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Enfermedades De Los Docentes


Enviado por   •  24 de Junio de 2013  •  2.049 Palabras (9 Páginas)  •  300 Visitas

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Enfermedades mentales y emocionales en los y las docentes

¿Cómo ser maestro y no morir en el intento? No es el título de una película. Es la realidad cada vez más cotidiana entre los docentes, las bajas por depresión en el sector público "triplican" las de cualquier otra profesión.

Entre las causas del "creciente deterioro" de la salud mental conforme avanza el curso está el "desgaste" del profesor por tener que "estar más pendiente de lo que hacen los alumnos en el aula y de que te escuchen, que de tu propia explicación". A esto se suma que "el profesor está perdido, ha cambiado su rol social y se le atribuyen más funciones con menos medios". "Ahora el maestro tiene que hacer de policía, médico y nutricionista, consejero, psicólogo y hasta conserje…

Existen estudiantes sin atisbo de respeto por el maestro y docentes sin herramientas claras para educar, en tanto la palabra y la autoridad ya no son elementos de control frente a una juventud empoderada en derechos, pero mal guiada respecto a sus deberes ciudadanos.

En vista de estos sucesos, algunos profesionales empezaron a preguntarse por la salud mental del maestro. Recordando que la ansiedad y la depresión son dos enfermedades que abundan en condiciones como las que actualmente se viven en las instituciones educativas. Así mismo, factores como el aumento del desempleo, la inequidad en las condiciones laborales para algunos miembros del gremio, entre otras situaciones que hacen que el docente se sienta inseguro e insatisfecho, logran poner en la cuerda floja el balance emocional de los educadores y desencadenar repercusiones negativas en su desempeño laboral.

De igual forma, la responsabilidad de la educación de estos jóvenes hace que el educador asuma actitudes de policía y gendarme, más que de maestro, lo que en general causa incomodidad, desaliento frente al oficio y un marcado cansancio emocional y profesional.

Todas estas situaciones se convierten en caldo de cultivo para enfermedades como la fatiga, la falta de concentración y rendimiento, la ansiedad, el insomnio, los trastornos digestivos, etc. Todos estos con un componente principal emocional y psicológico. Así mismo, se ha llegado al aumento de casos de "Síndrome de Agotamiento Profesional" (en inglés burnout).

El concepto de “Burnout” fue acuñado por Freudenberger en 1974. Con posterioridad Maslach y Pines (1977) lo dieron a conocer y, desde entonces, dicho término se utiliza para referirse al desgaste profesional que sufren los trabajadores de los servicios humanos (educación, salud, administración pública, etc.), debido a unas condiciones de trabajo que tienen fuertes demandas sociales. También llamado «síndrome de estar quemado «síndrome de la quemazón», «síndrome del estrés laboral asistencial», «síndrome del desgaste profesional»), usándose indistintamente estos términos y, a veces, incluso confundiéndolos. Aunque fuertemente relacionados entre sí en cuanto a su significado, no es lo mismo estar estresado que estar "quemado".

Así mismo, estas situaciones pueden desembocar en malestares físicos como cefaleas, resfríos continuos, insomnio, lumbagos, cansancio físico, entre otros. De esta forma, el docente experimenta una disminución de su productividad y manifiesta aburrimiento en el trabajo, falta de interés en los diversos proyectos, poca iniciativa y creatividad, llegando a la disminución de su calidad en el trabajo.

Incluso, en algunos casos, los docentes pueden caer en problemas de abuso de sustancias, entre ellas el alcohol, las drogas, el cigarrillo, el café, y llegar a desarrollar trastornos alimenticios como la anorexia y la hiperfagia.

El estrés, puede surgir cuando un individuo está sometido a fuertes demandas conductuales que le resultan difícil llevar a cabo. La respuesta del organismo al estrés se produce de manera inmediata, el organismo se activa y vuelve a equilibrarse una vez superada la situación, pero se va desgastando si se repite con excesiva frecuencia. Sin embargo, el efecto “burnout” se origina cuando los profesionales sobrepasan su capacidad de reacción de una forma adaptativa. Su consecuencia inmediata se presenta en síntomas de agotamiento, fatiga, desgaste psicológico, con severas pérdidas de energía que causan un descenso de cantidad y calidad de rendimiento, en definitiva, una sensación de no poder transmitir más de sí mismo a los demás, que deriva en frustración, fracaso y actitudes negativas no sólo ante el trabajo sino también ante la vida y hacia otras personas.

Después de la gripe el segundo proceso más numeroso ha sido la depresión. En su opinión, "los docentes, generalmente, no saben desconectar y evadirse de los conflictos laborales en su vida de ocio y en su relación con amigos y familiares".

Síntomas, causas y consecuencias.

El profesional de la enseñanza percibe y padece esta situación a través de los propios síntomas de estrés, que la mayoría de las veces sí son semejantes a los de “burnout”, y ambos desembocan en un absentismo intermitente e, incluso, en enfermedades laborales. Enfermedad que puede venir acompañada de fuerte irritabilidad, insomnio, vómitos, inestabilidad emocional, arritmias cardiacas, tensión nerviosa, preocupaciones excesivas, falta de energías...

Por otra parte, son varias las causas que originan el estrés entre los docentes y, de paso, abren el camino sin retorno hacia el efecto “burnout”. Los doctores Maslach y J. Jackson destacan:

- La falta y premura de tiempo para terminar el trabajo relacionado con las clases (preparación de las mismas, corrección de exámenes, programación de actividades, etc.),

- Las altas ratios que padecen las clases

- La falta de disciplina por parte de los alumnos, con reiteradas faltas de respeto hacia los profesores.

- La mala organización que padecen algunos centros.

- La excesiva burocracia a la que se ven sometidos los docentes por parte de la Administración.

- Las respuestas y soluciones ineficaces dadas en el entorno educativo.

- El excesivo número de horas lectivas que soportan algunos profesionales a lo largo de la jornada escolar.

- La falta de apoyo.

- La baja consideración social que actualmente la profesión de la enseñanza.

El estrés y el efecto “burnout” inciden, especialmente, en aquellos profesionales que mantienen un contacto directo y permanente con las personas que son beneficiarias

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