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Informe unidad III "Los caminos del agua"


Enviado por   •  29 de Julio de 2017  •  Tareas  •  3.063 Palabras (13 Páginas)  •  248 Visitas

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Informe unidad III "Los caminos del agua"

Consigna:

1) Realizar un informe comparativo de los caminos del agua "Alto Valle y Valle Medio" y todo lo que ello implica. Con este trabajo cerramos la cátedra, lxs que aspiren a promoción teniendo en cuenta la bibliografia de la unidad II tendrán que ademas del informe de la unidad III enviarme una sistematización (4 paginas como maximo) de los conceptos trabajados en la unidad II (ver programa y conceptos de la unidad II).

Fecha de entrega 30/06/17.

Bibliografia a utilizar para informe Unidad III:

  • Bandieri S. (2011). Historia de la Patagonia, Buenos Aires: Sudamericana. Cap X. pp 284-289.
  • Castello, H y otros. (1989). La actividad frutícola en el Alto Valle. Santiago de Chile: CEPAL. Cap VII.
  • Danielli, M. (2006). Los orígenes ideológicos del sistema de regadío del alto valle del Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Scripta Nova, Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, vol. X, núm. 218 (06).
  • Gittins, C y Calvo, P. (2013). La manzana y la pera en el Alto Valle. INTA Alto Valle: F & D.
  • Requena, A. (2011). Reseña histórica del riego en el Alto Valle del Río Negro. INTA Alto Valle: F & D.
  • Silva, M. (2002). De villa galense a Luis Beltrán. La incorporación de un pueblo al Estado Nacional. Luis Beltrán.

  • Santos, M. (1996). Metamorfosis del espacio habitado. Barcelona: Oikos Tau.

CANAL DE RIEGO DE ALTO VALLE

. el ideológico del riego.

El papel del Riego en los Valles del Rio Negro

Frente a los grandes terratenientes que se dedicaban a la explotación ganadera extensiva emerge una tradición ideológica agrarista. Con antecedentes en el pensamiento colonial de Manuel Belgrano y otros fisiócratas hispanoamericanos, el agrarismo había comenzado a tomar forma, en la Argentina, a mediados del siglo XIX en las propuestas de colonización agrícola elaboradas por Domingo F. Sarmiento.

Esta corriente de pensamiento se relaciona con la identificación y representación de las tierras de aptitud agrícola como repositorio del futuro, recibe aportes del pensamiento europeo de la época y se ve revalorizada con el liberalismo reformista de principios de siglo XX. Todos estos momentos y elementos contribuyeron a la resignificación social del desierto imaginado por la generación romántica como lugar de la “barbarie”, transformándolo en lugar de realización de obras de regadío, de inmigración, colonización y progreso para la ampliación y consolidación del nuevo espacio nacional. 

La modernización que se había llevado a cabo en la capital de la Nación y la infraestructura de su puerto, hacia necesario extender la infraestructura del progreso de modo tal que se suprimiera la situación de frontera, es decir que se suprimiera la llamada “frontera interna” y se extendiera el dominio del Estado a los territorios indígenas. A partir de la Campaña del Desierto en adelante el desierto va a ser identificado con la barbarie o vacío de civilización pero ya no como un territorio estéril. Así, la vieja imagen iba a ser lentamente reemplazada por la de un espacio potencialmente productivo y propicio para la inmigración y la inversión de capitales extranjeros. Y fue esta necesidad de cambio en el imaginario social lo que llevó al Estado a impulsar los estudios geográficos sobre el territorio.

La primera apropiación del espacio pampeano-patagónico fue posible para la  Argentina a partir de una apropiación discursiva, partiendo de la metáfora del desierto como un espacio a modificar, permitiendo de esta manera la apropiación y ocupación real de esos territorios en función de las necesidades del nuevo Estado. Desde 1852, puede hablarse entonces de una imagen de los habitantes de la Patagonia que responde al imaginario creado por Sarmiento, la idea de  bárbaros o salvajes  identificada con el gaucho criollo y el indígena, mientras que la imagen de la civilización correspondía a la del inmigrante europeo que vendría provisto de cultura y conocimientos necesarios para hacer producir las tierras que se encontraban más allá del río Colorado.

Las características de la tierra y la presencia de fuentes de agua, los ríos Negro, Colorado y Limay, reunían condiciones para la instalación de colonias agrícolas. Por su parte Hilarión Furque en su  descripción del Territorio Nacional del río Negro de 1889 aporta diversos elementos que justificarían la inversión estatal en la construcción de canales de riego, una vez realizada la nacionalización de estas tierras. Destacando que la condición natural de estas tierras sólo será aprovechable si se invierte en ella para la construcción de una infraestructura destinada al riego. Se refiere al  “desierto” a partir de dos ideas claves: por un lado la idea utilitarista de convertirlo en una zona productiva; y por otro la noción de “orden y progreso” a partir de la instalación en el territorio de los medios que el progreso requería para toda región “civilizada”: la penetración del ferrocarril, el telégrafo, la navegación de los ríos y la construcción de obras de infraestructura.

Para alcanzar las condiciones de progreso óptimas los territorios de la Patagonia Norte necesitaban de la construcción de toda una infraestructura que permitiera la incorporación de estos territorios al resto de la Nación. En cuanto a la situación económica  cabe destacar que, a pesar de que durante la década de 1880 se dio una notable expansión de los factores de producción, tierra, trabajo y capital en el marco de  la estabilidad política lograda tras la asunción de Julio Argentino Roca al poder, pero estos años de expansión inicial no tuvieron aún como factor dinámico a las exportaciones agropecuarias. Más bien, en esta década, un enorme flujo de inversiones precedió a la expansión de las exportaciones que se registró en las décadas posteriores.

A lo largo del siglo XIX los elementos fundamentales desde el punto de vista ideológico para la formación del sistema de riego fueron aquellos enunciados por la generación del ’37 basándose en  los pares dicotómicos planteados por Sarmiento “civilización-barbarie”; “orden y progreso”. Lo que no supuso que fueran las únicas visiones que de estas tierras se tenían, otros elementos que fueron importantes fueron aquellos enunciados por científicos como Cox quien analizó el territorio desde el punto de vista de los beneficios geográficos. Esta visión –desde las condiciones climáticas y geográficas del terreno- fue compartida  por personajes como Furque y Stefenelli, entre otros, quienes centraron su atención en el desarrollo de la Patagonia por sus condiciones naturales dadas por los Valles fértiles y de clíma calido y templado, asociada a la idea del poblamiento de la región por medio de la formación de colonias agrícolas  y de inmigrantes.

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