Importancia De La Ets En Los Adolescentes
charito_ojo22 de Mayo de 2013
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INTRODUCCIÓN
La adolescencia se define, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el grupo etario comprendido entre 10 y 19 años. Los médicos que atienden a este grupo deben manejar las nociones básicas de las infecciones de transmisión sexual (ITS), que son aquéllas cuyo mecanismo de transmisión es predominantemente por vía sexual, aunque también se podrían adquirir por otro tipo de vía. Se entiende por contacto sexual a todo tipo de unión de mucosas entre personas de igual o diferente sexo, contacto que puede tener distintas modalidades: pene-vagina; pene-ano; buco-vaginal; buco-peneano; o vagina-vagina.
Los agentes causales de las ITS pueden ser: bacterias, como Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis, Mycoplasma hominis, Ureaplasma urealyticum, Treponema pallidum, Gardnerella vaginalis, Haemophylus ducreyi, Shigella spp, Salmonella y otras, de las cuales las más comunes son gonococo y clamidia; hongos, como Candida albicans; que en la adolescencia y en cualquier otra etapa de la vida se pueden adquirir también por otros mecanismos; virus, como el virus herpes simple I y II, papiloma, hepatitis, citomegalovirus y VIH; protozoos, como Trichomonas vaginalis y Cryptosporidium; y ectoparásitos.
IMPACTO DE LAS ETS.
En el mundo se producen, cada año, 333 millones de casos nuevos de ETS, de los cuales, 60% ocurren en menores de 24 años, es decir, en población joven.
Entre las consecuencias de las ETS para la mujer están el cáncer cervicouterino, en cuya génesis está involucrado el virus papiloma, contra el cual está disponible en la actualidad una vacuna; la enfermedad inflamatoria pélvica; la infertilidad; el embarazo ectópico; la prematuridad y la transmisión al feto. Entre las consecuencias para ambos sexos y los hijos están la sífilis congénita y tardía, que puede cursar con compromiso vascular y del sistema nervioso; la hepatitis B, que produce hepatitis crónica y carcinoma hepatocelular; el herpes, con sus ulceraciones, recurrencias y riesgo de infección fetal, prenatal o neonatal; el virus papiloma, precursor del cáncer cérvicouterino, que también puede producir infección neonatal; la gonorrea, que se asocia a enfermedad inflamatoria pelviana y riesgo de embarazo ectópico; y la clamidia, que se asocia a infertilidad e infección en el embarazo y parto.
Cuando se habla de los adolescentes se tiende a pensar que las niñas y niños no mantienen actividad sexual; sin embargo, un estudio realizado por CONASIDA demostró que alrededor de 50% de los jóvenes menores de 17 años son sexualmente activos; el primer coito se produce entre los 15 y 16 años, en promedio, en las mujeres y entre los 14 y 15 años en los varones, con una mediana de 17 años 8 meses en la mujer y 16 años 8 meses en los hombres (Fig. 1). Cabe señalar que entre 25 y 50% de las adolescentes no saben que una persona portadora del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) puede parecer saludable, de modo que piensan que no se van a contagiar si su pareja se ve sana.
Importancia de las ETS en la adolescencia.
La incidencia de las ITS en los Estados Unidos, por año, es de 1 de cada 8 personas de 13 a 19 años de edad; en el mundo, se estima que 3 millones de jóvenes adquieren una ITS cada año y que este problema afecta a 1 de cada 6 adolescentes sexualmente activas. Otro dato importante es que la incidencia global de gonorrea ha disminuido, pero en los adolescentes la tasa es el doble que en la población general.
Los adolescentes son más vulnerables, porque con el mismo número de contactos sexuales tienen mayor probabilidad de adquirir una ITS por diferentes factores: primero, los adolescentes, en especial los de menor edad, suelen tener dificultad para la negociación, para decir no, no quiero tener relaciones, o para saber si de verdad quieren iniciar la actividad sexual o lo están haciendo por presión de la pareja; en segundo lugar, si bien los adolescentes no son promiscuos en el sentido de tener varias parejas en forma simultánea, sí cambian de pareja con frecuencia, se enamoran de sus parejas y tienen actividad sexual con todas ellas, lo que no significa que la tengan con cualquier persona; es decir, mantienen una monogamia seriada; finalmente, carecen de habilidad en el uso del preservativo, lo que en gran parte es responsabilidad de lo adultos. No basta con decirles que usen el preservativo, se les debe enseñar en la práctica, mediante un esquema. En la página de la Sociedad Norteamericana de Prevención de ITS están las instrucciones escritas claramente: primero abra el condón, sáquelo, revíselo que esté bien, póngaselo así, etc, cosa que en Chile no se hace. En los colegios no se hace educación sexual o se hace en forma muy superficial, ignorando que la habilidad se adquiere teniendo un condón en la mano y enseñando a los jóvenes a usarlo.
Los factores de riesgo para adquirir una ITS son: el inicio precoz de la actividad sexual; el mayor número de parejas sexuales; el cambio de pareja sexual en los últimos dos meses; el no uso de preservativo y la asociación con consumo de alcohol, tabaco y drogas. Estos antecedentes son útiles en el momento de efectuar tamizaje de Chlamydia y gonorrea. La vulnerabilidad de los adolescentes es mayor cuando han tenido una ITS previa, lo que puede aumentar los conocimientos sobre ITS, pero no el uso de condón; la intervención es más efectiva a menor número de parejas sexuales y menor número de episodios de ITS; también aumenta el riesgo con el uso de marihuana, que se asocia a seis veces más posibilidades de tener tricomoniasis; en cambio, el uso de condón aumenta cuando el padre ha conversado el tema con el adolescente antes del inicio de la actividad sexual.
Entre los factores predisponentes característicos del adolescente para adquirir una ITS, está el uso de anticonceptivos orales, que han desplazado a los métodos de barrera; de hecho, cuando se les pregunta a los adolescentes porqué no usan condón, responden “porque me estoy cuidando con anticonceptivos”; los estudios demuestran que los anticonceptivos orales se asocian a mayor incidencia de ETS, aunque serían protectores frente a procesos inflamatorios pélvicos, por algún motivo. Por otro lado, los adolescentes tienen un sistema inmunológico inmaduro, lo que es muy importante. Otro factor es el ectropion cervical, que es más frecuente encontrar en las adolescentes y que origina una mucosa susceptible de ser infectada por gérmenes causantes de ITS. Finalmente, las infecciones genitales aumentan la probabilidad de ITS, porque la mucosa irritada es más susceptible a infectarse.
LAS ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL (ETS).
Las enfermedades de transmisión sexual, también conocidas como ETS o ITS (infecciones de transmisión sexual), son enfermedades infecciosas que se contagian de persona a persona por medio del contacto íntimo. Las ETS afectan a hombres y mujeres sexualmente activos de todas las edades y procedencias (independientemente de si son ricos o pobres).
Lamentablemente, las ETS se han convertido en una afección común entre los adolescentes. Debido a que los adolescentes corren mayor riesgo de contraer ETS, es importante aprender qué medidas de protección se pueden tomar.
Las ETS son más que un motivo de vergüenza. Son un problema de salud grave. Si no reciben tratamiento, algunas ETS pueden producir daños permanentes, como esterilidad (incapacidad de tener hijos) e incluso la muerte (en el caso del VIH/SIDA).
Las enfermedades de transmisión sexual son bastante frecuentes en el adolescente y adulto joven ya que están teniendo relaciones sexuales cada vez con mayor promiscuidad con una tendencia a cambiar de pareja y tener relaciones sexuales sin usar preservativos o espermicidas que los protegen. Se detallan a continuación las enfermedades más frecuentes de transmisión sexual, incluyendo las causas, efectos y consecuencias, así como recomendaciones a seguir para prevenir su contagio.
CLAMIDIA
Es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) frecuente, causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, que puede dañar los órganos reproductivos de la mujer. Aunque generalmente la clamidia no presenta síntomas o tiene síntomas leves, hay complicaciones graves que pueden ocurrir "en forma silenciosa" y causar daños irreversibles, como infertilidad, antes de que una mujer se dé cuenta del problema. La clamidia puede también causar secreción del pene en un hombre infectado.
Las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes que son sexualmente activas están expuestas a un mayor riesgo de infección porque su cuello uterino (la abertura del útero) no se ha desarrollado completamente. Debido a que la clamidia puede transmitirse por relaciones sexuales, orales o anales, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres también están en peligro de contraer la infección clamidial.
A la clamidia se le conoce como la enfermedad "silenciosa" porque casi 3 de cada 4 mujeres infectadas y cerca de la mitad de hombres infectados no presentan síntomas. Si hay síntomas, éstos aparecen generalmente entre 1 y 3 semanas después del contagio. En las mujeres, la bacteria infecta inicialmente el cuello uterino y la uretra (el canal urinario). Las mujeres que tienen síntomas podrían presentar flujo vaginal anormal o una sensación de ardor al orinar. La infección clamidial del cuello uterino puede propagarse al recto. Los hombres que tienen signos o síntomas podrían presentar secreción del pene
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