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Inmovilizacion Del Niño


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2013  •  2.413 Palabras (10 Páginas)  •  547 Visitas

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Inmovilización del niño

Nombre : Mariela Alarcón Reyes

Profesora: Sra. Gloria Moran Navarrete

Asignatura: Cuidados clínicos Pediátricos

Fecha de presentación: 22 de mayo 2013

Inmovilización y sedación del niño

Ante un paciente pediátrico politraumatizado debemos extremar las precauciones a la hora de movilizarlo pues, en caso de realizar alguna maniobra inadecuada, podemos agravar su situación provocando mayores lesiones que ya de por sí, pudiera tener.

Para moverlo en bloque, respetando el eje cabeza – cuello – tronco y evitar una lesión de la médula espinal, podemos ayudarnos de una serie de materiales diseñados para inmovilizar tanto fracciones del cuerpo como su totalidad.

Con lo cual, es necesario que tengamos en cuenta que lo primero a realizar es inmovilizar antes que movilizar en todo niño que ha sufrido un traumatismo craneal o maxilofacial pues debemos considerarlo como portador de una lesión de columna vertebral o médula espinal mientras no se demuestre lo contrario.

La ausencia de lesión neurológica, de dolor y/o signos radiológicos (SCIWORA) en los niños menores de 8 años no excluye una lesión en la columna cervical.

Debemos considerar que un niño no se debe tratar igual que un adulto; por lo tanto los materiales de inmovilización a utilizar deberían ser exclusivamente pediátricos.

Un gran inconveniente con en el que nos encontramos en las unidades de atención pre hospitalaria es que actualmente existen en el mercado diversos materiales de inmovilización pediátricos; la mayoría de ellos provenientes de los sistemas paramédicos anglosajones; pero que aún no están totalmente instaurados en nuestro país.

El material ideal de inmovilización debe incluir las siguientes premisas:

Ser fáciles y cómodos de aplicar en todo tipo de situaciones.

Con un almacenamiento fácil que ocupe poco espacio.

Permitir en todo momento el manejo de la vía aérea o la realización de técnicas de reanimación en caso necesario.

Deben ser de material hipo alergénico.

Transparentes a RX y compatibles con RNM

Poderse acomodar a todo tipo de paciente sea adulto y / o pediátrico.

De fácil lavabo y reutilizable.

Económico.

En la actualidad, este material no existe en el mercado.

Objetivos

Antes de la colocación de un material de inmovilización en un paciente pediátrico politraumatizado es necesario tener en cuenta una serie de consideraciones:

Las medidas de valoración y estabilización deber ser prioritarias a cualquier movilización (incluyendo, sobre todo, el control de la vía aérea) excepto cuando la permanencia en el lugar del accidente suponga un peligro evidente para la vida del enfermo o del equipo asistencial. Si el paciente no ha sido estabilizado, los propios materiales de inmovilización empleados pueden dificultar, y en ocasiones impedir, la realización de un correcto soporte vital del lesionado. Tener que retirar los elementos de inmovilización, además de una pérdida de tiempo, va a suponer exponer al paciente a movilizaciones innecesarias.

La férula no debe comprimir en exceso para no cohibir la circulación ni los tejidos nerviosos. Para ello, una vez colocada la inmovilización siempre debemos comprobar el pulso, la temperatura y la sensibilidad. Si vemos la extremidad hinchada o no encontramos pulso, está fría y pálida o el paciente refiere sensación de “hormigueo”, descomprimiremos parcialmente la inmovilización.

Inmovilización Cervical

Es la más importante y por tanto la primera que vamos a realizar. En un primer momento se realiza sin material, mediante una inmovilización cervical con las dos manos, colocando la cabeza del paciente en posición neutra. Posteriormente esta maniobra se sustituye con los Collarines Cervicales.

Collarines Cervicales

El collarín ideal debe cumplir unos requisitos para poder inmovilizar casi el 100 % de la columna cervical. Estos requisitos son:

Ser rígido

Tener un apoyo mentoniano

Tener un orificio anterior

Los modelos que nos encontramos en el mercado son:

Collarines Blandos: fabricados de goma espuma y forrados de tela o plástico, tienen una forma rectangular con muescas y no se disponen de un tallaje suficiente. Sólo son recomendables para un tratamiento rehabilitador.

Collarines Semirígidos: el más conocido es el de Thomas, fabricado en material plástico y que consta de dos partes; anterior y posterior que se pueden modular modificando su altura. Se dispone en 5 tallas de las que la número 1 y 2 se corresponden a las pediátricas.

Collarines Rígidos (Philadephia y Sitfneck): mantienen una posición anatómica del cuello. Formados por de dos piezas: posterior y anterior con 4 puntos de apoyo:

Anteriores: mentonianos y clávículo – esternal

Posteriores: mastoideos y espalda.

Así mismo presentan un hueco en la pieza anterior, que permite el acceso al cuello para poder valorar el pulso carotídeo, realizar una traqueostomía de urgencia y/o una intubación retrógrada con fiador. Algunos presentan una abertura trasera permitiendo así la palpación de la zona cervical y el drenaje de sangre y otros fluidos. Normalmente se encuentran en forma de kit con 4 tallas de adultos y 2 pediátricas.

Con todos estos modelos, se considera que es el Philadelphia el que consigue una mejor inmovilización de la columna cervical en el movimiento de flexo – extensión, aunque no llega al 100 % de restricción de movimiento.

Actualmente nos podemos encontrar

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