El Divorcio

Los seres humanos fuimos creados por el ser supremo para vivir en parejas, tanto es así que según la teoría religiosa de la evolución del hombre habla que en el principio de las cosas fueron creados los primeros seres vivientes y se trató de un hombre (Adán) y luego una mujer (Eva), estos seres se unieron procreando hijos constituyendo lo que hoy conocemos como familia ; ahora bien, desde un principio la familia por el vinculo que los une ha desarrollado un sentido de protección para con sus miembros, es por ello que a lo largo del tiempo y de la implantación de los diversos sistemas creados por el hombre para su desarrollo y bienestar a prevalecido en orden la protección del núcleo familiar, por ser este tipo de unión de personas la unidad fundamental para el sostenimiento de la denominada “sociedad”.

En este orden de ideas y tomando en consideración los diversos sistemas adoptados entre ellos los de orden jurídico que regulan la conducta del hombre en sociedad, encontramos una institución que impone derechos y obligaciones entre el hombre y mujer unidos (familia), este lazo reconocido por la ley se le conoce como matrimonio; cuando dos personas deciden unirse en matrimonio cumplen una serie de requisitos para que este tenga efecto legal, es decir, para que el sistema normativo le de validez y lo acoja dentro de su régimen. Este régimen afecta aspectos personales y patrimoniales para quienes deciden establecer esa vida común como dice el sacerdote en su oratoria “hasta que la muerte los separe”.

Sin embargo, en muchos casos la frase “hasta que la muerte los separe” se ve entorpecida por una serie de factores que hacen imposible la convivencia y hacen que esos dos seres que tanto se profesaron amor eterno decidan separarse; no obstante nuestro sistema normativo (CRBV y demás leyes especiales que rigen la materia vigentes en la República) tiene como premisa la protección de la familia, por considerarse como la célula fundamental, la base, el núcleo de la sociedad. Yo la veo como una materia prima, en la que sus miembros (por distintos que sean) cumplen una función que da equilibrio y movimiento al orden social que se ha implantado a lo largo del tiempo.

Este papel protagónico dentro de la sociedad es lo mueve al legislador y hace que se preocupe por darle un trato especial, y en esa búsqueda la incluye dentro de las normas consideradas de orden público, según Wiley v. Livingston, (1964) el “orden público es el conjunto de valores eminentes que guían la existencia y bienestar de una sociedad. El concepto orden público recoge y ampara un interés social dominante por su trascendencia, por el número de personas que afecta y por la valía de los derechos que tiende a proteger”.

En consecuencia, todo ordenamiento jurídico vela porque la familia no se separe sino que permanezca unida implantando amor, bienestar, ayuda, educación, entre otros valores, en cada uno de sus miembros; por ello si los actores principales (pareja) deciden separarse debe instaurar un procedimiento legal conocido como divorcio , sobre el cual el legislador no lo ha puesto nada fácil. Según nuestro código civil solo hay dos maneras de divorciarse 1) una es de manera amistosa o de mutuo acuerdo (sin vía judicial), alegando la separación de cuerpos y el divorcio remedio, contemplado en el artículo 185-A (ruptura prolongada de la vida común) y la 2) segunda, es mediante juicio previo (demanda de divorcio).

Si Usted desea divorciarse y romper esos efectos

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