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Innovación conceptual.

bethorojasEnsayo8 de Marzo de 2017

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

Seminario: RELACION ENTRE CIENCIAS SOCIALES Y CIENCIAS NATURALES: DIÁLOGOS Y CONTINUIDADES ENTRE DOS CULTURAS

ENSAYO DE INNOVACIÓN CONCEPTUAL.

Profesora: Dra. Iliana Hernández – Dr. Raúl Niño

Fecha: 13 de noviembre de 2016

Norberto Rojas

“Se defiende aquí una arquitectura sin cimientos, como la de los barcos, con todo su sistema de oceanografía práctica, de navegación, de orientación entre los flujos….la arquitectura del futuro reúne balsas de íconos para travesías del caos. A la escucha del cerebro colectivo, traduciendo el pensamiento plural, erige palacios sonoros, ciudades de voces y de cantos, instantáneos, luminosos y danzantes como las llamas.” Lévy (2004; 74)

Las desigualdades sociales: una mirada desde la teoría de la complejidad

La pobreza y las desigualdades sociales emergen como uno de los principales problemas de la humanidad. Las muertes por hambruna en el África, los millones de habitantes en el mundo que sobreviven al día con menos de un dólar, la segregación que a diario se ejercen sobre diferentes colectivos en todas las ciudades del mundo, entre muchos otros, son el reflejo de un problema que, probablemente, ha acompañado al hombre durante muchos años de su existencia. Problema que se ha sofisticado y complejizado a lo largo de la existencia y evolución del capitalismo, y sobre el cual no se vislumbra un tiempo en la escala generacional del hombre, que muestre un horizonte probable de solución.

En el caso de Colombia la manifestación del problema se da en el 40% de los colombianos que según las estadísticas oficiales tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza. En la diferencia en el nivel de vida y de oportunidades entre regiones del país, entre grupos sociales y demográficos. Se plasma, adicionalmente, en los indicadores de concentración del ingreso, que ubican al país como el de mayor desigualdad en América Latina y uno de los más concentrados en materia de ingresos en el mundo[1].

La pobreza y la desigualdad, entonces, se constituyen en un problema del tipo no polinomiales (NP), en el sentido que como expone Maldonado (2013) se enmarcan en el tipo de problemas sobre los cuales no se puede determinar si se detiene o cuando se detendrá: no se avizora un algoritmo o mecanismo que mediante la aplicación de recetas, mecanismos, reglas o procedimientos ya conocidos y probados con anterioridad, se logré conjurar el problema, ni vislumbrar un horizonte de tiempo en donde el problema desaparecerá.

Mi propuesta gira alrededor de caracterizar al sistema de organización económica y social del capitalismo, dentro de los esquemas de la complejidad, el caos social y la no linealidad. En concreto la evolución del capitalismo desde su etapa pre-industrial e industrial, hasta la más reciente soportada en las NBIC (Nanotecnología, Biotecnología, Tecnologías de la información y las comunicaciones y Tecnologías del conocimiento) ha generado sus crisis internas en cada etapa. Crisis que tienen un carácter complejo y sistémico, en el sentido que se generan por la interacción de todas las esferas que lo constituyen: social, institucional, económica y ambiental. Que tienen como motor la necesidad de la ganancia económica, basada en la sobre explotación de los recursos de la tierra (vivos –incluyendo al hombre- y naturales), en un esquema de reproducción ampliada que ha puesto en riesgo la misma sobrevivencia del planeta. En donde la desigualdad social y la pobreza son simples manifestaciones de una enfermedad mayor, originada en las entrañas de la organización del capitalismo.

Este sistema de producción se caracteriza por usar la materia y la energía que provee el planeta de una manera, que utiliza insumos que en su estado natural son de baja entropía, pero que a través de los procesos industriales y sociales los convierte en generadores de alta entropía y de desechos. Así mismo, ha generado lo que se conoce como la sociedad de consumo, alrededor de una racionalidad que concibe como el ideal humano, al continuo incremento del consumo, de la producción de mercancías y servicios: a la acumulación. Donde los verbos acumular, consumir, poseer, se privilegian por encima de conceptos como: lo necesario, lo justo, lo colectivo, el ambiente, el bien común, entre otros. En esa vía, las teorías económicas tanto clásicas como neoclásicas, solo han intentado explicar dicha racionalidad: como se da la acumulación, como se optimizan los procesos tecnológicos y sociales para mantener el proceso de acumulación ampliada del capital. Incluso, el mismo marxismo es una explicación de ese proceso y la propuesta de un solo mundo posible, como el único fin al que llegaría la sociedad humana, todo enmarcado en lógicas clásicas binarias: capitalista/proletario; explotación/soberanía de trabajo; desigualdad/igualdad, entre otras.

No obstante, el capitalismo no es más que la concreción de una de las múltiples posibilidades dentro de un sistema abierto, como lo es la humanidad que va caminando en el devenir inexorable de la evolución del universo. Donde nada está escrito, donde se abren y abrirán infinidad de bifurcaciones. En ese mundo de posibilidades, yo imagino una que es plausible. Una que hará la convivencia entre lo humanos y, de los humanos con la naturaleza, más armónica y equitativa, en donde la racionalidades sean múltiples, en donde aquella que concibe la acumulación como un estado mejor no se imponga, donde otras racionalidades tengan cabida.

El objetivo en lo que resta de este ensayo es presentar, en primer lugar, una explicación del modo de producción capitalista en el esquema de la teoría de la complejidad y del caos, y las desigualdades sociales y la pobreza que se gestan en su interior. Así mismo, vislumbrar la plausibilidad de un escenario en el que la humanidad se reconcilie consigo misma y con el ambiente.  

Complejidad en los procesos que producen y reproducen la desigualdad

 Recientemente se ha venido desarrollando un cuerpo teórico alrededor del concepto de entropía social[2].  La misma intenta dar un marco a la mecánica de los movimientos sociales, en el contexto de las teorías de la termodinámica no lineal, los sistemas disipativos y el concepto de entropía. En particular se considera la sociedad humana como un sistema, con la cualidad tanto de organizarse como de desorganizarse para volver a realizar esa doble función en forma sucesiva. El sistema social aparece funcionando, así, cíclicamente, lo cual nos permite establecer la existencia de algunas fases perfectamente diferenciadas: estabilidad, desorganización (desestabilizad) o caos, reorganización, estabilidad.

Un sistema social funcionaría así, en diferentes esferas, en la vía de reorganización constante.  Esas esferas serían las diferentes áreas de actividad humana. Por ejemplo, el área productiva, se regularía en la actualidad, aunque no totalmente, por la oferta y la demanda. El área de cohesión sico-social del sistema, regulada por la satisfacción o insatisfacción de la población. Un área de normas y reglas de organización de la sociedad en general, comúnmente conocidas como Estado, regulada por alianzas y competencia entre las fracciones dominantes. Un área de reglas de comportamientos generales reguladas por la identificación con el grupo dominante en oposición a los denominados "los Otros". A aquellas deben agregársele al menos dos aspectos más, una instancia demográfica, que denote el monto poblacional así como su variación generacional y un área ecológica, la que indica todos los factores ambientales que afectan a las sociedades tanto en forma positiva como sobre todo en forma negativa. Por otra parte el sistema detenta la organización del espacio geográfico real, diferenciando primariamente Centros organizadores y acumuladores del plus producto y plusvalía y zonas periféricas, desorganizándolas y extrayéndoles la plusvalía, generando un sistema de explotación y dominación. El espacio queda así organizado en centros y grupos dominantes y los periféricos o subordinados. La estructura de clases sociales, se erigiría, en este modelo, como el resultado de un proceso de desorganización y organización que condujo a que estás (las clases) fueran el resultado para la estabilidad del sistema social en un determinado tiempo. No obstante, este es un proceso constante, las grandes reivindicaciones sociales serían la búsqueda por liberar presión en momentos en que las luchas sociales, se constituyen en origen de fenómenos entrópicos, que de tiempo en tiempo amenazan la estabilidad del sistema social.

De esta manera, la mirada que hago al sistema de producción capitalista, es algo así como un sistema dinámico dentro de otro sistema dinámico (ver siguiente esquema). Por un lado, están las instituciones y las relaciones de poder que conforman el devenir de este modo de producción, y que he descrito en los párrafos anteriores. En este sistema se presentan pequeñas crisis, que pueden denominarse entrópicas, en el sentido que en algún momento, pueden poner en riesgo la estabilidad del mismo, en este escenario surgen pequeños cambios en el sistema que contrarrestan, estas crisis y le dan estabilidad al sistema. En ese sentido estos cambios, que garantizan la estabilidad del capitalismo, no se podrían catalogarse como escenarios negentropicos, si pensamos en la accesión de la negentropía, como la que posibilita la vida frente a la muerte, el cambio frente a la estabilidad.

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