Implantes Dentales
samso18 de Octubre de 2012
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INTRODUCCION
Los implantes dentales son introducidos en el hueso maxilar mediante una pequeña intervención quirúrgica. Una vez insertados, los implantes quedarán “sumergidos” en el hueso maxilar durante el tiempo que dura el proceso de integración. Así mismo se puede decir que los implantes son unas prótesis que se colocan en el hueso mandibular o maxilares creando una base sólida sobre la que se pueden efectuar tanto restauraciones de dientes individuales, como prótesis parciales o totales, y funcionan exactamente igual que los dientes naturales. Estos pueden reponer la perdida de un diente natural, sin necesidad de tener que tallar los dientes adyacentes para la preparación de un puente.
El estudio radiológico indica la cantidad y calidad de hueso disponible para colocar implantes sin lesionar estructuras anatómicas, cavidades y paquetes basculo nerviosos. Hay casos en los que no hay suficiente hueso para colocar implantes (en el maxilar superior a nivel de los senos maxilares donde hay por lo general mas problemas de hueso). Por ello se hacen levantamientos de senos maxilares para ganar masa ósea. Se puede lesionar a nivel de la mandíbula en el conducto dentario por la falta de hueso, esta falta de hueso es un problema que hasta ahora se podía solucionar en muchos casos con un autotransplante de hueso propio. Actualmente se usa una técnica que se basa en la regeneración ósea. Esta técnica consiste en extraer sangre del paciente poco antes de realizar la cirugía, a esta sangre se le realizan una serie de procesos para luego introducirla en el campo operatorio preparado, luego se sutura y a los pocos meses se ha formado el hueso.
Son muchos los materiales que se han utilizado a lo largo de la historia de los implantes dentales. En la actualidad, sólo dos se consideran válidos: el titanio puro y el titanio recubierto de hidroxiapatita que permite una integración mas rápida y fuerte que la producida con el titanio, ya que la unión no es mecánica, sino química, dando lugar a la biointegración.
El titanio es el biomaterial por excelencia, dado su óptima biocompatibilidad con el organismo humano. Además, el titanio es osteointegrado con el tejido óseo, produciendo lo que podríamos denomina una soldadura biológica entre el hueso vivo y el titanio.
Cuando se acude al odontólogo por primera vez para hablar de la posibilidad de una terapia mediante implantes. Al paciente se le hará historia clínica y una exploración exhaustiva de la boca. Se tomaran radiografías de forma que el odontólogo pueda determinar el tipo, cantidad y situación del hueso disponible. En muchos casos se pueden colocar implantes para soportar un puente y así evitar el tener que usar prótesis removibles, debido a que los puentes permanecen firmes en su posición, no crean situaciones tan comunes como irritación de las encías y el dolor causado por las dentaduras parciales o completas removibles.
Los casos mas resaltantes para el tratamiento con implantes son aquellos casos de pacientes portadores de prótesis completas o removibles, y que sea por efectos psicológicos o por la deteriorada anatomía de sus estructuras bucales, no llevan las prótesis. A estos pacientes, la implantologia les ha solucionado muchas veces el problema masticatorio y psicológico.
CAPITULO I
Historia de la implantologia
Desde tiempos muy remotos el hombre ha intentado sustituir los dientes perdidos, ya sea por caries, traumatismos o enfermedad periodontal, por otros elementos que restaurasen la función y la estética. Los hallazgos arqueológicos hablan de la reposición no solo en vivos, sino también en muertos con intención de embellecer el recuerdo de la persona fallecida. La necesidad de una prótesis dental surge como la respuesta lógica a la falta de dientes, elementos necesarios para la masticación e importantes para el prestigio y las relaciones sociales.
Las primeras prótesis de las que se tiene constancia es una implantación de una autopsia realizad durante el neolítico (hace 9000 años) este hallazgo tuvo lugar en el poblado Faide Souard, en Argelia. El cráneo encontrado era de una mujer joven y presentaba un trozo de una falange de un dedo introducido n el alveolo del segundo premolar superior derecho.
Los restos antropológicos mas remotos de implantes dentales colocados son los de la actualidad maya. El arqueólogo Wilson Popenoe, en 1931, descubrió en la playa de los muertos en Honduras, un cráneo que presentaba en la mandíbula tres conchas introducidas en los alveolos de los incisivos; este cráneo data del año 600 D.C. los estudios radiológicos determinaron la formación de huesos compactos alrededor de los implantes, haciendo suponer que dichos fragmentos s introdujeron en vida.
Vemos que la idea de servirse del alveolo como soporte de dientes artificiales es muy antigua, como ocurre con muchas técnicas de la medicina. Pero de los egipcios, fenicios, griegos y romanos no ha llegado ninguna muestra de que pusieron implantes.
En el siglo x, el andaluz islámico Abulcasis, nacido en 936 en Córdoba, escribe: “En alguna ocasión, cuando uno o dos dientes se han caído pueden reponerse, otra vez en los alveolos y unirlos de la manera indicada (con hilos de oro) y así se mantienen en su lugar. Esta operación debería ser realizada con delicadeza por manos habilidosas”. Esto es la perfecta descripción de un implante dentario.
En diferentes épocas y culturas, la sustitución de dientes fue concebida de muy diversas maneras. Así, en el medioevo los cirujanos barberos, ante las exigencias de los nobles y militares de rango pusieron de moda los trasplantes dentales, usando como donantes a los plebeyos, sirvientes y soldados, posteriormente, dichas practicas fueron abandonadas ante los constantes fracasos y la posibilidad de transmisión de enfermedades, en este campo los cirujanos que se destacaron por sus aportes fueron Ambrosio Paré, Pierre Fauchard y John Hunter.
Durante el siglo XIX y principios del XX se produjo un retroceso en el auge de la trasplantación por motivos morales (extraer un diente a un pobre por colocárselo a un rico) e higiénicos y también hubo decepción ante los resultados de la autotransplantación. En esta situación el camino de la implantologia y los autotransplantes quedo cegado y sin rumbos. Si los dientes naturales no servían, que se podía hacer. Los odontólogos observaban a los médicos como trataban las fracturas, por ejemplo, las fisuras palatinas con los obturadores palatinos. Amato Lucitano en el siglo XVI los construía de oro; pero aun se tardo III siglos en utilizar ese material para realizar el implante dental.
A principios del siglo XIX se llevo a cabo la colocación de los primeros implantes intraalveolares, destacando autores como Maggiolo, odontólogo que en 1809 introdujo un implante de oro de un diente recién extraído, el cual constaba de tres piezas pero eso no era suficiente, y el siguiente gran avance llego de manos de la cirugía, ya que los cirujanos introducían alambres, clavos y placas en los huesos para resolver las fracturas. Imitándolos, hubo varios odontólogos a finales del siglo XIX, que lo intentaron como el Dr. Harris, en 1887, implantó una raíz de palatino revestida de plomo en un alveolo creado artificialmente. Durante las primeras décadas del siglo XX, destacó entre otros, R. E. Payne, quien presentó su técnica de implantación en el tercer congreso dental internacional celebrado en 1901 Algrave, demostró el fracaso de esta técnica con plata, dada la toxicidad de este metal en el hueso.
E. J Geenfield, utilizó en 1910 una cesta de iridio y oro de 24 quilates, que introducía en el alveolo. Considerándolo como el científico que comento en 1915, las bases de la implantologia moderna, haciendo referencia a las normas sanitarias de limpieza y esterilidad, e introduciendo conceptos innovadores y actuales, como la relevancia de la intima asociación entre el hueso y el implante, describiendo si mismo el concepto de implantes sumergido, la curación de tres mees sin ningún tipo de sobrecarga.
Uno de los países con mayor importancia, en la década de los 50 fue España. Pascual Vallespin, en Zaragoza, realizo novedosas modificaciones en la técnica de implantes, introduciendo los conceptos vigentes hoy en día, como es el realizar la incisión y cubrir perfectamente el implante.
En 1967, Perrón escribió el primer libro sobre la implantologia, conceptos fundamentales sobre la endoimplantologia.
En la década de los años 60, estuvo dominada por el trabajo de Linknow, que desarrollo el implante de rosca de Lew y el de hoja, que predominó hasta los 80.
Al mismo tiempo que se desarrollaban los hechos en los años 50, el profesor Branemark, comenzó a realizar un estudio microscópico, en la médula de los hesos. Este experimento lo llevo a cabo, con la colocación de una cámara de titanio, en el fémur de un conejo, para luego descubrir que al intentar sacarlo, resultaba imposible ya que la cámara de titanio se había adosado al hueso. La publicación de sus trabajos en 1965, que demostraban que podía lograrse la oseointegración, la implantlogia experimentó un cambio sustancial, que se aplicó posteriormente con una revolución de los sistemas de implantes
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