HACIA EL FORTALECIMIENTO DE LAS COMPETENCIAS ARTÍSTICAS A TRAVÉS DE LA SENSIBILIZACIÓN EN LA PRACTICA DE LAS RONDAS INFANTILES

Considero que para que las rondas infantiles sobrevivan por los tiempos de los tiempos es necesario sensibilizar no solo a los padres de familia, estudiantes y docentes, y a su vez fomentar su práctica, aún más cuando se piensa que las rondas infantiles promueven el desarrollo de habilidades y fortalecen las competencias artísticas además de que recrean y producen alegría en quien las practica.

Es preocupante saber que hoy en día las rondas infantiles se están perdiendo, es posible que la tecnología, la televisión y otras distracciones estén afectando la práctica de estas, de ahí la importancia de fomentarlas no solo en la escuela, sino también en el entorno familiar, en el barrio y en otros escenarios. Precisamente una aliada indiscutible de las rondas infantiles para su fomento es la danza; una posible solución para rescatarlas es a través de ella.

La danza es el medio por el cual podemos expresar toda clase de sentimientos, emociones y circunstancias que vivimos día a día, gracias a ella podemos comunicarnos con los demás, aportando integridad, comunicación, paz, amor y todo lo necesario para poder vivir mejor y observar la vida desde otra perspectiva más amplia y menos vulnerable.

En este mundo con tantas dificultades con las que se vive hoy en día, y donde la niñez y juventud ha sido influenciada por los medios de comunicación en la pérdida de valores que perjudican su formación y desarrollo con temas tan preocupantes como la drogadicción, violencia, sexo, corrupción, sedentarismo, pérdida de valores, juegos de computadora y los problemas intrafamiliares; y donde el niño y el joven no tiene más alternativas que ser el protagonista de uno o varios de estos flagelos, la sociedad pide a gritos espacios verdaderamente formadores y enriquecedores.

Dentro de los procesos abordados se reconoce claramente que las rondas infantiles permiten fortalecer habilidades y competencias artísticas. La ronda constituye un gran recurso didáctico, una valiosa fuente de apoyo para la adquisición de conocimientos, es un elemento de expresión ritmo plástica muy completa ya que permite la participación activa del niño en forma espontánea y va mejorando su formación integral como tal, además de estimular el desarrollo social, es un instrumento para la convivencia y las relaciones normales entre los niños.

Las rondas son una actividad social que desarrolla la creatividad, imaginación y contribuye a la solución de problemas. Con ella se logra que el niño interiorice, utilice el espacio y el tiempo, se exprese verbalmente y corporalmente, desarrolle su percepción motora, visual, auditiva y táctil contribuyendo así con todas las áreas de forma integral.

La propuesta pedagógica como producto del desarrollo de este proceso va encaminada por un lado a fortalecer las competencias artísticas en la danza y por otro lado a rescatar las rondas infantiles como un espacio verdaderamente constructor en la formación personal del niño con la premisa de hacerlo feliz. Cuando hablamos de crear varias coreográficas que fortalezcan las competencias artísticas en la danza a través de las rondas infantiles se pretende conjugar danza y ronda en perfecta armonía donde se hagan explicitas las competencias artísticas.

Y es que las competencias artísticas abarcan un sin número de habilidades que el niño puede desarrollar, tales como el trabajo en equipo, la coordinación, la psicomotricidad, la cooperación, el compañerismo, la sana competencia, la toma de decisiones, la atención, la creatividad, la memoria, el fomento de valores, el juicio crítico, las competencias comunicativas y la proposición de soluciones, entre otras. Dar las herramientas para que la escuela cree programas artísticos que fortalezcan las habilidades del niño, incentiven las rondas infantiles y propicien

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