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Importancia De Las Competencias En La Práctica Docente

ladypavlova24 de Junio de 2011

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Resumen:

Abordar el enfoque de competencias a partir de sus principios y metodología; analizando las particularidades del modelo y destacando el enfoque socioformativo de las competencias como el más idóneo para ser puesto en práctica dentro del quehacer docente. Sin olvidar, los obstáculos con los que se podría enfrentar durante su aplicación.

Palabras claves: Competencias, aprendizaje, enseñanza, educación, docencia.

Introducción

Es evidente que los cambios actuales dentro de la sociedad están ocurriendo de forma acelerada. Día a día surgen nuevos conceptos, disciplinas y tecnologías, las cuales exigen al ser humano una mayor preparación. Por lo tanto la educación es la principal encargada de responder a las nuevas exigencias, a través, de la reelaboración de reformas educativas que planteen estrategias y prácticas más certeras para lograr una educación de verdadera calidad. De esta manera surge el enfoque de las competencias como una alternativa para mejorar el proceso de formación académica; sin embargo, no basta con sólo reelaborar toda una currícula, programas y planes; es necesario formar a todos aquellos que se encuentran inmersos dentro del ámbito educativo conforme al enfoque de las competencias, tarea que no es del todo fácil, debido a la diversidad de enfoques y corrientes pedagógicas que existen y de las cuales hoy en día siguen siendo en su mayoría utilizadas, a pesar de ser un tanto obsoletas de acuerdo a las nuevas exigencias que la sociedad demanda.

El objeto de este ensayo es conocer el enfoque de las competencias y su aplicabilidad dentro de la práctica docente; con el propósito de brindar un panorama general del enfoque, así como, ejemplificar su incorporación en la labor como docente. Lo que es de suma importancia pues dicho enfoque se perfila a convertirse en el nuevo paradigma, ya que sus principios ofrecen una solución a los problemas actuales con los que se enfrenta la educación.

Copia de la realidad es un escenario que muestra a varios profesionales egresar de sus disciplinas, ávidos por incorporarse al sistema laboral, logran ingresar y se encuentran con situaciones -problemas- y tareas para los que apenas fueron preparados a resolver; sus estudios sólo se centraron primordialmente en favorecer la adquisición de conocimientos descuidando la aplicación y práctica de los mismos. El paso del tiempo puso en evidencia el gran rezago que existía -y aún existe- entre lo que se enseñaba en la escuela y sucedía en cuestión laboral. Fueron estudiantes educados a través de métodos tradicionales que poco permitieron la exploración y potencialización de sus capacidades y habilidades; nuevos enfoques como el constructivismo surgieron pero no fue suficiente para cumplir con el objetivo de formación. El enfoque de las competencias, es entonces, un camino distinto por el cual orientar a los procesos educativos; pero ¿es el enfoque de las competencias un nuevo paradigma?, Tobón (2010) señala:

“históricamente, las competencias han surgido en la educación como una alternativa para abordar falencias de los modelos y enfoques pedagógicos tradicionales […] con un cambio de lógica, transitando de la lógica de contenidos a la lógica de la acción […] poco a poco la comunidad pedagógica ha ido aceptándola pues brindan respuestas pertinentes y claras en torno al currículo, el aprendizaje, la evaluación y la gestión educativa-docente; y a problemas que se dan en contextos como lo son el social, laboral, profesional y científico.”

No obstante algunos de los planteamientos teóricos y metodológicos del modelo se basan en modelos pedagógicos tradicionales, el más importante es el constructivismo del cual retoma “la teoría de la asimilación y retención, que genera un aprendizaje significativo y el proceso de enseñanza aprendizaje” (Tobón, 2010:3). Como nuevo paradigma el enfoque estable una serie de principios: pertinencia, en donde las instituciones educativas generen propuestas de formación articulando su visión y filosofía con los retos del contexto y políticas educativas vigentes; calidad, del aprendizaje en correspondencia con el perfil de formación; formar competencias, tarea principal del docente; papel del docente, deben ser guías, dinamizadores y mediadores; generación del cambio, reflexión y formación de directivos y docentes; esencia de las competencias, actuaciones o desempeños ante actividades y situaciones cotidianas; componentes de una competencia, conocimientos, habilidades y actitudes en forma articulada (Tobón, 2010). Son los conocimientos, habilidades y actitudes las que determinan el nuevo modelo de formación, seres que no sean vistos como meros recipientes en los cuales vaciar el conocimiento acuñado durante siglos, ahora deben contar con la habilidad para resolver cualquier problema y con una actitud determinada por el conjunto de valores propias de una sociedad. En cuanto a las disciplinas éstas dejan de ser unilaterales, para encontrarse con la multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. A partir de “la década de 1990, el modelo de competencias en la educación se ha consolidado como un nuevo corpus teórico y metodológico para orientar el currículo, la gestión educativa y los procesos de aprendizaje” (Tobón, 2010:7); sin embargo existen una variedad de enfoques determinados, por aspectos y visiones diferentes, como son el caso del enfoque funcionalista, conductual, constructivista y socioformativo; todos ellos de las competencias. Tobón (2010), los describe: el funcionalista, cuyo propósito es buscar que los procesos de aprendizaje y evaluación se centren en las actividades y tareas del contexto externo, considerando determinado objetivos; conductual, considerando a las competencias claves en torno a las dinámicas organizacionales; constructivista: surge con el fin de superar el énfasis en las actividades y tareas del enfoque funcionalista y propender hacia el abordaje de los procesos laborales en su dinámica y relaciones, tratando las disfuncionalidades que se presenten; socioformativo: concibe la formación de las competencias como parte de la formación humana integral, a partir del proyecto ético de cada persona, dentro de escenarios educativos colaborativos y articulados con los social, lo económico, lo político, lo cultural, el arte, la ciencia y la tecnología. De los anteriores enfoques de las competencias es el socioformativo aquel que por sus principios se torna el más adecuado a desarrollar. Tobón (2010) señala: “El enfoque socioformativo son actuaciones integrales ante actividades y problemas del contexto, con idoneidad y compromiso ético, integrando el saber ser, el saber hacer y el saber conocer en una perspectiva de mejora continua”. Es decir, señala uno de los aspectos más relevantes: la formación integral, uno de los objetivos de este paradigma, lograr la integración de saberes -ser, hacer y saber- de modo articulado. Como se ha mencionado, el modelo intenta romper los esquemas de una educación tradicional, aportando métodos y estrategias para lograr un aprendizaje significativo e integral; por lo que la formulación de competencias serán mediante el análisis de problemas del contexto para dar solución a problemas actuales y sentar las bases para la resolución de cuestiones futuras.

Antes de continuar con la descripción y formulación de competencias, es primordial describir cuál será el rol de docente conforme al nuevo enfoque. Por mucho tiempo se ha visto al docente como autoridad única en cuando a la enseñanza de contenidos, figura que dentro de su práctica se encarga de educar a través de la exposición continua de saberes teóricos hacía los estudiantes, éstos últimos, sólo percibidos como sujetos pasivos durante el llamado proceso de enseñanza-aprendizaje. Actualmente esta visión se considera obsoleta, pues el desarrollo de tecnologías y medios de comunicación han dado paso a una gran cantidad de información, la cual está al alcance de los estudiantes y les brindan nuevos contenidos y no únicamente aquellos que dictaba el docente; determinando así, un nuevo rol para el docente por lo cual se considera como un:

“‘mediador’ de los aprendizajes de los estudiantes. Es un experto que domina los contenidos, planifica (pero es flexible); establece metas: perseverancia, hábitos de estudio, autoestima, metacognición. Regula los aprendizajes, favorece y evalúa los progresos; Organizar el contexto en el que se ha de desarrollar el sujeto, facilitando su interacción con los materiales y el trabajo colaborativo. Fomenta el logro de aprendizajes significativos, transferibles y la búsqueda de la novedad: curiosidad intelectual, originalidad y pensamiento convergente. Potencia el sentimiento de capacidad: autoimagen, interés por alcanzar nuevas metas. Comparte las experiencias de aprendizaje con los alumnos: discusión reflexiva, fomento de la empatía del grupo. Atiende las diferencias individuales y desarrolla en los alumnos actitudes positivas: valores” (Tebar, 2003; citado por http://peremarques.pangea.org/docentes.htm).

Volviendo al tema, la construcción competencias se establecerá bajo criterios encargados de medir los procesos de aprendizaje y siendo evaluadas por una serie de evidencias que confirmen de un modo certero y confiable la adquisición de la competencia planteada. Tobón (2010) divide menciona cinco componentes en la formulación de una competencia: domino de competencias: organización de competencias pertenecientes a una misma área; formulación de la competencia: descripción de la competencia a partir del análisis del contexto; ejes procesuales: grandes desempeños de la competencia que dan cuenta de su estructura como proceso

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