¿El líder nace o se hace? Esta interrogante ha sido un dilema

¿El líder nace o se hace?

        Esta interrogante ha sido un dilema de constante debate a través del tiempo, que busca dar respuesta a si el líder o líderes tienen una cualidades innatas, donde la genética tiene un papel decisivo, así como otras características mágicas que lo envuelven, como podría ser el carisma,   ¿O, el líder tiene un proceso formativo donde sus atributos y características son influidas por el entorno social y su desarrollo intelectual?  Partiendo de ciertas premisas, considero a titulo personal que el líder se hace, donde el contacto   inicial con el mundo, la familia,  el medio ambiente donde se desarrolla, su lugar de estudio, la capacitación y desarrollo sus potencialidades; lo van preparando y encauzando a su destino.

        Si se lleva este dilema al plano filosófico de figuras como Rene Descartes, y analizando en este contexto su punto de vista racionalista, “Pienso, luego existo”, nos induce sin duda a confirmar que el líder  debe ser objeto de un proceso formativo desde sus primeros años de vida que posteriormente rendirán frutos en el momento indicado, la persona que piensa en ser líder, se conoce y decide tener las herramientas necesarias que le permitan maximizar sus cualidades en pos de un objetivo, es decir el que quiera ser presidente, máxima autoridad religiosa, entre otros cargos, donde indudablemente influirá en personas, tendrán que prepararse para ello, ya sea de manera empírica o por medio de un riguroso proceso intelectual-académico.

        Por otro lado Jean Paul Sartre, con su punto de vista existencialista, “Existo, luego pienso”, pudiera indicar que el líder, pide su espacio, ya que él tiene ciertas  condiciones genéticas-hereditarias (como la inteligencia), y que solo hace falta descubrirlas, están allí esperando florecer. Tal es el caso del “carisma”, que se define  como un “favor divino o don”, que tiene que ver con la posesión de características que pueden transformar a una persona en un ser atractivo, motivador, seductor y con un fuerte magnetismo personal que atrae.

        En relación a lo que se llama “inteligencia”, que se ha demostrado que puede ser heredada genéticamente, Stephen Covey (2004), en su libro “El 8vo. Hábito”, plantea lo que él ha definido como el paradigma de la persona completa, donde coexisten cuatro tipos de inteligencia: La inteligencia mental, que tiene que ver básicamente con nuestra función cerebral y el razonamiento, así como otras funciones que realiza la mente de manera involuntaria como por ejemplo “el soñar”. También define una inteligencia física atribuible a las funciones que llevan a cabo nuestros órganos como por ejemplo el respirar, los latidos del corazón, entre otras, que se realizan de manera autónoma. También habla de una inteligencia emocional, que es nuestra capacidad para conectarnos con otras personas, allí cualidades como el amor, la pasión, la empatía,  la simpatía, la tolerancia, así como muchas otras que pueden conectarnos (o desconectarnos) con  los demás. ¿Serán estas características hereditarias? Y por último, este paradigma  nos habla de una inteligencia espiritual, que tiene que ver con nuestra conciencia, lo ético, con moral, lo justo.

        En verdad sería muy interesante saber exactamente cual de las inteligencias del paradigma expuesto se pueden heredar genéticamente?, ¿Cuáles son dones provistos por Dios o los dioses? ¿O ellas son afectadas (disminuidas o aumentadas) por nuestro medio ambiente, forma de vivir y nuestro conocimiento?

        En este sentido considero que el líder consciente de su papel, tendrá la disciplina suficiente para fortalecer cada una de las inteligencias enmarcadas en este paradigma. Mejorará su inteligencia mental mediante el estudio y la capacitación en las áreas del conocimiento que le sean necesarias; su inteligencia física se verá beneficiada con el ejercicio, el descanso, sana alimentación y atención a la salud. La inteligencia emocional, que en los últimos años ha sido objeto de muchos estudios, pues, en  este ámbito la conexión del líder con los demás es muy, muy importante, por lo que el líder tendrá que adquirir conocimientos y destrezas para establecer una comunicación eficaz; que irá de la mano con su accionar (coherencia) lo cual dirá mucho de su inteligencia espiritual.

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