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GASTRONOMÍA ESPAÑA


Enviado por   •  15 de Agosto de 2013  •  Tesis  •  2.829 Palabras (12 Páginas)  •  309 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Ya desde tiempos muy remotos la sopa ha sido considerada como un plato que jamás debe faltar en la mesa de ningún hogar. La razón de esto es que la sopa es un plato altamente nutritivo y rendidor, características que lo hace muy apreciado en las familias numerosas.

Seguramente, la sopa surgió en tiempos muy primitivos como un medio que permitió ablandar la dura carne de algunos animales y que sin pasar por este proceso hubiese sido imposible de consumir. Entonces, el probar el caldo remanente fue sin duda irresistible, dando como origen a este peculiar plato. Más tarde se añadirían condimentos que le agregarían un sabor más apetecible.

También es interesante notar que el mundo de la pintura artística se vio muy influenciado por este delicioso plato, ya que en la Catedral de Néride (España) puede observarse una serie de murales con imágenes de algunos peregrinos y méndigos que conjuntamente con un grupo de benevolentes árabes consumen una deliciosa sopa. Sin duda, este mural fue un intento por tratar de mejorar las relaciones existentes entre árabes y españoles que fue pintado durante el siglo XIV. Lo curioso del caso es como la sopa pareciera ser el medio utilizado para lograrlo. El punto que queremos destacar es que la sopa debió haber sido un plato muy popular durante la época, ya que se le utiliza en el mural como el medio empleado para tratar de cohesionar las dos culturas.

Dejando de un lado todos estos detalles históricos, es un hecho que la sopa tiene un lugar muy importante en las mesas familiares de todo el mundo, y por eso el conocer cómo preparar algunas sopas españolas es un tema que trataremos a continuación, facilitando algunas recetas que les serán de gran utilidad.

GASTRONOMÍA ESPAÑA

No cabe duda que la necesidad es la mejor consejera del hombre, y en el mundo gastronómico no fue la excepción. En cualquier continente que se sitúe, la historia de la sopa brillará por su sabor y energía.

Los pastores españoles de la región de Castilla, por ejemplo, al tener que recorrer grandes terrenos en sus pastoreos crearon una de las sopas más populares en ese país: la sopa castellana. Originalmente combinaban manteca, pan, pimiento, chorizo y agua, pero con el tiempo se sofisticó su preparación.

Otra de las sopas obligatorias de España se originó en el sur del territorio: el gazpacho. Este caldo es un regalo de los árabes, quienes desde el Siglo 13 ocuparon aquella nación. (http://www.terra.com/mujer/articulo/html/hof7512.htm).

En España, al igual que ocurre la mayoría de los países, la gastronomía es muy distinta de unas regiones a otras; por lo que no puede hablarse con rigor de una cocina nacional, sino de múltiples cocinas regionales influidas en cada caso por la climatología y las formas de vida autóctonas, sin embargo mantiene unos rasgos comunes y característicos, entre los cuales pueden destacarse:

• El uso del aceite de oliva como grasa culinaria por excelencia, tanto en crudo como en frituras.

• La utilización del sofrito como comienzo en la preparación de abundantes platos.

• El empleo de ajo y cebolla como principales condimentos.

• La costumbre de tomar vino, tinto o blanco (según el tipo de plato), durante las comidas.

• El acompañamiento con pan en la gran mayoría de las comidas.

• Gran consumo de ensaladas, sobre todo en verano.

• El consumo de una pieza de fruta o algún lácteo en el postre. Los dulces como tartas o pasteles suelen reservarse para días especiales o celebraciones.

Entre la multitud de recetas que conforman la variada cocina española, unas pocas pueden considerarse comunes en todo o casi todo el territorio, pero quizás donde más coinciden las distintas regiones es en los postres y dulces: el flan, las natillas, el arroz con leche, las torrijas, las magdalenas o los churros son algunos de los más representativos. (Lujan, 2003)

SOPA DE AJO

La sopa de ajo es un tipo de sopa típicamente castellana que contiene fundamentalmente agua o caldo, pan (que suele ser pan duro que ha sobrado de días anteriores), pimentón, laurel, ajo y aceite de oliva. Se trata de una sopa de origen humilde, estando como todo plato popular sometido a múltiples variantes, según la economía de la familia y los gustos del cocinero, por lo que es común que se le añadan otros ingredientes, como huevo, chorizo, tocino de cerdo frito, jamón, bonito, etcétera. En algunas comarcas del centro (Castilla y León y Madrid) y del norte de España es actualmente un plato asociado a la cocina de la Semana Santa.

Ha sido un almuerzo muy frecuente en la antigüedad en muchos sitios de España. Se desayunaba en un café bebido al alba y un par de horas después, para mantener las fuerzas, se tomaban las sopas de ajo, generalmente con uno o dos huevos dentro, que se cocinaban con el calor de la sopa. En ciertos lugares de España es uno de los platos típicos de la cuaresma, constituyendo uno de los olores que rondan los aires de las diferentes procesiones de Semana Santa. Se trata de un plato adecuado a las costumbres religiosas al no incluir carne, y su textura y composición recuerda mucho a la estética y sobriedad de estas fechas. Se toma muy a menudo, casi durante cualquier hora del día durante la Semana Santa. En Zamora suele tomarse como desayuno tras las procesiones nocturnas.

Es costumbre además que se sirva esta sopa tras noches de actividad, y algunos autores mencionan lo sano de esta ingesta matutina debido a que es de fácil digestibilidad, actuando al mismo tiempo como emoliente y neutralizante de la mucosa estomacal irritada por los abusos. (Martinez Llopis, 1995)

Una variante regional, denominada sopa de ajo a la andaluza, contiene los mismos elementos que la sopa de ajo tradicional, pero añadiendo al agua pura de la cocción una coliflor. La sopa de ajos a la andaluza no lleva pimentón como en otras partes de España, y no es caldosa sino espesa. En la costa le suelen verter trozos de pescado.

En la sopa de ajo aragonesa se añaden huevos y picatostes. En cada zona de España se elabora la sopa de ajo de una manera particular, incluso cambiándole el nombre: en la provincia de Cuenca la variante local toma el nombre de sopa de pastor; cuando en lugar de emplear pimentón se usan pimientos choriceros suele llamarse al plato sopa

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