Impacto De Las Adicciones En Mexico

EL IMPACTO DE LAS ADICCIONES EN MEXICO

Una adicción es una enfermedad emocional, conocida también como enfermedad del alma. Lleva una secuencia bastante compleja. Pues es crónica, progresiva y mortal (si no es tratada a tiempo).

La inseguridad, la baja autoestima, los problemas, la culpa y la vergüenza son algunos de los motivos de un malestar interno. Al entrar en un malestar interno se busca el camino más fácil: escapar de la realidad. Una manera de persuadir un problema puede ser el alcohol, al igual que todas las drogas, que se encarga de permitir al cuerpo olvidar por unos momentos y salir de la realidad, para poder ser ese que tanto se anhela.

Se puede ser adicto casi a todo: al trabajo, a la comida, a la TV, al twitter, al sexo, a las apuestas, al alcohol o a las drogas. Siendo estas últimas conocidas como químico-dependencias. Estas crean cierto placer al cual el cuerpo se vuelve dependiente. Conforme transcurre el tiempo se busca encontrar el mismo sentimiento obtenido en la primera vez, lo cual es casi imposible. Por eso dicen que una cosa lleva a otra. Al necesitar una droga, el cerebro comienza a actuar distinto. Logrando una inestabilidad que lleva a hacer cosas que no se harían en situación "normal". Como pelear, robar e incluso matar.

Las drogas son un gran problema, causa de varias decenas de miles de muertes, desapariciones o torturas. Para nadie es nuevo que en los últimos años las adicciones se han convertido en un problema grave que afecta la vida diaria de amplios segmentos de la población en nuestro país.

Mientras en 1995 el rango de edad más frecuente de consumo de drogas fue de 25 a los 29 años; para 1998, fue de los 19 a 24 años. Para 2007, el rango se movió entre los 14 y 24 años, y en 2010, además de haber descendido a 8 y 10 años, las edades de inicio en el consumo de alguna droga, el doctor Córdoba Villalobos, secretario de Salud informó que en México hay una población estimada de 450 mil adictos crónicos, de los cuales sólo entre 9 y 15 por ciento asisten a los tratamientos especializados y de internamiento, ya sea por voluntad propia o porque presentan crisis en su salud.

Se trata de un incremento insólito que no se ha producido por generación espontánea, aunque han influido factores como la pérdida de valores al interior de la familia; la ausencia de los padres por razones de trabajo, la falta de empleo, la pobreza extrema y la endémica desigualdad; más allá de esas situaciones, el factor determinante ha sido la estrategia de los cárteles para generar adicción a las drogas entre los mexicanos.

Al respecto, el doctor Javier Oliva reconocido investigador de la UNAM, señalaba en 2008, que el creciente consumo de droga entre los mexicanos, tenía que ver con el reforzamiento de los controles fronterizos por parte de los Estados Unidos. Que ese bloqueo estaba "rebotando" la droga a México, por lo que los cárteles decididos a obtener ganancias a como diera lugar empezaron a crear redes de narcomenudeo, que ofrecieran la droga a bajo precio, en pequeñas dosis, fáciles de ocultar y consumir, en los parques, a la salida de las escuelas, en discotecas, domicilios particulares, en misceláneas, etcétera. El propósito de volver adictos, sobre todo a los jóvenes, fue sumamente exitoso, gracias al silencio y falta de acción de las autoridades, logrando con el paso de los meses, un boyante mercado interno, que transformó a México de país de tránsito de la droga, a país crecientemente consumidor de estupefacientes.

Una versión similar, que no coincide con las fechas de inicio del fenómeno, es la de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU, que atribuye el consumo creciente de drogas en México, al fracaso de los programas gubernamentales para someter a los cárteles y a que éstos han venido cambiando sus métodos de operación, dejando atrás las grandes operaciones de narcotráfico para crear un mercado interno de consumo a través del narcomenudeo.

Por si fuera poco, en la actualidad, la mariguana y la cocaína han cedido el paso a drogas aún más dañinas, como la cocaína sintética, el cristal, o el crack que por su bajo costo y amplia disponibilidad, llevan la delantera en el siniestro mundo del narcomenudeo; a pesar de las irreversibles consecuencias neurológicas, que provocan: afecciones mentales; alucinaciones, proclividad a la violencia, y hasta muerte fulminante por infarto múltiple. Secuelas que la gran mayoría de los jóvenes desconoce hasta que las padece.

La reciente Red Nacional para la Atención Integral de las Adicciones, constituye una opción valiosa para atender a la población adicta, pero resulta insuficiente dada la magnitud del problema.

En el campo de la demanda se han hecho grandes esfuerzos y acorde con el programa sectorial de salud (2007-2012), se han invertido más de 6 mil 600 millones de pesos en la prevención y tratamiento de las adicciones; con estos recursos se han construido 335 centros de atención primaria llamados “Centros Nueva Vida”, que operan en toda la República, en los municipios de mayor incidencia. Esta red de servicios constituyen el primer eslabón en el tratamiento, lográndose articular en este sistema a instituciones públicas, privadas y sociales, contando en la actualidad con una oferta de atención que ofrece tratamiento y prevención en sus tres niveles.

Se ha trabajado intensamente en las escuelas de educación básica en la detección oportuna de niños en riesgo, por medio de la aplicación de una prueba de detección y tamizaje (POSIT); con este estudio se logra detectar casos de consumo de drogas incipientes o en situación de riesgo. Los casos que se detectan se refieren a los “Centros Nueva Vida” para su atención.

Es importante señalar, que al igual que en otros problemas de salud pública, los programas de prevención y tratamiento de las adicciones, deben estar sustentados en la información, la cual deberá ser confiable, científicamente sustentada, que dé cuenta de las características del fenómeno, de los factores que inciden en las adicciones desde la disponibilidad de las substancias, las de mayor consumo, la percepción de daño y riesgo; asimismo indagar sobre las alternativas de prevención y tratamiento que se ofrecen en nuestro país.

México ha estado en la vanguardia en la vigilancia epidemiológica de las adicciones, ya que desde 1980, se han realizado cinco encuestas nacionales, en 1988, 1993, 1998, 2002 y 2008, las tres primeras registraban datos urbanos y en las dos últimas se agregaron datos del medio rural.

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