El fenómeno Apple como mercancía ideológica

El fenómeno Apple como mercancía ideológica

Objetivo:

Analizar la maximización en términos económicos de un bien catalogado como mercancía ideológica y el fenómeno de obsolescencia programada en el mercado de Smartphone de la marca Apple

El iPhone como mercancía ideológica

Todas las personas tenemos la capacidad de idealizarnos basados en la información que nos llega en todo memento en nuestro entorno, que comemos, que prendas utilizamos, que sitios frecuentamos. A menudo se dejan de lado argumentos racionales para justificar el consumo de un artículo que esta fuera del alcance y las justificaciones de ese comportamiento se defienden desde la emoción, es decir, con la pasión inexplicable que algunos sienten al pertenecer a un grupo determinado cuyos intereses son comunes. La lealtad incondicional a una marca o producto se traduce en un error.

Es claro que las empresas como agentes maximizadores buscan ubicarse en el punto más eficiente en su curva de posibilidades, si suben los precios la curva de demanda en cualquier otro producto se contrae, pero en este caso se mantiene inclusive aumente debido a las expectativas de los consumidores que ven en el producto una tendencia o un estilo de vida. Lo que ha conseguido Apple es que el usuario tenga la sensación de que al consumir sus productos está entrando a un selecto club, donde sus miembros se reconocen y diferencian precisamente por llevar esos productos.

Según el blogero especializado José Barriento esto va más allá. Se ha terminado por crear una imagen de marca tan fuerte e influyente que en muchas ocasiones se convierte al consumidor en un “fanboy” dispuesto a todo. A esa persona se la ha convencido por medio del marketing y la publicidad de que tiene una responsabilidad al usar ese producto, y que de alguna manera, le debe algo a la empresa. Este es el tipo de persona que defenderá y de hecho defiende ese producto o marca como si fuera el accionista mayoritario de la misma. La fidelidad se convierte en un enfermizo comportamiento en el que su marca lo es todo, las demás no sirven y siempre, aun cuando haya datos objetivos y razonables que demuestren lo contrario, es mejor.

Además hay otro problema derivado del mismo comportamiento. Esa fidelidad provoca que perdamos la capacidad para elegir un producto u otro en función de factores medibles y objetivos, guiándonos únicamente por la idea preconcebida de que la marca Apple es la mejor y siempre lo será. Esto hace que perdamos mucho tiempo y dinero pagando “marca” en vez de calidad o funcionalidad. En este caso el poder de escases se lo están dando los usuarios como lo dice Harford en el texto.

Maximización irracional

La idea de maximización de satisfacción por el consumo de un artículo icono de la cultura americana es producto de la modificación programada del entorno que sin darnos cuenta condicionan fuertemente nuestras decisiones al momento de invertir recursos en un bien que en la mayoría de los casos excede el límite de ingreso de un colombiano promedio.

De acuerdo a fuentes consultadas en el diario el tiempo, el iPhone 6 cuesta entre 4 y 6 salarios mínimos. Algo que ayuda a dimensionar lo increíble del precio es que a una persona que devenga el salario mínimo le tomaría cuatro meses pagar el iPhone 6S de 16 gb. Si quiere el iPhone 6S Plus de 128 gb, le tomará seis meses. Y eso solo si asumimos el escenario en el cual destine todos sus ingresos a ese fin.

En el mismo artículo del diario el tiempo evalúan dos posibles escenarios de adquirir el producto a crédito, que sería el precio de gastar el dinero que no tengo hoy, en vez de hacerlo a corto plazo (12 meses), en ese caso sí se accede a un crédito con 0 por ciento de interés, tendría que pagar cuotas de 238.000 pesos mensuales por 12 meses por el iPhone 6S más barato o 119.000 pesos por 24 meses. Si la idea de comprar el iPhone 6S de 16GB con una tarjeta de crédito, se pagaría alrededor de un 28,99 por ciento más en un año, dependiendo del banco y las condiciones de uso de la tarjeta, es decir, costaría 3’700.000 pesos. Desde este punto de vista el costo de oportunidad es irracional desde el punto de vista que una persona tenga un recurso limitado como el salario decida hacer esta inversión, independiente de la subjetividad del nivel de satisfacción.

En un mercado libre es cierto que las personas no compran cosas que para ellos valen menos que el precio que les piden, pero desde otra perspectiva económica se pierde la noción objetiva de lo que es suficientemente bueno dadas las circunstancias, entendiendo que la percepción es netamente subjetiva de acuerdo a este comportamiento se puede decir que el agente no está interesado en la optimización en términos de maximización esperada sino se conforma con satisfacer una necesidad especifica que en la mayoría de los casos excede la curva de posibilidades eficientes, limitando así la capacidad racional en la toma de decisiones de compra.

Según Martha G. Bonome la racionalidad humana es limitada por varios factores i) por los objetivos que nos trazamos ii) por las condiciones del mundo en el que nos desenvolvemos, iii) por el conocimiento que poseemos del mundo iv) por nuestra capacidad o incapacidad para establecer un cálculo de las posibilidades de actuación y de las consecuencias que de cada una de ella se deriven, esta última es el común denominador en la mayoría de usuarios que adquieren el producto aun sabiendo que esta por fuera de sus límites. Adicionalmente la racionalidad es limitada por otros factores como no lograr el equilibrio en múltiples deseos que pueden entrar en competencia.

Ahora bien, el iPhone esta sistemáticamente diseñado para alcanzar su máxima capacidad en corto tiempo, el sistema operativo consume 4.6 gb de las 16 gb en el modelo más económico, evidentemente se queda corto. Si se toma en cuenta el espacio requerido para las aplicaciones y que el teléfono tiene la capacidad de hacer video en 4K es cuestión de poco tiempo para que un Smartphone de casi 3 millones de pesos empiece a quedarse colgado. Adicionalmente se debe tener en cuenta que una de las estrategias de fabricante es enviar actualizaciones automáticas de las aplicaciones más populares como Facebook o Whatsapp con el único objetivo de seguir consumiendo espacio en la memoria interna del equipo. Y no se puede contemplar la opción de ampliar su capacidad de almacenamiento utilizando una tarjeta micro SD porque simplemente el teléfono no es compatible con ninguna de estas tecnologías ya que una de las estrategias del gigante tecnológico esta dirigida a la obsolescencia programada.

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