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El Desempleo

omayra150631 de Mayo de 2013

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UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA

ULACIT

ECONOMÍA GERENCIAL

EG0399

PROFESOR: EDGAR ABDIEL RODRÍGUEZ

DESEMPLEO

INTEGRANTES:

OMAYRA MELISSA THOMPSON 130957

JOSEFA MARÍA RUJANO 020597

POSTGRADOS Y MAESTRÍAS

FECHA DE ENTREGA: 01 DE JUNIO DE 2013

INTRODUCCIÓN

Es la situación del trabajador que carece de empleo y, por tanto, de salario. Por extensión es la parte de la población que estando en edad, condiciones y disposición de trabajar -población activa- carece de un puesto de trabajo.

Para referirse al número de parados de la población se utiliza la tasa de desempleo por país u otro territorio. La situación contraria al desempleo es el pleno empleo.

Además de la población activa, en la que se incluye tanto a los que están trabajando como al conjunto de los parados o desempleados de un país, la sociedades cuentan con una población inactiva compuesta por aquellos miembros de la población que no están en disposición de trabajar, sea por estudios, edad -niños y población anciana o jubilada-, enfermedad o cualquier otra causa legalmente establecida.

Para que exista el desempleo se necesita que la persona desempleada desee trabajar y que acepte los salarios actuales que se están pagando en un momento dado. Las causas de esta situación son múltiples, produciendo como consecuencia distintos tipos de desempleo (cíclico, estructural, friccional y monetario). Además existe el desempleo tecnológico que se origina cuando hay cambios en los procesos productivos que hacen que las habilidades de los trabajadores no sean útiles.

HISTORIA DEL DESEMPLEO

Aunque en la Edad Media el problema del desempleo como se entiende hoy aún no existía, había desocupados. (La disoccupazione nella storia [El desempleo en la historia].) No obstante, en aquel tiempo, a la persona que no trabajaba se la tenía por holgazana o vagabunda. En su libro Idle Hands (Manos ociosas), el profesor John Burnett explica que hasta el siglo XIX muchos analistas ingleses identificaban a los desempleados principalmente con los ‘inadaptados’ y trotamundos que dormían a la intemperie y deambulaban de noche por las calles.

El descubrimiento del desempleo tuvo lugar a finales del siglo XIX o principios del XX. Se formaron comisiones gubernamentales especiales para estudiarlo y resolverlo, como la Comisión Selecta de la Cámara de los Comunes británica para tratar la “Consternación por la falta de empleo”, de 1895. El desempleo se había convertido en una epidemia.

La conciencia de este problema aumentó drásticamente, sobre todo después de la primera guerra mundial. Esta contienda había eliminado el desempleo. Pero a principios de los años veinte el mundo occidental experimentó una recesión tras otra, lo que culminó en la Gran Depresión, que desde 1929 zarandeó las economías industrializadas del mundo entero. Tras la segunda guerra mundial, muchos países tuvieron un nuevo auge económico y el desempleo disminuyó ostensiblemente. Por eso, “es permisible decir que el origen del problema actual del desempleo se remonta a mediados de los años sesenta”, menciona la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos. El mercado laboral sufrió otro descalabro como consecuencia de la crisis petrolera de los años setenta, y la ola de informatización con su secuela de despidos. El desempleo ha comenzado a propagarse inmisericordemente incluso entre el personal administrativo, que en el pasado se consideraba seguro.

EL DESEMPLEO

Para nuestro estudio, hemos considerado el desempleo como el problema social y económico ocasionado por aquel grupo de personas cuyos ingresos económicos se encuentran reducidos o extinguidos por no disponer de un empleo adecuado a sus capacidades y suficiente para cubrir sus necesidades básicas (entendiéndose como tales no sólo la alimentación, casa, vestido, sino la recreación, educación, etc.)

Algunos autores consideran el desempleo como sinónimo de desocupación, por ejemplo Philip Taft en su obra “Problemas Económicos del Trabajo” expone que: “Son desocupados aquellas personas que se sienten dispuestas y capacitadas para trabajar pero les resulta imposible encontrar empleo conveniente y con el salario en vigor. Un individuo es desempleado si está dispuesto a trabajar, si es capaz de hacerlo (si tiene voluntad para ello) pero no le es posible encontrar trabajo con un salario y otras condiciones que sean aproximadamente las mismas que prevalezcan en la industria”.

Se considera también como desocupada “A la persona que careciendo de recursos económicos no tiene ocupación retribuida a pesar de poseer capacidades y voluntad para trabajar. Por lo tanto están excluidas de dicho concepto:

1. Los enfermos y físicamente incapaces.

2. Los menores de 12 años en la agricultura.

3. Los que no quieren trabajar (vagos y mendigos).

4. Las personas que trabajan por su cuenta, es decir sin intermedio de patrono o empresa.

5. Los huelguistas.

6. Las personas sin ocupación que cuentan con ingresos propios o independientes de sueldo o salario en cantidades suficientes para vivir”.

Pero nosotros usaremos el término desempleo, por ser el que más ampliamente cubre las situaciones de las personas que forman el grupo que vamos a estudiar; y por considerar que supone la existencia de un empleo normal para esas personas, en cambio el término desocupación nos parece que agruparía no sólo a las personas capacitadas para el trabajo, sino aquellas incapacitadas, o las que se encuentran sin trabajo por su voluntad, o las que necesitan medidas de rehabilitación para convertirlos en sujetos económicamente activos.

LA TASA DEL DESEMPLEO

La tasa del desempleo se calcula de la siguiente manera:

TD= D X 100

FL

La forma más común de medir el desempleo (aunque le medición puede cambiar dependiendo del país) es a través de la tasa de desempleo (TD). Ésta expresa el número de personas desempleadas (D) como porcentaje de la fuerza laboral (FL) también llamada población económicamente activa (PEA). Esta fuerza laboral o población económicamente activa es la suma de las personas empleadas, las ayudantes familiares que no tiene un sueldo y que trabajan quince o más horas semanales, y las desempleadas.

TIPOS DE DESEMPLEO

Existen cuatro tipos fundamentales de desempleo:

• Desempleo estructural.

• Desempleo cíclico.

• Desempleo friccional.

• Desempleo monetario.

En economías periféricas y en sectores que sufren períodos de baja y alta actividad (agricultura, hostelería…) puede considerar un quinto tipo:

• Desempleo estacional.

Además de estos tipos puede hablarse de desempleo de larga duración, desempleo abierto, desempleo en iniciadores y desempleo oculto entre los inactivos o trabajadores desalentados.

DESEMPLEO ESTRUCTURAL

El desempleo estructural corresponde técnicamente a un desajuste entre oferta y demanda de mano de obra (trabajadores). Esta clase de desempleo es más pernicioso que el desempleo estacional y el desempleo friccional, además no depende del tiempo sino de la capacidad de absorción de fuerza de trabajo que tiene el capital constante, cuya acumulación promueve un aumento de la productividad de la fuerza de trabajo y contradictoriamente promueve un mayor desempleo estructural.

En esta clase de desempleo, la característica de la oferta suele ser distinta a la característica de la demanda lo que hace probable que un porcentaje de la población no pueda encontrar empleo de manera sostenida. Por lo anterior, los economistas ligados al Estado no pueden admitir que un país esté bajo este tipo de desempleo pues se trata de una situación grave para una población asalariada de un punto o sector determinado. Además, en un contexto de libre mercado, se suma a la crisis de las masas asalariadas la de las medianas y pequeñas empresas que no logran adaptar su respuesta a la crisis cíclicas del sistema capitalista en la que sólo los grandes conglomerados empresariales- holdings- pueden funcionar.

Por otro lado, el factor tecnológico es un elemento a considerar permanentemente en las crisis capitalistas. La fusión de las empresas motrices del sistema (que incurren en monopolio) y el constante progreso tecnológico hace que la mano de obra sea menos requerida en alta tecnología, desplazándose grandes masas hacia trabajos informales o de carácter trabajo precario.

Coinciden dos fenómenos: sobreproducción y desempleo estructural (con subempleo). Las respuestas neoliberales tradicionales, en una economía globalizada no resuelven el desempleo estructural y requieren medidas keynesianas y otras de carácter estructural como la reducción del tiempo de trabajo y la implantación de modelos de redistribución de la renta entre los subempleados y desempleados (renta básica universal, rentas de inserción, salarios sociales o ingreso ciudadano).

Las características principales que advierten de un desempleo de tipo estructural son:

• Desajuste sostenido entre la calidad y características de la oferta y la demanda.

• Desadaptación del conjunto de los actores económicos respecto a la economía externa e incapacidad del mercado interno para paliar esa diferencia.

• Obsolescencia gráfica

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