Estado, Democracia y Ciudadanía en Venezuela en el Contexto Ambiental
jeaninfanteTesis21 de Mayo de 2015
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Estado, Democracia y Ciudadanía en Venezuela en el Contexto Ambiental
El objeto del presente informe es realizar un análisis de estos decretos ambientales del Libertador Simón Bolívar, un análisis también sobre el pacto de Punto fijo el cual fue un acuerdo entre los partidos políticos venezolanos Acción Democrática (AD), COPEI y Unión Republicana Democrática (URD) y una comparación analítica del articulado correspondiente al área ambiental entre las dos últimas Constituciones venezolanas (1961, 1999). Los aspectos específicos de carácterambiental que se han realizado,al identificar y clasificar los artículos que tratan detalladamente los aspectos ya mencionados en ambas Constituciones, se podrá visualizar la evolución que el país presenta en la materia ambiental.
Decretos Ambientalistas del Siglo XIX Simón Bolívar.
Simón Bolívar fue pionero en lo que se refiere a la conservación del ambiente, durante el periodo colonial la mayor parte del territorio Venezolano permaneció casi despoblado e inexplorado, extensas áreas de bosques y llanuras en el sur y en el oriente del país se conservaron intactas fuera de la actividad humana, en las zonas costeras, andinas y de los llanos centrales, la actividad económica de los colonizadores era poco intensiva debido al uso de tecnologías agrícolas muy sencillas de escaso poder destructivo, por esta razón, la relación del hombre con la naturaleza permaneció en un estado de equilibrio y de armonía que preservo los recursos naturales del país.
La guerra de independencia extendió la acción humana sobre el territorio y aceleró la explotación de los recursos naturales, provocando daños ambientales en Bosques, Suelos, Fauna y Fuentes de Agua que fueron agredidas pero con poca intensidad.
Aunque el problema ambiental de Venezuela no era grave ni especialmente preocupante, el Libertador tuvo el cuidado y el interés de legislar para cuidar y preservar los recursos naturales.Al analizar las consecuencias de la Guerra de Independencia, nos pone a la mano varios elementos para dar cuenta del estado en que se encontraba Venezuela después de la misma:
1. Más de diez años de combate ocasionaron saqueo, consumo y destrucción de cultivos y ganadería.
2. Pillaje como método normal de guerra.
3. Guerra total de violencia incontrolada, agravada por las condiciones de miseria y de privaciones.
4. El consumo bélico redujo el ganado (vacas, caballos, mulas) de 4.5 millones de cabezas en 1812 a 256.000 en 1823.
5. Las exportaciones cayeron en forma alarmante: entre 1810 y 1816, el cacao bajó desde 120.000 fanegas al año a 20.000, el café desde 80.000 quintales a 20.000.
6. Después de consolidada la independencia, la agricultura permaneció por muchos años en situación de estancamiento y depresión.
Tan pronto terminó la guerra, Bolívar inició la tarea de reconstrucción, tomando medidas que lo destacaron como el hombre que inició el movimiento conservacionista en América, atendiendo a una mejor coordinación y planificación y de acuerdo con los intereses de los pueblos americanos. Por algo se ha llamado a Bolívar, el padre del conservacionismo en América.
De manera general, las ideas conservacionistas de Bolívar pueden ser divididas así:
1. Preservación de monumentos que son testimonios de la cultura precolombina en América.
2. Las que abarcan las aguas, las tierras y las plantas, en lo que respecta a la naturaleza pura, que se presenta a la contemplación del hombre desde que éste adviene al mundo.
3. La protección de la fauna como fuente de alimento para el hombre, de vestido para cubrir su desnudez y como medio de transporte.
4. Aprovechamiento racional de los bosques, de los suelos y las aguas, que constituyen el fundamento de la riqueza de una nación y conservan la calidad de vida de sus habitantes. La pureza de las aguas, la fertilidad de los suelos y la abundancia de los árboles de un país, son fuentes de bienestar y prosperidad.
5. La creación de una infraestructura vial para facilitar el acceso de productos del campo a la gran masa consumidora.
6. La protección que el Estado debe dar a las minas para que explotadas en forma racional permitan el desarrollo de otras fuentes de riqueza, y que la depredación del patrimonio nacional en un lugar sea compensada con la prosperidad de otra área de riqueza inagotable. A la mina se le extrae constantemente y ésta no se reproduce, pero las materias primas de la agricultura se pueden reproducir al infinito y mejorar la producción y prosperidad.
Por todo lo dicho anteriormente podemos mencionar algunos de los principales decretos del Libertador:
1. A fin de fomentar el desarrollo económico, el Libertador decreta, en Rosario de Cúcuta, la creación de juntas provisionales de agricultura y comercio. Rosario de Cúcuta, 21 de mayo de 1820.
2. Creando de una dirección de minerías en cada departamento. Lima, 1 de febrero de 1825.
3. Resolución sobre repartición de tierras a la comunidad. Cuzco, 4 de julio de 1825.
4. Resolución a favor del aumento de vicuñas en el Perú. Cuzco, 5 de julio de 1825.
5. Contribución del Estado para reducir a rebaño las vicuñas del Perú. Cuzco, 5 de julio de 1825.
6. Resolución para que las minas abandonadas pasen a manos del gobierno. Pucará, 2 de agosto del 1825.
7. Repartimientos de tierras en Santa Cruz. Chuquisaca, 14 de diciembre de 1825.
8. Agricultura. Chuquisaca, 17 de diciembre de 1825.
9. Medidas de conservación del buen uso de las aguas. Chuquisaca, 19 de diciembre de 1825.
10. Resolución sobre la exportación de ganado. Coro, 20 de diciembre de 1825.
11. Para fomentar el laboreo de minas se exceptúa a los mineros del servicio militar. Bogotá, 24 de diciembre de 1828.
12. Medidas de protección y mejor aprovechamiento de la riqueza forestal de la nación.Guayaquil, 31 de julio de 1829.
13. Declaración de que las minas de cualquier clase pertenecen a la República. Quito, 24 de octubre de 1829.
El más célebre decreto del Libertador en materia de conservación fue El Chuquisaca, Bolivia, del 19 de diciembre de 1825. En éste precisa que gran parte del territorio de la República carece de aguas y, por consiguiente, de vegetales útiles a la vida; que la esterilidad del suelo impide el aumento de la población y priva de muchas comodidades, y que se están haciendo inexactamente o con imperfección la extracción de metales y la confección de muchos productos minerales, y decreta:
1. Que se visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos y se determinen los lugares por donde puedan conducirse aguas a los terrenos que estén privados de ellas.
2. Que en todos los puntos en que el terreno prometa hacer prosperar una especie de planta mayor cualquiera, se emprenda una plantación reglada a costa del Estado hasta el número de un millón de árboles, prefiriendo los lugares donde haya más necesidad de ellos.
3. Que el director general de agricultura proponga al gobierno las ordenanzas que juzgue convenientes a la creación, prosperidad y destino de los bosques en el territorio de la República.
Como se observará, el decreto de Chuquisaca es muy abarcador, y evidencia no solamente la formación del Libertador y su amplitud de miras en relación con la solución de esta problemática sino, además, que se ubica con sentido práctico frente a la realidad de la época.
Por un lado, señala la carencia de aguas como una determinante de la esterilidad del suelo, de las dificultades para las actividades mineras y en la confección de productos minerales, de la carencia de vegetales y de muchas comodidades. Y en este sentido, propone la conducción de aguas, es decir, con palabras de hoy, sugiere sistemas de riego que, mediante canales, lleven el preciado líquido desde los ríos hasta los terrenos secos, áridos y estériles. Por otro, también propone un plan de reforestación sembrando árboles en donde sean más necesarios. Este Bolívar "reforestador", comprendía perfectamente la importancia de la arborización para la sobrevivencia de las aguas, especialmente en las cabeceras o nacientes de los ríos.
Así mismo, con buen tino, recomienda la elaboración de ordenanzas que propendan a la creación, preservación y desarrollo de los bosques. Es importante subrayar que el Libertador, ante la depredación producida por los ejércitos contendientes que acampaban preferentemente a la milla de los ríos, ya que talaban y quemaban, en ocasiones, en las propias cabeceras de los mismos, se vio empujado a fijar esta legislación.
Llama la atención, por otra parte, que el decreto de Chuquisaca deja planteada una de las motivaciones básicas de las políticas agrarias en la historia de nuestros países como es el fomento de la agricultura. Las directrices contenidas en este decreto son sorprendentemente actuales. Como puede percibirse con facilidad, examinando, aunque sea superficialmente, las políticas ambientales adelantadas al presente por el Estado venezolano, los contenidos del decreto de Chuquisaca guardando las distancias de espacio y tiempo están en aplicación, o deberían estar en aplicación, en la Venezuela de hoy. La vigencia del decreto de Chuquisaca, pues, es indiscutible en la realidad venezolana y latinoamericana actual.
Pero no se quedó allí el Libertador. El 31 de julio de 1829, en Guayaquil, Ecuador, lanza un importante decreto
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