LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD COMO EJE VERTEBRADOR DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA

Antiguamente, la premisa unificadora de la escuela tradicionalista permitía ver a todo el conjunto de alumnos como una tabla rasa en la que podía ser cincelado el conocimiento y esta idea prevaleció hasta hace poco tiempo en que los avances en cuanto a investigación educativa y la ampliación del periodo de escolaridad reflejaron la necesidad de centrar nuestra atención en el aprendizaje más que en la enseñanza y con ello, reconocer que la diversidad del alumnado es un punto clave para un proceso eficaz. Los niños y jóvenes del ahora ya no responden solamente a los recursos de lectoescritura, actualmente, los medios gráficos introducidos por el mercado y los avances tecnológicos han modificado la forma en que el alumnado aprende desarrollando sus estructuras cognitivas y socioafectivas por medio de diversos factores.

Pasado el modelo behavorista –conductista- donde el actor clave del hecho educativo sigue siendo el profesor mediante un mecanismo de estímulo/respuesta, surge la concepción constructivista en la que se denota al estudiante como un sujeto activo en el moldeo de su propio conocimiento, es decir, que las estrategias propuestas por el profesor deberán atender al modo de aprender de cada estudiante para que puedan cumplir con el logro de los propósitos establecidos en el currículum. Esto comienza desde el rescate de conocimientos previos, partiendo desde las estructuras anteriores del individuo, lo que se “sabe” al respecto y a partir de dicho momento podemos percatarnos que en el aula existe una gran heterogeneidad de ideas que es necesario conocer para poder llevar un hilo conductor que guíe a cada alumno en la construcción de nuevos significados.

La enseñanza adaptativa comprende tres requisitos fundamentales para poder entretejer conocimientos resistentes al olvido. Entre ellos se encuentra la significatividad lógica, aquella que hasta la fecha la mayoría de los docentes han enfatizado al tratar de cubrir las exigencias del currículum, el contenido del área del conocimiento determinada que ha de impartirse sigue una lógica que la diferencia de otras ramas de estudio. La segunda precisión comprende el respeto a la lógica del alumno puesto que a pesar de que existe cierta metodología y secuencialidad para favorecer la comprensión de cada asignatura, la forma en que el estudiante la asimila estará ligada al estilo de aprendizaje que el mismo posea, los hábitos de estudio para cada caso serán distintos, así como los recursos que se tengan al alcance resultarán más óptimos que otros en cuanto se ajusten a las características de los estudiantes. Y en última instancia, el interés y la motivación que mantenga, si la información proporcionada es de su agrado, descubre su relevancia como parte de su vida cotidiana o le es presentada en un espacio donde se atiendan sus necesidades afectivas podrá resultar significativa.

Si bien, el aprendizaje es ahora el foco rojo en el que el docente debe de centrar su atención, la enseñanza y el aprendizaje son procesos en conjunto que no están desfasados el uno del otro. Dentro del proceso se denota claramente un triángulo entre la actividad docente, el contenido y la actividad del educando, constituyéndose el profesor como un mediador entre ambos agentes, no obstante, recordando

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