Etica Y Resposabilidad Social De Las Empresas
universidadusps21 de Febrero de 2013
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INTRODUCCION
El tema de Ética y responsabilidad social en las empresas, aún no ha sido asimilado con la suficiente seriedad que merece, pues su filosofía y la forma en que se ha venido tratando, tiende a ir en contradicción con los intereses empresariales, los que son sin discusión alguna, producir ganancias, es decir, que la actividad empresarial sea un ejercicio rentable.
Es por dicha razón, que interesado en el tema, lo presentó con una serie de componentes que harán de él algo interesante para empresarios y unidades productivas, pues la "RESPONSABILIDAD SOCIAL, ES UN BUEN NEGOCIO", dicho de otra forma, las acciones con responsabilidad social no son un gasto, es una inversión que genera Ganancias y Utilidades, en algunos casos de forma inmediata, y en otros a mediano y largo plazo.
Es poco probable que una empresa asuma una política de responsabilidad social si se le convierte en un gasto que va en contra de sus intereses y estados financieros, pues no podemos desconocer que en el lenguaje empresarial todo se mide en costos de inversión y en la recuperación de la misma.
Cuando se adquiera conciencia de que la Responsabilidad social es una inversión que produce retornos en utilidades, los empresarios y directivos asumirán un liderazgo positivo en el tema, y esto es más que probable, es una realidad hacer de la responsabilidad social una acción de ganancias para la misma empresa.
Ética y Responsabilidad empresarial
1. ¿De que es responsable la organización?
Todas las organizaciones, lo sepan o no, cuentan con unos estándares éticos más o menos programados, que son inherentes a sus culturas, sistemas y procesos organizativos. Cada vez más empresas deciden llevar a cabo políticas explícitas de ética, puestas por escrito o formalizadas, utilizando instrumentos como los códigos de conducta, las declaraciones de valores, los credos corporativos, los comités de ética, los manuales de política de empresa o los materiales para la formación de los trabajadores.
Los valores éticos juegan un papel trascendental. Por esta razón la ética no debemos manejarla en clave de disyuntiva: ética sí o ética no… Por supuesto ética sí, siempre. Porque actuar bajo el paragua de la no ética sería un atajo que nunca tomaría el buen empresario que ama a su empresa, o en su caso el ejecutivo o líder al que consideramos un buen profesional.
Tenemos una sociedad más madura y responsable que se escandaliza ante los atropellos e injusticias producidos por personas que dejan una profunda herida en la sociedad al desarrollar su impronta egoísta y ególatra. Las empresas han pasado de ser meros instrumentos al servicio de sus dueños, a ser agentes vitales de la economía y la Sociedad.
El concepto de ética empresarial va más allá del cumplimiento exhaustivo de las normas y leyes básicas. Por el contrario te puedes encontrar empresas de las que hay que recelar de su prodigalidad, al intentar tapar malas praxis interna con una campaña de imagen basada en donaciones y mecenazgo; y por el contrario actúan de manera insensible aplicando reducciones de plantillas ante el menor atisbo de empeoramiento de sus resultados y/o bajada del precio de sus acciones en el mercado de valores. Resultan bochornosas las decisiones de despidos masivos por parte de multinacionales que creen disfrutar del “label” de empresas responsables y éticas
Es un error pensar que poniendo en marcha medidas coercitivas y de control en el seno de las empresas se puede erradicar el problema de la no ética. Por el contrario pienso que la mejor solución pasa por la educación y desarrollo de equipos, dónde al final las personas se motiven y su propio desempeño y consecución de objetivos sean el modo más eficaz de control. Por consiguiente no hace falta medidas de control directo.
Las empresas son participes de la responsabilidad en algunos de los efectos mencionados, o en todos, por sus políticas o la carencia de las mismas, por sus sistemas de dirección y por una serie de costumbres y vicios empresariales que le alejan de una actuación responsable que mida la consecuencia de sus actos. La responsabilidad o la no responsabilidad, es parte de la cultura de una empresa.
Me interesa sobre manera el efecto de la responsabilidad en lo social y en lo cultural.
La falta de ética y moral, es sin lugar a duda, el principal elemento del problema, y como ya lo afirmaba, la búsqueda de las utilidades y el afán de generar resultados a toda costa sin medir consecuencias, no permite que la empresa (los empresarios y directivos), presten la atención que merece el tema de la responsabilidad social.
La inmoralidad ciudadana, la falta de civismo, el bajo escrúpulo de las personas, la falta de lealtad, la marrullería, la trampa, la poca seriedad, el bajo sentido de pertenencia, la mediocridad misma, las inadecuadas relaciones humanas, así como esos aspectos, son muchos los asuntos de comportamiento que afectan el desarrollo empresarial y por ende su eficiencia, y podré demostrar que la empresa tiene una alta responsabilidad en ellos.
El deseo de todo empresario es contar con un perfil ideal de colaboradores, los que salen de su comunidad, y éste perfil requiere de:
•Personas comprometidas que den lo mejor de sí mismo y que ayuden al crecimiento
de la empresa.
•Personas que sepan trabajar en equipo y que se enfoquen a los objetivos de la
organización, venciendo el egoísmo y evitando el conflicto en pro de la creación de un
clima laboral sano.
•Personas inteligentes, creativas, proactivas y con agilidad mental que puedan dar
soluciones, que decidan y aporten beneficios a los procesos, al sistema en general y
por ende al resultado.
•Personas honradas, honestas y rectas en los que se pueda confiar.
•Personas serviciales orientados hacia el cliente y hacia la calidad total.
•Personas tolerantes, prudentes y pacientes que hagan gala de sus cualidades humanas a favor de la relación interna y externa.
•Personas participativas y alegres que pongan amor a lo que hacen.
•Personas concentradas y prudentes que eviten la accidentalidad, deterioros, perdidas, las discordias, los reprocesos y la perdida de clientes.
•Personas capaces de controlar sus emociones negativas.
•Personas con escrúpulo, nada violentas, sin vicios y manías que atenten con la integridad de sus compañeros, en su vida familiar y social.
•Personas disciplinadas y responsables que administren el tiempo, que generen buena imagen y que planifiquen en pro de la eficiencia.
•Personas que proyecten una grata impresión, por su apariencia, por sus modales, por el comportamiento y sus hábitos.
En pocas palabras lo que se requiere es gente de calidad, íntegros y eficientes, lo que en la actual situación social parece ser una tarea titánica o una utopía. ¿Seré que existen personas con ese perfil? Es la pregunta que sale de dicha descripción.
La formación del individuo se empieza desde el hogar, en su núcleo familiar, y la educación básica y superior la complementa y valida, pero es en la vida laboral donde el individuo refuerza conductas o creencias, e inclusive donde las replantea.
¿De qué sirve una educación basada en valores y de buenos principios éticos, si la persona para mantener su puesto debe hacer cosas que van en contra de sus creencias? Nada se logró con enseñarle a la persona a ser recto, si su jefe le indica que tiene que "Torcer", "Comprar", "Untar" o dicho de otra forma, dar una comisión ilegal a alguien para poder vender o para hacer negocios. Existen muchas empresas que fomentan "los torcidos", es decir, los negocios sin escrúpulo.
De nada sirve enseñarle a no mentir a la persona, si el jefe es el primero que les dice a sus colaboradores que le nieguen, que se inventen una disculpa ante un cliente cuando hace un reclamo.
He sido testigo de personas con una alta capacidad creativa y de innovación, y que por sus mismas capacidades estudian una carrera afín a la creatividad, diseño grafico o algo similar, y una vez que son contratados, el jefe escudado en la frase "El que manda – manda", le impide a ésta persona hacer aportes, pues su papel es ejecutar las ideas que le presenta el que paga, el que tiene poder, así el empleado tenga mejores que las suyas, "O hace lo que le ordeno o se va", y éste, por cuidar su puesto, termina siendo un interpretador de ideas tontas y nada interesantes, perdiendo así, la capacidad creativa.
Muchas veces los ambientes organizacionales o el sistema de dirección anula las capacidades humanas positivamente desarrolladas.
He visto vendedores altamente cumplidos y eficientes al inicio de su carrera, y tan solo requieren algo más de refuerzo de esta conducta para que se conviertan en vendedores profesionales, pero su jefe con el tiempo les enseña lo contrario, les llega tarde, los deja en una reunión nada productiva el tiempo que a él se le antoja, les queda mal con los compromisos de entrega y en definitiva, les daña lo bueno que ellos tenían, inclusive les enseña a mentir y ha hacer marrullería.
Igualmente he sido testigo de personas recién casadas que con vehemencia desean construir un lindo hogar, por lo tanto trabajan con ahínco, pero a su vez cuidan su relación de pareja, y en el transcurso del tiempo las cosas cambian, pues la empresa no respeta su tiempo personal, se los quita, además de que les fomenta espacios propicios para lo negativo, el licor e inclusive
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