El camino de la “estética “

Para contextualizar un poco sobre el tema, primero se debe entender que trata la “ética”. La ética es una rama de la filosofía que comprende el estudio de las cosas por sus causas, de lo universal y necesario, que se dedica al estudio de los actos humanos. Pero aquellos que se realizan tanto por la voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no ingresan en el estudio o campo de la ética. El interés de la ética es convivir en el mundo que vive. Un ejemplo claro es de un psicólogo, por cuestiones éticas no debería divulgar la información privada que exponen ante él los pacientes. De revelar de forma pública los detalles de las sesiones, pues, estaría atentando contra la privacidad de quienes confían en él como profesional.

Kierkegaard no fue un filósofo sistemático, de hecho se manifestó en contra de los sistemas. Pero generalmente en sus obras está presente temas como la libertad, la persona, la nada y lo absoluto, la angustia, la desesperación y el pecado. El tema de la muerte o el “mal” no fue trato de manera explícita pero si estaba relacionado con el concepto de la persona y de la libertad que tenía. Por lo cual había que deducir que se trataba de una especie de “miedo”.

En un libro llamado “filósofos en 90 minutos “sugiere que hay dos maneras de vivir, el llamado “estético” y el “ético” y que cada individuo tiene la oportunidad de elegir como vivir su vida. Pues esto es la base del existencialismo de Kierkegaard. Al elegir el “tipo” de vida que se quiere llevar se deberá aceptar toda la responsabilidad que conllevara esta.

El camino de la “estética “es una vía en el cual el individuo debe aprender a vivir consigo mismo, lo cual no implica que deberá tener una actitud vulgar sobre la vida. El individuo que vive la vida estética no tiene control su vida, vive para el instante, impulsado por el placer, y su vida puede ser contradictoria. Un ejemplo se ve en la sociedad actual cada vez se da más importancia a la imagen y, por tanto, los tratamientos e intervenciones para mejorarla son demandados, por ende el individuo vive “para los demás” o porque “dirán los demás” y se auto engaña ya que vive en el mundo donde no es quien es, sino es una persona que aparenta serlo.

Para lograr salir o la otra manera de conllevar la vida “estética “, es desnudarse de todas las capas del auto engaño. Kierkegaard era experto en detectar las escapatorias del autoengaño y la solución para esta es radical. El único recurso capaz de ayudar es aceptar las responsabilidades y aceptar la existencia de “Dios “dándole toda la fé en él.

Por el contrario en la vida ética la subjetividad es lo “absoluto” y la tarea principal es “elegirse a uno mismo”. El sujeto que opta por la ética se crea a sí mismo,

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