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Generalidades De Los Bovinos Y Bufalos


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2013  •  1.663 Palabras (7 Páginas)  •  3.886 Visitas

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Generalidades De Bovinos Y Bufalos

La alimentación de la vaca representa uno de los aspectos más importantes de la producción lechera. Cuando los sistemas de la industria láctea eran más tradicionales y no debían afrontar grandes exigencias de eficiencia y productividad, la dieta del ganado bovino estaba formada simplemente por el consumo de forraje de las pasturas. Pero el avance del sector en la actualidad obligó a intensificar la producción y por ese motivo se hizo indispensable controlar lo que la vaca ingiere.

Así fue como se empezó a agregar al forraje una dieta de alimentos balanceados: el pasto se ha vuelto insuficiente para las necesidades de las vacas de alta producción. Para obtener una buena producción de leche, es necesario proveerle a la vaca de una buena selección de alimentos que aseguren una ingestión efectiva. Una vaca que produce 30 kilogramos de leche por día y pesa 550 kilogramos puede comer un 3,7 por ciento de su peso en materia seca.

Tipos de alimentos

Los alimentos para las vacas lecheras pueden incluir tallos, hojas, semillas y raíces de varias plantas. El ganado bovino también puede alimentarse de subproductos industriales como harinas de semillas oleaginosas, melaza, granos cerveceros y subproductos de molino. Pero, no sólo de forraje se alimenta la vaca. Además necesitan minerales y vitaminas, elementos que se vuelven muy valiosos a la hora de enfrentar los distintos requisitos nutricionales de animal. Por lo tanto, además del agua que toman las vacas, que se calcula entre 4 y 5 kilogramos por cada kilo de materia seca, los alimentos pueden clasificarse en: forrajes, concentrados, proteínas, minerales y vitaminas.

Forrajes

Representan la parte vegetativa de las gramíneas o de las leguminosas que contienen una alta proporción de fibra. Permiten ser pastoreados sin ninguna adición o también pueden ser preservados como ensilaje o heno luego de ser cosechados. Una de las particularidades más importante del forraje es su capacidad para estimular la rumia.

Dependiendo de su madurez, las leguminosas pueden representar entre un 15 y un 23 por ciento de proteína cruda, mientras que las gramíneas contienen de 8 a 18 por ciento de proteína cruda y la paja sólo 3 a 4 por ciento. Los forrajes cambian sus atributos a lo largo de su crecimiento: son alimentos muy nutritivos cuando el pasto es joven y suculento, o pueden llegar a convertirse en muy pobres cuando maduran. El valor nutritivo suele ser mucho más importante durante su crecimiento vegetativo y más bajo en la etapa de formación de semillas. Esta particularidad se produce porque en el proceso de maduración, la concentración de energía, proteína, calcio, fósforo y materia seca digestible en la planta se reduce mientras aumenta su fibra. Cuando esto ocurre, crece el contenido de lignina y entonces hay menos carbohidratos disponibles para los microorganismos del rumen. Es por ese motivo que el valor energético del forraje se reduce. Por lo tanto, para que la alimentación del ganado sea efectiva, el forraje debe ser pastoreado en una etapa adecuada de su desarrollo. No es éste el caso del maíz y el sorgo, porque a pesar de que es menor el valor nutritivo de la planta ubicada en el tallo y las hojas, una alta cantidad de almidón digerible se encuentra en los granos. Una de las maneras más efectivas de evitar la pérdida de valor nutritivo del forraje es establecer un pastoreo que corresponda al número de animales en los potreros y a la tasa de crecimiento del pasto.

También puede dar buen resultado sembrar una mezcla de gramíneas y leguminosas que tengan tasas diferentes de crecimiento y madurez o suministrar los forrajes de menor calidad a las vacas secas o a las que están en su última etapa de lactancia y los forrajes buenos a las vacas que ya iniciaron su lactancia. Los forrajes de alta calidad como las gramíneas y leguminosas suelen constituir gran parte de la materia seca de la ración de las vacas. El ganado bovino necesita ingerir de un 2,5 a un 3 por ciento de su peso corporal como materia seca. Si son suministrados en raciones balanceadas, los forrajes llegan a representar una parte muy importante de la proteína y la energía necesarias para la producción lechera. Las leguminosas son mucho más resistentes a sequías e incluso le pueden agregar al suelo hasta 200 kilogramos de nitrógeno al año por hectárea, ya que gracias a las bacterias con las que conviven pueden convertir nitrógeno del aire en fertilizantes nitrogenados.

Cereales

Cuanto mejor sea la calidad del forraje, menor será la cantidad de cereales que la vaca necesita. Si el forraje incluye ensilaje de maíz o heno de buena calidad, el cereal puede ser reducido en un 10 por ciento, en cambio, ese mismo porcentaje debe aumentarse si los forrajes no son de alta calidad. Es recomendable no exceder un límite de 2,5 por ciento del peso corporal en forma de cereal en la ración diaria. Si la vaca pesa 650 kilogramos, la administración de cereales no puede superar los 16 kilogramos. No es una buena estrategia sobrealimentar a las vacas de baja producción y subalimentar a las de alta producción durante el comienzo de la lactación. La subalimentación de cereales provoca

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