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FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS, EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS DE LOS PARADIGMAS DE INVESTIGACÓN EN LAS CIENCIAS SOCIALES


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2013  •  2.317 Palabras (10 Páginas)  •  942 Visitas

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Los paradigmas de investigación son el resultado de un conjunto de reglas y direcciones señaladas por diversas corrientes filosóficas, epistemológicas y metodológicas, la mayoría de las cuales tienen sus propias ideas sobre el proceso de construcción de la ciencia y sobre los criterios teóricos que sustentan la investigación científica.

El empirismo es una teoría epistemológica que considera la experiencia sensorial como única fuente del saber. Afirma que todo conocimiento se fundamenta en la experiencia y se adquiere a través de la experiencia. La doctrina fue desarrollada originalmente por un grupo de filósofos ingleses, entre los cuales cabe destacar a Locke, Berkeley, Hume, Francis Bacon, Hobbes y otros. Si bien históricamente el siglo XVIII marca el comienzo de una concepción que ha tenido gran influencia en el desarrollo de la investigación científica, es en el siglo XX cuando adquiere mayor dominio este postulado centrado en la fuente de la experiencia sensorial como procedimiento fundamental del conocimiento y de la experiencia cognoscitiva. En este terreno, el empirismo tradicionalmente se ha enfrentado con el racionalismo. El punto principal de la diferencia está en que el empirismo infiere de la experiencia y no de la mente misma, como lo hace el racionalismo, el carácter universal y necesario de los conocimientos. Uno de los aspectos más notorios que caracteriza el modelo empirista en la investigación y en la producción de conocimientos es el lugar privilegiado que ocupa el dato. Se parte del supuesto de que la verdad está contenida en los hechos, por lo tanto la tarea primordial de la práctica científica radica en constatar y en medir estos hechos con el fin de establecer, posteriormente relaciones que nos permitan generalizar a niveles de mayor abstracción. Usualmente los datos se registran a través del empleo de técnicas, todas consideradas "objetivas", particularmente fundamentadas en principios y reglas estadísticas. Una vez aplicadas las técnicas para obtener la información, se comienza el proceso de refinamiento de los datos, es decir, se elaboran y se traducen los indicadores, sintetizando en índices y estableciendo relaciones estadísticas. A partir de este proceso estaríamos en condiciones de realizar las interpretaciones teóricas. En esta práctica no existen ni principios ni teoría que guíen la selección de lo que va a ser asunto de nuestro estudio, sino que sólo se establecen objetivos y propósitos operativos e instrumentales. Esta posición, es cuestionada por Mario Bunge, que afirma que ningún dato es por sí mismo una evidencia, sino que debe convertirse en tal una vez interpretado con la ayuda de una teoría. Ninguna evidencia es absoluta, ni tampoco anterior a la teoría. En cambio los defensores de esta escuela, argumentan que sus críticos han exagerado. De ahí que aleguen una coherencia entre las variables y los indicadores, o sea, que plantean la existencia de una inferencia legítima no supuesta arbitrariamente entre la información obtenida y la elaboración teórica posterior, tratando de asegurar la validez de sus proposiciones.

Para el racionalismo, según Guillermo Briones "los conceptos a priori no se basan en la experiencia sensible, sino que son producidos directamente por la razón o el intelecto (como los conceptos de causa y sustancia), si bien admiten que algunos conceptos tienen un origen empírico". Otro punto de discrepancia entre los empiristas y los racionalistas, es según Briones, el problema de la verdad, ya que a juicio de los segundos, "todas las verdades necesarias son a priori, ya que la experiencia sólo nos puede decir que algo ha ocurrido o es probable que ocurra, pero de ninguna manera que ese algo debe ser así". En síntesis, el racionalismo como teoría plantea que la universalidad y la necesidad, caracteres lógicos del saber verdadero, no pueden inferirse de la experiencia, ni de las generalizaciones de la misma. Sólo pueden extraerse del propio entendimiento, de conceptos que le son innatos o de conceptos que existen sólo en forma de aptitudes, de predisposiciones del entendimiento.

El racionalismo en su fase clásica surgió como intento de explicar las particularidades lógicas de las verdaderas matemáticas y de la ciencia natural matemática, y sus representantes más destacados fueron Descartes, Spinoza, Kant, Fichte, Leibniz, Hegel y Schelling en los siglos XVII, XVIII y XIX, respectivamente. Pero no hay duda de que es el racionalismo contemporáneo el que más ha influido en los presupuestos teóricos de la investigación científica, cuyo representante más importante es el francés Gastón Bachelard, el cual busca relacionar la filosofía con la ciencia, precisamente con la clara intención de construir una filosofía de las ciencias. Las ideas epistemológicas de Bachelard plantean que el investigador debe buscar el porqué del objeto de estudio, debe ir más allá de la apariencia, de lo fenomenológico, con una actitud preocupante, crítica frente a lo conocido y lo desconocido, siempre en guardia contra los conocimientos aceptados y tradicionales.

El materialismo ha tenido muchos enfoques y posiciones a través de la historia, o sea, que no podemos hablar de una teoría única y absoluta. En la concepción marxista, el materialismo se opone al idealismo, al cual considera una corriente filosófica anticientífica. Desde ese punto de vista, el materialismo confirma el carácter primario de lo material y el carácter secundario de lo espiritual y de lo ideal en la concepción filosófica del mundo y la existencia. Lo cual significa que el mundo es eterno, que no ha sido creado, que es infinito en el tiempo y en el espacio. Pero fundamentalmente el materialismo científico afirma que la conciencia es un producto de la materia altamente organizada y la concibe como un reflejo del mundo exterior, con lo cual afirma que la naturaleza es siempre comprensible. Desde el materialismo de los filósofos griegos Demócrito y Epicuro, hasta las concepciones del materialismo, marxista, los fundamentos de esta concepción filosófica se centran en el concepto y noción de la materia, que comprende todos los fenómenos y procesos del mundo objetivo existentes fuera de la conciencia y del espíritu humano. Para los marxistas, el materialismo dialéctico se constituye en la base general para el desarrollo de la teoría económica, social y política de esta ideología, se opone al materialismo vulgar de los griegos que era mecanicista y metafísico, ya que no da cuenta del desarrollo de los procesos desde su instancia más simple hasta la más compleja, porque a juicio de ellos la materia en su conjunto no es alterable.

Como ya la señalamos anteriormente, la escuela o corriente opuesta al materialismo es el idealismo, que a similitud de las otras escuelas filosóficas tiene muchas vertientes

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