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El Habitante Imperceptible


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2012  •  2.272 Palabras (10 Páginas)  •  285 Visitas

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El habitante imperceptible

Escrito por Juan Ml. Morales.

1

A las 6:00pm los dos jóvenes se dispusieron a decidir quién quedaba campeón:

-meteré este penal, ya lo verás- dijo Iván, sin embargo el balón no entró en el improvisado marco, que constaban de dos piedras separadas a un metro.

-¡que torpe eres! Ahora es mi turno. Te ganaré- dijo Mindy muy segura de sí misma.

- menos charla y más acción.

Mindy retrocedió y con una fuerte patada, golpeó el balón. Este pasó sobre Iván y cayó dentro de una propiedad. Nunca se habían percatado de que existía esa casa, ya que estaba rodeada por altas paredes de ciprés.

- bravo. Ese era mi balón autografiado por mi equipo favorito. Gasté una fortuna mandando mensajes para poder ganar esa bola.

- Cálmate no es para tanto. Entremos, la rescatamos y ya

- bueno está bien- dijo Iván más tranquilizado.

Llegaron al frente de los portones. A través de ellos se podía notar que la casa tenía vidrios rotos y lucía descuidada… Escondido, estaba el timbre. Mindy lo apretó pero no servía. Luego hizo otro intento.

-esta porquería de timbre no funciona. Entremos, seguramente cayó en el jardín

- estás loca, entrar a una propiedad sin permiso es ilegal.

- ¿quieres el balón o no? Además aquí no vive nadie.

Los dos chicos entraron. La casa estaba devorada por la maleza que crecía en las paredes.

- parece que el tiempo se detuvo en este lugar- dijo Iván.

Los dos buscaron pero no la encontraron. Iván decidió buscar dentro de unos barriles que estaban uno encima de otro. Trató de bajar al que estaba en la cima pero no se lo aguantó. Él, junto con los dos barriles cayó, haciendo un gran escándalo.

Mindy lo ayudó a levantarse

-mi espalda- se quejaba Iván.

En ese momento las luces del frente de la tenebrosa casa se encendieron.

2

Una fuete ráfaga los alcanzó y envolvió, prácticamente los paralizó. Se podía escuchar el crujir de la madera como si alguien se aproximara.

- ¡Dios mío! Dijiste que no vivía nadie

- Olvídate de eso. Vámonos

Los dos escaparon de la casa y cada quien, mejor, decidieron irse a su hogar antes de que anocheciera.

Iván estaba sano y salvo en la casa con su madre. Él veía la televisión. Sonó el teléfono e Iván lo atendió:

- ¿Aló?

Pero sólo se escuchaban respiros muy fuertes

- ¿alo?-escuchó una voz muy grave, que le dijo:

-sé que estuvieron en mi casa. No debieron entrar, pero te devolveré tu balón si vienes personalmente.

Iván asustado colgó y su madre le gritó:

- ¿quién era?

-equivocado-fue lo único que se le vino a la mente.

-cielo ya me voy. Pórtate bien

Iván corrió a la sala

- ¿cómo? Porqué

- Bueno tengo derecho a salir de vez en cuando con mis amigas ¿no?

- No me dejes solo por favor.

- Iván no empieces otra vez con eso, ya tienes edad.

- ¿y a qué hora vendrás?

- no lo sé. Estarás bien. Puedes jugar play station o con tu balón. Por cierto ¿Dónde está?

- Bueno… está en la casa de la esquina-dijo tímidamente- fuimos a rescatarla pero el dueño encendió la luz y mejor nos fuimos.

- ¿La de la esquina? Pero si esa casa está abandonada desde hace una década. Soy tu madre y te conozco cuando me tratas de engañar-agitando el dedo índice.

3

- ¿Abandonada?-su corazón latió más fuerte que nunca-debes estar confundida.

- No lo estoy. Estabas muy pequeño, un profesor de ciencias vivía ahí, era algo distinto. Le entregaba mucho tiempo a sus estudios. Pasaba días sin salir de su casa y sólo de vez en cuando se le veía fumando un cigarro; hasta que un día enloqueció sin razón-decía su madre mientras se acomodaba el pelo en el espejo.

-¿enloqueció?-dijo Iván abriendo sus ojos.

-se comportaba como salvaje…

Alcánzame esos aretes cafés.

Iván sin quitar su vista de su madre le alcanzó sus aretes pero estaba ten nervioso que uno se le cayó debajo de la cama. Se agachó y lo rejuntó pero le pareció vagamente ver el balón junto al arete pero cuando vio por segunda vez no había nada.

- cuenta más -decía Iván inquieto.

- Andaba de cuatro patas y llegó al punto de que se orinaba en las aceras. Era algo terrible. Decidimos llamar al manicomio y nunca se le volvió a ver.

- ya lo creo, por suerte no tengo recuerdos de eso- arrugando la cara- ojala nunca me encuentre con él.

Sonó el pito de un carro afuera de la casa.

- ¡ya llegaron! Bueno no te acuestes demasiado tarde- dándole un beso en la frente y cerrando la puerta fríamente.

Iván se encontraba en medio de la oscuridad, sólo en la casa. Encendió todas las luces y puso el tele a alto volumen para apagar las interrogantes en su mente: ” ¿quien me habrá llamado?”. De pronto se escuchó unos golpeteos en la puerta.

4

Los ignoró pero

...

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