Juicios orales. la falta de aceptación de los limites

Puebla de Zaragoza, Puebla a 9 de Marzo del 2018

…la falta de aceptación de los limites, tanto personales como sociales nos lleva a un espiral de acción compulsivo; un continuo ciclo tergiversado del “buen comportamiento social”, a un acumular infinito tanto de objetos como de experiencias y relaciones inadecuadas que limitan el desarrollo social, que limita la participación dentro del conflictuado conglomerado social…^[1]

Inseguridad pública y miedo, en línea directa e inclusive adherida sin duda alguna al progreso social, un fenómeno que por su concepto se comprende como “un conjunto de comportamientos de carácter antisocial variantes en tiempo lugar, modalidad y espacio…endémico, trasmisible, expansible e inclusive evolucionado”, que través de los años ha sido marcado como un tema controversial, expuesto desde diferentes puntos de vista por nuestros actores políticos gubernamentales cada sexenio, algunos con tintes de resignación, otros divisandolo con fines o pretextos políticos, algunos otros con fines de control social y militarización,etc., sin embargo, han denotado que este, ha persistido, o probablemente, se ha simbiotizado al sistema a través del pasar.

Contemplando el análisis de la reforma constoitucional y de correspondiente sistema de justicia penal, surge la consideración profunda de hacer algo significativo en contra de la crisis en nuestro implemento de seguridad pública, a lo cual, el gobierno actual, desarrollando su último sexeno de gobierno, trabajo bajo el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, emitido por el Gobierno Federal, representado por el presidente actual, él Lic. Enrique Peña Nieto, en el cual se desglosa la planeación y articulación de las múltiples políticas públicas vigentes convergentes en ideas, visiones, propuestas, líneas de acción, etc., para llevar tentativamente al país a su máximo potencial, garantizando la integridad, la sustentabilidad y la reciprocidad, el fortalecimiento de la soberanía, su régimen democrático, la equidad social y el bienestar de nuestros coetáneos.

Analicemos, nuestro gobernante considera que la tarea del desarrollo y del crecimiento corresponde a todos los actores, todos los sectores y todas las personas del país, refiriendo que no debe de recaer la responsabilidad social en un solo actor, ni siquiera de uno tan central como lo es el Estado, centra el interés en la propia colaboración ciudadana en los múltiples vectores, argumenta que todos podemos lograr que México alcance su máximo potencial, a través de una nueva estrategia,  donde se busque el desarrollo nacional y no local, argumenta que en conjunto podemos trabajar por un México en Paz, Incluyente, con Educación de Calidad, Próspero y con Responsabilidad Global, con transversalidad para democratizar la productividad, para alcanzar un gobierno cercano y moderno, así como para mejorar la inclusión de la perspectiva de género^[2].

Al cual referimos y establecemos sincronía al pensar que nuestro contexto y las múltiples circunstancias, históricas, políticas, sociales y culturales emergentes, pronuncian declive, puesto que se divisa la nula o la carente participación social,  tras el breve análisis de nuestro sistema, nos preguntamos: ¿Se ha comparado el resultado de participación social con los sexenios anteriores?, ¿Se ha comprobado que la inclusión y participación social es detonante para el cambio?, ¿Ha declinado significativamente la Seguridad Pública por la falta de participación y aceptación de la ciudadanía?. A través de los años, los fallos en los programas han marcado trascendentalmente el desempeño y la credibilidad del buen funcionamiento de políticas, cada año los habitantes no divisan cambios radicales, el ciclo vicioso de promesas y engaños por parte de los gobernantes ha llevado al ciudadano al hartazgo, puesto que siempre se presentan los problemas circundantes en múltiples áreas de conflicto. México ha sufrido  conflictos significativos por conductas ambiciosas de poder, por tal razón ante estos múltiples acontecimientos, se busca constantemente la recuperación de la homeostasis social,  a pesar de lo incipiente y fluctuante que pueda llegar a ser la población. La recuperación económica, social o estructural tomará varios años, e incluso lustros, sin embargo recordemos que hemos podido, recordemos el fenómeno en progreso durante los años de 1954-1970, donde México presento el mayor crecimiento económico de la historia, siendo ese lapso, en el que la calidad de vida de la población experimentó la mejora más significativa en de progreso y seguridad.

En el periodo 1970-1982 hubo cambios sustanciales en diferentes ámbitos del desarrollo nacional: los sistemas de Educación y Salud mostraron un crecimiento sin precedentes, se desarrollaron las infraestructuras eléctrica, hidráulica y de transporte del país, y se lograron avances que hoy sustentan la vida económica de México. No obstante, durante este periodo el país también experimentó diversos problemas, por ejemplo, finanzas públicas deficitarias y políticas monetarias que generaron una alta inflación, mermaron la productividad e inhibieron el crecimiento económico, etc.

Nuestra nación cuenta con amplios recursos para el crecimiento, con el poder en recurso humano, con materia prima basta para el progreso, sin embargo no se ha logrado encausar sobre esos factores. Actualmente, México está experimentando la mejor etapa de su historia en cuanto a la disponibilidad de la fuerza laboral, puesto que México es un país joven: alrededor de la mitad de la población se encontrará en edad de trabajar durante los próximos 20 años, sin embargo no hay oportunidades de inclusión, es por ello las metas en relación del Gobierno Federal para el progreso. Este bono demográfico constituye una oportunidad única de desarrollo para el país, sin embargo son datos demográficos que pocas áreas la consideran como de oportunidad. Sin embargo la productividad en México no ha tenido suficiente dinamismo como consecuencia de las crisis a las que nos hemos enfrentado, para ello debemos de romper con aquellas barreras que impiden nuestra mejora, como los conflictos institucionales, la mejora ideológica del capital humano, la igualdad de oportunidades, la visión nacional y la propia cohesión social a través de la participación.

Considerando los puntos e indicadores anteriores, enunciamos que para  lograr un México en paz, no solo requerimos de la consolidación de la fortaleza institucional, si no de la mejora del capital humano. A pesar de los amplios avances que hemos logrado, el marco institucional de la democracia mexicana actual debe perfeccionarse para representar adecuadamente los intereses de toda la población. Las instituciones de seguridad del país deben tener como fin prioritario garantizar la integridad física de la población, puesto que de ellos dependeremos, México ha enfrentado en los últimos años una problemática sin precedentes en términos de seguridad pública. La falta de seguridad genera un alto costo social y humano. Vinculemos las consideraciones,  nuestro país se encuentra en conflicto en materia de seguridad pública, por tal indicador ¿México es un país sin desarrollo?, resultará idóneo contestarnos la interrogante en términos de económicos,  a nivel estadístico, y no a nivel de indicadores que contrastan en el marco de la seguridad,  ¿México es un país con bajos, medianos o altos ingresos económicos?, los múltiples conflictos emergentes en México han denotado cambios tanto anacrónicos como disfuncionales dentro de su ambiente social,  mismo que ha estructurado patológicamente nuevas formas de relación entre los individuos, declinando, a pesar de su actualización el conjunto de normas que los regulan, esta desincronización con sus reglas sociales, ha denotado disfuncionalidad en sus interacciones, denominando tal fenómeno como: “anomia social”, puesto que las dificultades o la falta de normas dentro de la sociedad es divisada sin dificultad.

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