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Evaluación De Aprendizaje


Enviado por   •  17 de Octubre de 2012  •  2.863 Palabras (12 Páginas)  •  351 Visitas

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Evaluación de los aprendizajes

Antecedentes Históricos

La evaluación en el ámbito escolar tiene como propósito fundamental mejorar el proceso y los resultados del aprendizaje. En este sentido se debe realizar en forma permanente de tal manera que sepamos dónde están las potencialidades, las virtudes, los vacíos o las dificultades, con la finalidad de intervenir oportunamente para superarlas. En este sentido, se dice que la evaluación permite el seguimiento en los contenidos, en la parte axiológica, actitudinal y procedimental e identificar hasta qué punto el estudiante ha aprendido.

Si la evaluación tiene como propósito mejorar el aprendizaje, ésta se debe desarrollar en forma natural, sin los acostumbrados rituales que refuerzan la creencia de que ella es sancionadora y selectiva. La evaluación es esencial en el proceso de aprendizaje, pues toda persona que desee aprender algo, tiene que pasar por procesos de evaluación, la tarea de evaluar consiste en recoger información sobre qué y cómo aprende cada alumno, cuáles son sus progresos al participar en situaciones de enseñanza, de modo que podamos juntos con ellos detectar logros pero también incomprensiones y dificultades y tomar medidas necesarias para superarlas. No puede haber un aprendizaje efectivo si no evaluamos, es por la evaluación que sabemos si estamos yendo por el camino adecuado o es necesario cambiar de estrategia y ruta. En este sentido, hay la necesidad de crear un ambiente favorable para que la evaluación se produzca sin inhibiciones o traumas de ningún tipo. Cuando se evalúa debe existir el mismo ambiente de familiaridad que existe en las habituales sesiones de aprendizaje.

También es oportuno aclarar que la evaluación es un concepto mucho más amplio que el de examen o medición, de los que se vale en última instancia para la interpretación de los resultados. No se debe confundir a la evaluación con un simple calificativo. La evaluación nos dice cómo se está desarrollando el proceso de aprendizaje y si los resultados son los esperados o no.

Una constante que se mantiene en el término de evaluación son:

• Que la evaluación es un juicio de valor.

• Que la evaluación es un proceso sistemático.

• Que la evaluación es una medida de algo.

• Que la evaluación es una herramienta investigativa.

Se puede considerar que la evaluación ha de ser un proceso de continuidad, sistematicidad, flexibilidad y participación de todos los seres implicados en él. Se orienta a valorar la evolución de los procesos de desarrollos de los alumnos y a tomar en consecuencia, las decisiones necesarias para perfeccionar el diseño y el desarrollo de la programación en su conjunto y también de sus unidades.

Haciendo un poco de historia la evaluación tiene sus orígenes en la segunda mitad del siglo XIX con R Fechner, quien introdujo la medición psicofísica asociada a los estudios de las diferencias individuales.

F. Galton, investigador y científico inglés, introdujo la expresión de “test mental”, con este término el autor trataba de categorizar a los individuos según su inteligencia, y así poder examinar a los sujetos y hacer un comparativo entre ellos. En 1884 fundó su famoso laboratorio antropométrico en Londres. Gracias a este laboratorio Galton consiguió numerosos datos sobre diferentes características de las personas. Al tener gran cantidad de datos empezó a utilizar los primeros análisis estadísticos. Después de estos estudios sobre características humanas, quiso aplicar la selección artificial a las personas para mejorar la raza. Estas ideas afectaron en gran medida a la sociedad del momento ya que sirvieron de base para el nazismo y también para la limpieza de personas con discapacidad intelectual, delincuentes, pobres o enfermos mentales de la sociedad. Él comprobó que los hijos de padres muy inteligentes o con características físicas muy notables tendían a tener las mismas características que los padres; por esto pensó que la herencia tenía un papel más importante que el propio aprendizaje. Para analizar los datos de este estudio contrató al estadístico Pearson que había desarrollado un nuevo método de análisis estadístico: el Coeficiente de Correlación.

Otro aspecto por el que Galton tenía mucho interés era el de medir la inteligencia. Lo hizo con el Método biométrico que sirve para analizar diferentes características físicas: fuerza, tamaño del cráneo, tiempo de reacción. Realizó una numerosa muestra de sujetos. Con los datos aplicó la Campana de Gauss, en ella la mayoría de sujetos se encontraban en el centro, pero un pequeño grupo estaba por las colas (o por debajo o por encima de la media). Con este estudio consideró que el factor más importante de la inteligencia era el genético.

Los estudios de F. Galton se conocieron rápidamente en Francia, Alemania y Estados Unidos y otros países. Sucesor de Galton fue A. Binet, quien construyo las primeras escalas para las medidas de las inteligencias. En colaboración con H. Simon, Binet construyo las primeras escalas para la medida de la inteligencia.

Los años sesenta fueron fructíferos en demanda de evaluación en el ámbito de la educación. Esta nueva dinámica en la que entra la evaluación, hace que, aunque ésta se centraba en los alumnos como sujeto que aprende, y el objeto de valoración era el rendimiento de los mismos, sus funciones, su enfoque y su última interpretación la que variaba según el tipo de decisión que buscada.

Buena parte de culpa de este fuerte ímpetu evaluador americano se debió a la ya citada aprobación de la «Elementary and Secondary Act» (ESEA) en 1965 (Berk, 1981; Rutman, 1984). Con esta ley se puso en marcha el primer programa significativo para la organización de la educación en el ámbito federal de los Estados Unidos, y se estipuló que cada uno de los proyectos realizados con el apoyo económico federal debía ser anualmente evaluado, a fin de justificar subvenciones futuras.

Junto al desencanto de la escuela pública, cabe señalar la recesión económica que caracteriza los finales años sesenta, y, sobre todo, la década de los setenta. Ello hizo que la población civil, como contribuyentes, y los propios legisladores se preocupasen por la eficacia y el rendimiento del dinero que se empleaba en la mejora del sistema escolar. A finales de los años sesenta, y como consecuencia de lo anterior, entra en escena un nuevo movimiento, la era de la «Accountability», de la rendición de cuentas (Popham, 1980 y 1983; Rutman y Mowbray, 1983), que se asocia fundamentalmente

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