Etica Y Valores
monserritoooo18 de Mayo de 2013
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UNIVERSIDAD POPULAR UTÓNOMA DE VERACRUZ.
LICENCIATURA:
ADMINISTRACION DE EMPRESAS
ASIGNATURA:
ETICA Y VALORES
ASESOR:
MARIA DEL ROCIO CASTILLO BALTAZAR
ALUMNO:
REYES SALAS VICTOR MANUEL
GRUPO:
101
MISANTLA, VERACRUZ 15 DE DICIEMBRE DE 2012
INTRODUCCIÓN.
El autor trata de simplificar un panorama complicado lleno de contradicciones y ambigüedades, que en suma lo que persiguen es que el lector piense que en el tema de la ética y ejerza su capacidad de elegir de acuerdo con sus propias creencias. Con un leguaje simple dirigido a adolescentes presenta una serie de criterios que orientan el accionar ético tratando de diferenciarlo de lo propiamente moral, aunque es evidente que no logra desligarse de esto porque ética y moral están intrínsecamente relacionadas.
Se refiere a las cosas que nos convienen, a las que solemos llamarles buenas y a las que nos sientan mal que tildamos de malas. Esto constituye un criterio, de que es bueno aquello que me beneficia, siempre y cuando no haga mal a los demás.
Savater considera que el hombre a diferencia de los animales es un ser racional al que se le da la opción de elegir y por lo tanto de equivocarse. Sin embargo hace énfasis en que no somos libres de elegir lo que nos pasa sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo, así como, que el ser libres para intentar algo no necesariamente significa que vayamos a lograrlo pero vale la pena escoger nuestro propio camino.
A veces son las circunstancias las que nos obligan a elegir y la decisión a tomar puede deberse a diferentes criterios, generalmente relacionados con nuestros propios valores y cultura, pero también a las motivaciones como las órdenes, que pueden convertirse en un escudo para protegernos de decisiones en las que siempre tendremos responsabilidad, o las costumbres que no necesariamente son correctas o bien los simples caprichos. Al final sólo yo soy el responsable de mis acciones y nadie puede dispensarme de elegir y afrontar las consecuencias de mi elección. En cualquier caso las consecuencias de cada decisión deben ser evaluadas detenidamente, lo que no es necesariamente ético, ya que nuestras acciones deben obedecer más a principios, que al temor a las consecuencias. En este caso estaremos actuando más por criterios morales o legales, que por la ética personal.
Una diferencia sustancial con los criterios tradicionales de la ética fundamentada en la religión, es que Savater plantea como parte del desarrollo humano tener la capacidad de darse la buena vida, de cumplir con las aspiraciones personales, de escoger el propio camino, de disfrutar del cuerpo y del medio, de atreverse a ser feliz. El egoísmo puede ser bueno si está en función del desarrollo del ego, del logro propio; si no es concebido en los términos tradicionales de mezquindad y aislamiento. De cualquier manera es claro que el ser humano necesita estar bien consigo mismo para poder estar bien con los demás.
Otro aspecto que me parece interesante de resaltar es que las cosas que tenemos también nos tienen a nosotros. De las cosas sólo pueden sacarse cosas. Y si bien lo material puede darnos una buena vida, en lo personal considero, que sólo la interrelación humana puede darnos lo que realmente importa, podemos tener mucho y no lograr la felicidad por la soledad en que nos encontramos. No necesitamos apoyarnos en cosas de afuera, que no tienen nada que ver con lo que realmente somos y necesitamos. El accionar ético es una actitud, un principio de vida.
El criterio que manifiesta el autor de hacer lo que se quiera no se refiere a hacer lo que se me da la gana sin considerar los efectos que nuestras acciones puedan tener ante los demás.
Hacer lo que se quiere significa escoger nuestro propio camino, tener presentes nuestros deseos con el objetivo de ser felices, pero considerando la situación de los demás. Lo que a la larga puede significar fortalecer esa misma felicidad. Esto, de nuevo, dependerá de los valores propios y del contexto en que cada ser humano se haya desarrollado. A muchas personas estos planteamientos pueden ofenderles por que su contexto y oportunidades les han sido totalmente desfavorable y sus valores pueden responder a esos mismos escenarios por lo que sus valores pueden ser muy diferentes. Lo que yo necesito, o lo que es bueno para mí no necesariamente es bueno para otros.
Por ejemplo es común que algunos hagan daño a otros o cometan evidentes delitos, pero no los entiendan de esa manera. Estas personas pueden justificarse y defender su actuar en función de su propia circunstancia o necesidad de sobrevivencia, además debe considerarse que puede ser que esta conducta sea la única que conozcan.
De cualquier manera, al estilo de Gardner, podríamos hablar de una inteligencia ética, esa capacidad que traen ciertas personas para actuar en correspondencia con los valores como la honestidad y la solidaridad, de ser
congruentes con las necesidades generales, y de enfocarse hacia el bien común. Algo en lo que puede ayudar el ejemplo de los padres y maestros.
También podríamos hablar de procesos basados en experiencias y vivencias, de haber superado obstáculos, de haber transitado por los distintos niveles de satisfacción, explicados en la famosa pirámide de Maslow, en la que en cada nivel la valoración de los criterios éticos podrían variar.
De cualquier manera dentro de los comportamientos normales, una forma de identificar si estamos dentro del campo de la actuación ética es reflexionar si actuaríamos de la misma forma, si esta acción se estuviera divulgando en los medios de comunicación.
DESAROLLO.
DE QUÉ VA LA ÉTICA
Entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible: el de que ciertas cosas nos convienen y otras no si queremos seguir viviendo. De modo que a lo que nos conviene solemos llamarlo «bueno» porque nos sienta bien; otras, en cambio, nos sientan mal y a eso lo llamamos «malo». Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir.
En lo único que a primera vista todos estamos de acuerdo es en que no estamos de acuerdo con todos.
Libertad
Los animales no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer. No se les puede reprochar que lo hagan ni aplaudirles por ello porque no saben comportarse de otro modo. En cierta medida, los hombres también estamos programados por la naturaleza. Por mucha programación biológica o cultural que tengamos, los hombres siempre podemos optar finalmente por algo que no esté en el programa. Podemos decir «sí» o «no», quiero o no quiero.
Es cierto que no estamos obligados a querer hacer una sola cosa. Y aquí conviene señalar dos aclaraciones respecto a la libertad:
Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo.
Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible). Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad.
Uno puede considerar que optar libremente por ciertas cosas en ciertas circunstancias es muy difícil y que es mejor decir que no hay libertad para no reconocer que libremente se prefiere lo más fácil. De modo que parece prudente
fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética.
ORDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS
No siempre está claro qué cosas son las que nos convienen. Aunque no podamos elegir lo que nos pasa, podemos en cambio elegir lo que hacer frente a lo que nos pasa. Cuando vamos a hacer algo, lo hacemos porque preferimos hacer eso a hacer otra cosa, o porque preferimos hacerlo a no hacerlo.
Por lo general, uno no se pasa la vida dando vueltas a lo que nos conviene o no nos conviene hacer. Si vamos a ser sinceros, tendremos que reconocer que la mayoría de nuestros actos los hacemos casi automáticamente, sin darle demasiadas vueltas al asunto has actuado de manera casi instintiva, sin plantearte muchos problemas.
En el fondo resulta lo más cómodo y lo más eficaz. A veces darle demasiadas vueltas a lo que uno va a hacer nos paraliza.
Motivo: es la razón que tienes o al menos crees tener para hacer algo, la explicación más aceptable de tu conducta cuando reflexionas un poco sobre ella. En una palabra: la mejor respuesta que se te ocurre a la pregunta «¿por qué hago eso?». Pues bien, uno de los tipos de motivación que reconoces es el de que yo te mando que hagas tal o cual cosa. A estos motivos les llamaremos órdenes.
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