El acoso en las escuelas

BULLYING

INTRODUCCIÓN

Al pasar de los años, las costumbres, los modales y la cordialidad; así como el respeto hacia los demás se han ido perdiendo en las relaciones interpersonales, especialmente entre los adolescentes; donde el argumento más común es aquel que hace referencia a “los tiempos han cambiado” o “así nos llevamos”; sin embargo, ha pasado de la cordialidad a la agresividad.

En todos los entornos escolares a nivel mundial, los profesores se enfrentan a problemas de disciplina, siendo los más frecuentes las conductas violentas ya sean hacia la institución, los profesores o entre compañeros.

Debemos tomar en cuenta que las relaciones agresión-victimización entre escolares no se presentan de manera esporádica, actualmente es mucho más común de lo que se piensa.

El Bullying, como se le conoce internacionalmente; proviene del vocablo holandés que significa “acoso”. Este fenómeno está presente en el 50% de los centros escolares de nuestro país, y en más de la mitad de los alumnos de todos los niveles de educación, incluyendo instituciones públicas y privadas; índices que resultan alarmantes.

Sin embargo, lo verdaderamente rescatable; es que existen medidas de prevención. La principal es la necesidad de que en las escuelas se ofrezca un lugar seguro que garantice la educación y no sólo la instrucción de los alumnos. La escuela debe posibilitar el desarrollo social y afectivo de los jóvenes.

Es una forma de maltrato ya sea físico o psicológico; que se ejerce de manera intencional por parte un estudiante hacia otro compañero, profesor o la misma institución; que generalmente es considerado como más débil y quien se convierte en su víctima habitual: ya que suele ser persistente, permaneciendo durante semanas, meses e incluso años.

En este tipo de relaciones se ven involucrados dos personajes:

Bullie o agresor: Es quien ejerce la victimización, movido por un abuso de poder y deseos de intimidar y dominar. En algunos casos se detiene sólo hasta que logra lastimar a su víctima. El agresor acosa a la víctima cuando está solo, en los baños, en los pasillos, en el patio. No se trata de un simple empujón o comentario, sino de una situación que si no se detiene a tiempo puede provocar severos daños emocionales a la víctima.

Víctima: Es quien sufre las agresiones, sintiéndose amenazado por el ambiente escolar en su conjunto, ya que difícilmente los profesores o padres de familia tienen conocimiento de ello. Muchas veces carecen de habilidades sociales y psicológicas, hecho que les impide defenderse.

FÍSICO VERBAL PSICOLÓGICO SOCIAL SEXUAL

Hay golpes, empujones o se organiza una paliza al acosado. Roban sus pertenencias.

Insultos y menosprecios en público para poner en evidencia al débil. Contestar de manera prepotente al profesor. En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro. Cuando se ignora, se aísla y se excluye al otro. Propagar rumores sucios o embarazosos del alumno. Es cuando se presenta un acoso, inducción o abuso sexual.

Existen diversas causas en las diversas esferas de la vida del chico que funge como agresor.

 Personales: Generalmente sufre de intimidaciones o algún tipo de abuso en la escuela o en la familia. Adquiere esta conducta cuando es frecuentemente humillado por los adultos. Se siente superior, ya sea porque cuenta con el apoyo de otros atacantes o porque el acosado es un niño con muy poca capacidad de responder a las agresiones.

 Familiares: El niño puede tener actitudes agresivas como una forma de expresar su sentir ante un entorno familiar poco afectivo, donde existen situaciones de ausencia de algún padre, divorcio, violencia, o humillación ejercida por los padres y hermanos mayores; tal vez porque vive bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades o por el contrario es un niño sumamente mimado.

 En la escuela: Cuanto más grande es la escuela hay mayor riesgo de que haya acoso escolar, sobre todo si a este factor se le suma la falta de control físico, vigilancia y respeto; humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos.

Para el agresor:

Pueden convertirse posteriormente en delincuentes. Por otro lado, se siente frustrado porque se le dificulta la convivencia con los demás, cree que ningún esfuerzo que realice vale la pena para crear relaciones positivas con sus compañeros.

Para la víctima:

Evidente

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