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Etapas del ciclo de la vida del ser humano


Enviado por   •  13 de Abril de 2019  •  Prácticas o problemas  •  3.414 Palabras (14 Páginas)  •  337 Visitas

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En el presente trabajo, conoceremos las diferentes etapas del ciclo de la vida del ser humano. Se establecerán las etapas y las condiciones favorables para su desarrollo y crecimiento, dándole interés especial a la nutrición, que juega un papel importante en la calidad de vida y el alcance de madurez fisiológica en cada etapa.

La vida no empieza cuando el ser humano ha nacido, cuando es un bebe, empieza desde el momento de la concepción, esto da gran importancia a los cuidados que la madre tiene durante los meses de embarazo, informarse les permitirá ser conscientes y comprometidos con su nutrición, ya que esta es vital para el desarrollo del feto. De manera empírica se cree que embarazo es comer doble o según la sensación, pero para esto existe evidencia científica en la planificación dietista y atender las necesidades nutricionales.

Así, con cada etapa, gestación, lactación, infancia, adolescencia, adultez y vejez, hay necesidades, atenciones especiales y recomendaciones nutricionales para la planificación dietaría.

La nutrición es el reflejo del estado del ser humano, conocer sus requerimientos en cada etapa le permitirá disfrutar de cada etapa de la vida.

Etapas de la vida

Gestación

Los nueve meses de embarazo representan el periodo más intenso de crecimiento y desarrollo en humanos. La forma en que se presentan estos procesos depende de muchos factores, que en su mayor parte es posible modificar. Entre los factores que afectan el crecimiento y desarrollo fetal y que se encuentran bajo el control del dietista, destaca el nutricional.

El embarazo es una situación fisiológica de cambios corporales y estructurales con el objetivo de proporcionar al embrión y feto las condiciones adecuadas para su correcto desarrollo y crecimiento. Estos cambios inducidos por la acción de diversas hormonas, consisten fundamentalmente en el aumento del útero y de las glándulas mamarias, del incremento de depósitos energéticos a expensas de grasa y de la formación y crecimiento de la placenta, a través del cual el feto va a recibir, desde el momento de la concepción y hasta el nacimiento, todos sus requerimientos de energía y nutrientes. Por lo cual, en el periodo de gestación aumentan las necesidades nutrimentales de la madre, cuantitativas y cualitativas.

La importancia de la nutrición en el desarrollo fetal inicia en el periodo pre-concepcional y se va a prolongar a lo largo del embarazo. En los primeros meses no hay mucho crecimiento fetal, pero es cuando ocurre la mayor diferenciación celular, se establece la organogénesis embrionaria. Posteriormente se invierten los casos. Por su parte, en las fases iniciales del embarazo, la madre almacena nutrientes fundamentales en el hígado y la placenta, que irá liberando posteriormente, aportándolos en el feto en la última fase de la gestación. Si la ingesta de la mujer fue insuficiente, repercutirá con bajo peso al bebe al momento de nacer (inferior a 2.5 kg), hecho que se asocia con una mayor morbimortalidad periodo peri y neonatal y la infancia.

Existe una relación entre las deficiencias nutrimentales en edades precoces y enfermedades en edad tardía como presión arterial, diabetes, enfermedad cardiovascular, entre otras.

A su vez, si la ingesta es superior a la necesaria, se produce un aumento de peso excesivo tanto de la madre como el feto, con el riesgo de complicaciones importantes: gestosis (aparición de cuadros de hipertensión, edemas y proteinuria durante el embarazo, la causa es multifactorial y afecta a la perfusión uteroplacentaria, que repercute en el desarrollo fetal), hipermadurez fetal e incremento de morbimortalidad perinatales.

Para cubrir estas necesidades aumentadas de energía y nutrientes, el organismo de la mujer gestante desarrolla unos mecanismos de adaptación encaminados a proteger el crecimiento fetal: por un lado, se incrementa la sensación de apetito por lo que aumenta la ingesta; por otro, también aumenta la eficacia de la absorción intestinal de varios micronutrientes (Fe, y Ca).

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Ganancia ponderal

El control periódico del peso de una mujer gestante se un índice indirecto de su estado de nutrición. Se considera ganancia ponderal adecuada aquella que se relación con menos complicaciones durante el embarazo y el parto y menos riesgo de bajo peso (<2,5 kg) o de macrosomía (>4,5 kg) al nacer, siendo el peso ideal de 3,1-3,6 kg. Es difícil generalizar la ganancia para todas las mujeres gestantes, ya que influyen múltiples factores, siendo uno de los más importantes el peso de la mujer antes del embarazo. Se han venido utilizando las recomendaciones publicadas en 1990 por el Instituto de Medicina (IOM) que establece unos objetivos en función del IMC preconcepcional. Estas recomendaciones han sido revisas por la Agency for Healthcare anb Quality (AHRQ) y publicadas en mayo del 2008, después de una revisión de literatura desde 1990 a 2007, concluyendo que no se puede hacer una única recomendación para todas las mujeres. Pese a todo, parece correcto establecer que la ganancia ponderal total debe oscilar entre 10-14 kg, con incremento inicial de 3-5 kg en las primeras 20 semanas y posteriormente de 400-500 g a la semana, hasta el momento del parto. Esta ganancia media debe ajustarse en función del estado previo de la mujer, de modo que, si previamente existe un bajo peso, el aumento debe ser mayor (16-16 kg), mientras que, si la mujer tenía un exceso, el incremento debe ser menor (7-8 kg). Es importante recordar que no se deben plantear dieras para adelgazar durante el embarazo de una mujer obesa, sino controlar ese aumento ponderal, ya que se corre riesgo de carencia nutricionales para el feto.

Requerimientos nutricionales

  • durante el primer trimestre del embarazo se estima que los requerimientos de energía son los mismo que los de una mujer no gestante.
  • Incremento en el segundo trimestre en una de 300-350 kcal/día.
  • 400-450 kcal/día a lo largo del 3er trimestre.
  • ingesta de proteína incrementa de 0.8 g/kg/d a 1,1 g/kg/d.
  • ingesta de lípidos, según la Comisión Europea, 30-35%, recomendándose una ingesta diaria de al menos, 200 mg/d de ácido docosahexaenoico (DHA) ya que parece demostrado que este aporte se relaciona con gestaciones más prolongadas y la aparición de cuadros de pre-eclamsia (es la presión signos arterial alta y de daño hepático o renal que ocurren en las mujeres después de la semana 20 de embarazo) y, en lo que se refiere al feto, un mejor desarrollo neurológico, visual y cognitivo.
  • Aumento ligeramente de algunas vitaminas (A, C, B1 y B2) y minerales (Fe y Zn), que normalmente se cubren con una alimentación adecuada.
  • La dieta no suele cubrir las necesidades de folatos (una forma es el ácido fólico) ni de yodo, dos micronutrientes que son fundamentales para el desarrollo del tubo neural del feto. Se recomienda que toda mujer en edad fértil debería recibir un suplemento diario de 400-600 ug de folato. Es claramente indispensable en las primeras semanas de gestación. El yodo es un elemento imprescindible para el sistema nervioso del niño y para su desarrollo y crecimiento.
  • habitualmente la alimentación durante el embarazo no es suficiente para cubrir las necesidades, por lo que se aconseja tomar sal yotada y administrar suplementos farmacológicos.

Recomendaciones dietéticas

La dieta de la mujer gestante no difiere de la no gestante.

Productos lácteos

Constituyen la principal fuente de calcio, su necesidad es mayor en la gestación. La mayoría de autores recomiendan incrementar el aumento del consumo de lácteos en 1-2 raciones más respecto a lo aconsejado para la población general adulta.

Alimentos proteicos

Los requerimientos se incrementan durante el embarazo ya que las proteínas son necesarias para la formación de tejidos maternos y fetales, así como la placenta. La fuente alimentaria debe ser de alto valor biológico, por lo que se recomienda que se consuma diariamente 2-3 raciones de alimentos proteicos de origen animal, que, además, proporcionan FE y vitaminas del complejo B. carnes preferentemente magras y limitar el consumo de hígado por su elevado contenido de retinol, que puede tener efectos teratógenos defecto congénito durante la gestación).

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