Evaluación De Los Aprendizajes
erikavictoria17 de Octubre de 2011
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ARQUEO TEXTUAL.
Elola, N. y Toranzos, L. (2000). Evaluación Educativa: una aproximación conceptual. España.
Las Funciones de la Evaluación
En términos generales se pueden reconocer diferentes funciones frecuentemente atribuidas a la evaluación, las mismas no son excluyentes sino complementarias y algunas se explican a través de las ideas más generalizadas que se tienen sobre la evaluación y otras se relacionan directamente con un concepto más completo y complejo de estos procesos.
1. Función simbólica: los procesos de evaluación transmiten la idea de finalización de una etapa o ciclo; se asocia con frecuencia la evaluación con la conclusión de un proceso, aún cuando no sea este el propósito y la ubicación de las acciones evaluativas cabe tener presente que para los actores participantes en alguna de las instancias del proceso, éste adquiere esta función simbólica.
2. Función política: tal como se señalara en el apartado anterior una de las funciones más importantes de la evaluación es su carácter instrumental central como soporte para los procesos de toma de decisiones. Esta función es claramente política ya que la evaluación adquiere un rol sustantivo como retroalimentación de los procesos de planificación y la toma de decisiones sobre la ejecución y el desempeño de los programas y proyectos.
3. Función de conocimiento: en la definición misma de evaluación y en la descripción de sus componentes se identifica como central el rol de la evaluación en tanto herramienta que permite ampliar la comprensión de los procesos complejos; en este sentido la búsqueda de indicios en forma sistemática implica necesariamente el incremento en el conocimiento y la comprensión de los objetos de evaluación.
4. Función de mejoramiento: en forma complementaria con la función de conocimiento y la identificada como función política, esta función destaca el aspecto instrumental de la evaluación en tanto permite orientar la toma de decisiones hacia la mejora de los procesos o fenómenos objeto de evaluación. En la medida que se posibilita una mayor compresión de los componentes presentes es factible dirigir las acciones hacia el mejoramiento en términos de efectividad, eficiencia, eficacia, pertinencia y/o viabilidad de las acciones propuestas.
5. Función de desarrollo de capacidades: con carácter secundario, ya que no forma parte de los objetivos centrales de cualquier acción evaluativa, los procesos de evaluación a través de sus exigencias técnicas y metodológicas desempeñan una importante función en términos de promover el desarrollo de competencias muy valiosas. Si se aprovechan adecuadamente las instancias de evaluación, éstas contribuyen a incrementar el desarrollo de dispositivos técnicos institucionales valiosos y poco estimulados habitualmente. Estas competencias se refieren por ejemplo a la práctica sistemática de observaciones y mediciones, de registro de información, de desarrollo de marcos analíticos e interpretativos de la información, de inclusión de la información en los procesos de gestión, de desarrollo de instrumentos para la recolección de información, etc.
Gutiérrez, R. (1990). Enseñanza de las ciencias en la educación intermedia. Madrid: Rialp
Agentes que intervienen en el proceso de evaluación:
La evaluación debe afectar a todos los elementos que intervienen en el proceso didáctico: el sistema educativo que rige en un momento dado en un país (instituciones, currículum, organización, recursos, etc.), los centros educativos con las instituciones internas que los sostienen (proyecto educativo, consejos escolares, dirección, departamentos, etc.), los profesores (calidad científica, pedagógica, profesional, etc.), los métodos de enseñanza, los recursos, los alumnos, etc.
Hinojosa, E. y López, B. (2003). Evaluación del aprendizaje. Alternativas y nuevos desarrollos. México: Trillas.
Coevaluación
La coevaluación es la evaluación que realizan los compañeros sobre otros estudiantes. Se usa para dar al estudiante retroalimentación adicional sobre un producto o un desempeño, por ejemplo, en las áreas de habilidades, como el liderazgo, la preocupación por otros, la efectividad en el trabajo grupal y la aceptabilidad social. La coevaluación permite contrastar la autoevaluación, y desarrolla la formación en justicia al hacer juicios (con información y justificación), cooperar, compartir ideas, criticar las posturas de otros, producir un producto en conjunto y aprender de los demás.
Autoevaluación
La autoevaluación consiste en la evaluación que el alumno hace de su propio aprendizaje y de los factores que intervienen. Provee una evidencia muy valiosa concerniente a la percepción del estudiante de sí mismo y de cómo quiere que los otros lo vean. Puede usarse para dar información acerca del comportamiento del estudiante que el profesor no es capaz de observar, como, por ejemplo, información sobre el estudiante fuera del aula: libros que ha leído, cuales le gustan más, intereses, pasatiempos, experiencias particulares, etc., y por otro lado, también información acerca del pensamiento de los estudiante: preocupaciones, sentimientos y opiniones.
Iafrancesco, G. (2004). La evaluación integral y del aprendizaje: Fundamentos y estrategias. Serie Escuela Transformadora. Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio.
Clases de Evaluación
La evaluación puede ser diagnóstica, formativa y sumativa:
Evaluación Diagnóstica: Aunque toda evaluación tiene el carácter de diagnóstica, se hace énfasis en considerarla como una clase aparte, porque por medio de ella se determina la situación del educando antes de iniciar el proceso. Esta se emplea, por ejemplo, para saber cómo se encuentra un estudiante antes de iniciar un curso, programa o proceso de aprendizaje. Mediante sus resultados podemos saber si sabe más de lo que necesita saber, o si sabe menos de lo requerido. También tendremos conocimiento de sus capacidades o limitaciones en relación con los contenidos que se desean impartir en la materia o asignatura. A partir de los datos obtenidos, se toman entonces las decisiones convenientes para hacer instrucción remedial, rediseño del programa o profundización según el caso. Las conductas de entrada y los pretest son formas de la evaluación diagnóstica.
Evaluación Formativa: Como su nombre lo indica, tiene el carácter de formación. Con ella se busca ir acompañando el proceso de aprendizaje del estudiante para orientarlo en sus logros, avances o tropiezos que tenga durante el mismo.
En consecuencia, la evaluación formativa consiste en apreciación continua y permanente de las características y rendimiento académico del estudiante, a través de un seguimiento durante todo el proceso de formación. Esto permite verificar en el alumno la capacidad de aplicar lo aprendido en el momento de la toma de decisiones y en la solución de problemas propios dl futuro ejercicio profesional.
Evaluación Sumativa: Busca la valoración y alcance total de los objetivos planteados para la labor educativa. En otras palabras, este tipo de evaluación no es otra cosa que la verificación o constatación respecto a la obtención o no de lo propuesto inicialmente, y de su valoración depende la toma de decisiones que por lo general son bastante comprometedoras para la vida estudiantil, tales como la aprobación o no de un curso, de una asignatura, o una práctica, etc., o relacionada con el paso de una unidad programática a otra, o con la promoción.
No se trata, entonces, de sumar logros de objetivos, sino más bien cómo estos objetivos se integran para contribuir a lograr el perfil deseado.
Principios de la Evaluación
1. “La evaluación es parte integrante del proceso global de la educación en todos sus niveles, está presente en todos los escenarios del proceso educativo”. Esto significa que la evaluación no es una meta ni algo independiente y ajeno al proceso formativo, ni mucho menos parte del ejercicio docente, es un elemento dinamizador y retroalimentador de la acción educativa en todos sus aspectos.
2. “La evaluación debe efectuarse de acuerdo con los objetivos educativos. Los objetivos son los que le dan sentido a la evaluación”. Son los objetivos los que le dan significado a la evaluación. Sólo con una clara visión de lo que se desea, se puede emitir algún juicio y tomar decisiones en relación con el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
3. “La evaluación se aplica a todos los factores que de algún modo inciden en el proceso educativo”. Todo aquello que afecte la acción educativa debe ser motivo de evaluación, como las estrategias metodológicas, los recursos, los programas, las actividades didácticas, los proyectos, las tareas, etc.
4. “La evaluación es un medio, no un fin en sí misma. Por lo tanto también debe evaluarse”. La evaluación debe evaluarse para corregirla y perfeccionarla. Para ello es necesario identificar y analizar las posibles las posibles deficiencias en cada uno de los pasos del proceso evaluativo, desde su planeación hasta las decisiones generales.
5. “Dentro de la acción educativa la evaluación constituye un proceso continuo de retroinformación”. Esto significa que la evaluación debe hacerse permanentemente
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