Estructura Económica De América Latina

Estructura Económica de América Latina

La estructura económica de América Latina se encuentra en un proceso de evolución, considerando la integración comercial, como un factor determinante para el crecimiento y desarrollo económico latinoamericano, con esto la reducción a la pobreza en todos los países de la región; que se lograra con el aprovechamientos de todos beneficios con los que se cuentan que en primera estancia es el contar con recursos naturales.

Esta región de 20 millones de Km2 de superficie, es una área geográfica donde se experimenta todos los climas del mundo, con su diversidad biológica, es el hogar de especies animales y vegetales, con ríos caudalosos e importantes, lo que la convierte en una proveedora de materia prima para el resto del mundo, porque cuenta con recursos minerales, entre los que destacan sus yacimientos de petróleo, cobre, litio y plata. Sin embargo no todos los países de América Latina cuentan con relaciones sociales y políticas pertinentes que le faciliten tener un mayor grado de desarrollo y crecimiento económico en la región. Latinoamérica está comprendida por los países de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, y por países dependientes como: Puerto Rico (E.E.U.U.) y Guayana Francesa.

Un problema primordial del desarrollo de América Latina es el de los grupos de poder dominantes y sus compañías, públicas y privadas, donde las potencias manejan actualmente la dirección de los recursos de la región, presentando conflictos en las relaciones económicas de Latinoamérica, ejemplo de ello: es la entrega de la soberanía monetaria a los Estados Unidos de Ecuador, El Salvador y Panamá que usan el dólar como su moneda principal, y cada uno tiene sus propias razones para utilizar la moneda del país más poderoso del mundo; esto es para mantener la inflación a raya, mantener precios estables e impulsar sus economías; lo cual deja en desventaja a los demás países que realizan transacciones en monedas nacionales.

Por tal en un comienzo el proceso de integración se dio con base en la proximidad geográfica, y la producción de algún producto en particular con la necesidad de un mayor intercambio comercial entre economías complementarias; pero ahora es más un instrumento que puede facilitar el desarrollo económico y la estabilidad política de los socios comerciales.

Es por ello la constitución de bloques de integración sub-regional como Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Grupo de los Tres, NAFTA, y la revitalización del Grupo Andino; han llegado a sostener distintos modelos de interrelación entre los procesos de integración económicas de las regiones, para evitar la vulnerabilidad de América Latina, y que no se traduzca en pérdida de credibilidad para que permanezcan y lleguen nuevas inversiones.

Hoy en día, todos

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