamiento de niños problemáticos, sino sobre todo la enseñanza de métodos pedagógicos alternativos con una clara idea preventiva. La “Escuela de Padres” (Parent Education, Parenting) permite a los padres el conocimiento de técnicas pedagógicas más eficaces para la educación de niños, tanto normales como problemáticos. Los principios básicos eran fundamentados en la teoría de la personalidad, el desarrollo humano y la Psicología Individual (la Psicología Adleriana), siendo los más importantes el Principio de Igualdad (Gleichwertigkeit) y el del Sentimiento de Comunidad (Gemeinschaftsgefühl). Otro aspecto importante es la conceptualización adleriana de la
conducta infantil y humana en general desde un punto de vista final, es decir desde el punto de vista del objetivo que persigue el niño con una determinada conducta.
Rudolf Dreikurs elaboró y formalizó los conceptos adlerianos en un enfoque psicoeducativo que llamaba “Educación Democrática” que tiene tres líneas de intervención:
1. Enseñar a padres y maestros a educar mejor (transmitirles los principios de la Psicología Adleriana y de la Educación Democrática) con el fin de capacitarles para intervenir de forma preventiva y de forma correctiva con sus hijos y alumnos (intervención psicológica indirecta).
2. Intervenir directamente con niños problemáticos o psicopatológicos: aquí, el objetivo de la intervención psicoeducativa con el niño es descubrir el fin inconsciente que persigue el niño en un momento determinado con su conducta perturbadora, revelarle al niño sus metas y enseñarle como puede actuar de forma más adecuada (intervención psicoterapéutica directa con el niño).
3. Fomentar una colaboración interdisciplinar (médicos, psicólogos, maestros, padres) para mejorar la calidad de la enseñanza, de la educación y de la intervención psicológica en general (intervención preventiva y terapéutica a nivel comunitario).
Según lo que Dreikurs y sus colaboradores solían llamar “educación tradicional” como opuesta a su “Educación Democrática”, la educación tradicional se imparte en escuelas o en familias que imponen métodos autoritarios o autocráticos, como la aplicación de premios y castigos con la finalidad de motivar a los niños. Según Dreikurs, la Educación Democrática va en la línea de la progresiva democratización de la vida social y política actual en general. En vez de basarse en el autoritarismo de unos pocos para imponer sus criterios de conducta, intenta fomentar la coparticipación, el diálogo, la autodeterminación, la responsabilidad compartida, etc. de todos los miembros del grupo (nación, familia, escuela, etc.). Si bien es cierto que no todos los miembros de un determinado grupo tienen los mismos conocimientos y las mismas responsabilidades y derechos, hay que
hacer hincapié en la necesidad de dialogar, de hablar de igual a igual, de respeto mutuo, etc. El deber del maestro no es sólo el de transmitir conocimientos y mantener la disciplina en la clase, sino también el de estimular a los alumnos, impartir una clase interesante, etc.
Se ha de tener presente que un ambiente “democrático” no significa desorden y permisividad y que los alumnos puedan hacer lo que deseen (estilo educativo “laissez- faire”), sino que pretende crear un ambiente rico en estímulos, de manera que los alumnos disfruten aprendiendo, pero a la vez que adquieran responsabilidad para su propio proceso de aprendizaje.
A la hora de leer las obras de Dreikurs, pioneras en su tiempo, algunos pensamientos nos pueden parecer anticuados y triviales, ya que, de forma paulatina y tácita, muchas reivindicaciones educativas de Adler y de Dreikurs han encontrado ya su camino en las familias y en las aulas. Por ejemplo, para la gran mayoría de los maestros de hoy en día, la posibilidad de castigar físicamente a sus alumnos o de imponer castigos severos y absurdos o de impartir sus clases de forma aburrida y monótona, sin fomentar la participación de los niños, queda fuera de discusión, al menos en teoría. De la misma manera, los principios educativos de la política educativa de la mayoría de los países democráticos se basan en los valores democráticos de libertad, autonomía, participación, cooperación, solidaridad, tolerancia, diálogo, iniciativa, espíritu crítico, etc. cuyo objetivo es el de preparar a los alumnos para la vida con una madurez responsable, pero se parte del presupuesto, no siempre justificado, de que serán los maestros que sabrán como implementar estos valores; por lo tanto, sigue habiendo una discrepancia entre ideal educativo (que suele ser perfectamente “democrático” en el sentido de Dreikurs) y la práctica educativa diaria en las aulas y en las familias. La Educación Democrática puede resultar relativamente fácil de implementar por unos padres o maestros de buena fe que tienen a ver con niños “normales”, es decir con niños que al margen de pequeñas “travesuras” o “fases difíciles” habituales en una determinada edad, no suelen presentar conductas especialmente perturbadoras. Desgraciadamente y a pesar de una mayor
conciencia democrática en el mundo educativo y en las familias, las conductas problemáticas y hasta la violencia infantil y juvenil, lejos de disminuir como se iba a suponer, van en aumento. ¿Será que la Educación Democrática no funciona? ¿No se habrá implementado completamente o de forma errónea? Quizás sea que la educación autoritaria de antaño haya quedado sustituida no por una educación realmente democrática, sino por una actitud de “laissez-faire” y extremadamente permisiva por parte de maestros y padres desorientados y sobrecargados.
Nuestro propósito, por tanto, es el de presentar el enfoque psicoeducativo de Dreikurs y la “Educación Democrática” en una versión más actualizada. Además queremos incluir un aspecto que, por motivos históricos, ha quedado siempre fuera de los trabajos de Adler y de Dreikurs: la influencia de las posibles problemáticas neuropsicológicas en la conducta perturbadora. La conducta perturbadora no se explica simplemente por unos métodos educativos equivocados por parte de padres y maestros, sino que es el resultado de muchos factores en diferentes combinaciones e intensidades.
¿Qué es un “niño difícil”? 1
Cuando hablamos del “niño difícil” o del niño con problemas, nos referimos habitualmente a problemas de conducta (agresividad, desobediencia,...), pero en muchos casos estos niños también presentan problemas de aprendizaje. Los problemas de aprendizaje (rendimiento bajo generalizado, trastornos específicos de aprendizaje como dislexia etc., hiperactividad, falta de concentración) pueden ser una consecuencia de la
1 Con motivo de facilitar la lectura, aquí usaremos habitualmente las palabras “niño”, “educador”, “maestro” o “padre” en vez de las expresiones más correctas que implican los dos géneros (“niño o niña”, “padre y/o madre”, “maestro/a”), dejando por entendido que siempre hablamos de los dos géneros indistintamente, salvo en los casos que se especifican.
conducta inadecuada (el niño molesta a los demás y por lo tanto no presta atención), pero más frecuentemente forman un caldo de cultivo para el desarrollo de problemas de conducta (el niño con déficit de atención e hiperactividad tiene tendencia a molestar a
...