LA CRISIS NACIONAL PERPETUA (O CIEN AÑOS DE MALA SUERTE).

LA CRISIS NACIONAL PERPETUA (O CIEN AÑOS DE MALA SUERTE).

“Yo veo un México con hambre y sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla; de mujeres y hombres afligidos por abusos de autoridades, o por la arrogancia en las oficinas de gobierno”.

Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Por supuesto que la frase anterior se debe entender en su contexto: Una Campaña Presidencial; sin embargo, no le faltaba razón al malogrado candidato; casi 20 años después, México continúa con hambre y sed de justicia.

En números redondos México cuenta con una población que excede los 112 millones de habitantes y una extensión territorial de un millón 959 mil 247 kilómetros cuadrados. Desde el punto de vista geográfico, México es más grande que Alemania, Francia, Japón, Singapur, Reino Unido y Suiza, seis de las siete economías más fuertes del Planeta; y algunos de esos países podrían caber, juntos, dentro de su territorio. De sus casi dos millones de kilómetros cuadrados, 274 mil 269 kilómetros son de pastizales y 30 mil 230 kilómetros corresponden a otros tipos de vegetación; en tanto que su zona económica exclusiva (faja marítima situada fuera del mar territorial y adyacente a este) alcanza los 3 millones 100 mil kilómetros cuadrados; así mismo, México cuenta con 11 mil 208 kilómetros de costas; y se calcula que alrededor del 10 por ciento de la diversidad global de especies se concentra en territorio mexicano, lo que hace de México -junto a Colombia, Brasil, Indonesia, Perú, China, Congo e India-, uno de los llamados países “megadiversos”, por su número de especies; México es asimismo el quinto lugar en plantas, cuarto en anfibios, segundo en mamíferos y primero en reptiles. De acuerdo a Banco Mundial, tomando en consideración su PIB, México es la economía número 14 del Mundo, apenas por debajo de los Estados Unidos de Norteamérica, China, Japón, Alemania, Francia, Brasil, Inglaterra, Italia, Rusia, India, Canadá, España y Australia.

Pese a ello, el ingreso per cápita de los mexicanos se encuentra por debajo de países como Barbados, Croacia, República Checa, Grecia, Hungría, Polonia, la República de Corea, Eslovaquia, Eslovenia, España o incluso Trinidad y Tobago; de hecho, el rango en el que se ubica es el de “ingreso medio alto”, al lado de economías como las de Argelia, Botsuana, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Gabón, Irán, Jamaica, Jordania, Líbano, Namibia, Panamá, Perú, Túnez, Turquía, Uruguay y Venezuela.

Un buen indicador de los rezagos que el país resiente lo constituye el llamado: “Pacto por México”; una propuesta del titular del Poder Ejecutivo federal, suscrita por las principales fuerzas políticas el 2 de diciembre de 2012 en el Castillo de Chapultepec; el cual enlista 95 compromisos que van de la seguridad social (salud, régimen de pensiones, etc.) al desarrollo sustentable, la deuda de los estados, eficiencia recaudatoria o reforma de la infraestructura penitenciaria. El documento constituye un apretado resumen de las reformas pendientes que el Estado requiere poner en marcha para sortear con éxito los retos que la modernidad demanda.

La seguridad social es el primer aspecto que se enlista. La población está envejeciendo y sus expectativas de vida son cada vez mayores; en el caso de los países de la OCDE, un mayor número de jubilados dependerán del apoyo económico de un número más reducido de aportantes. En México, conforme con esa tendencia, la proporción de trabajadores en activo por pensionado ha disminuido; en el IMSS, por citar un caso, disminuyó de 6.8 en el 2000, a 5.7 en el 2004. Además, tradicionalmente, las cuotas han sido insuficientes para cubrir los servicios otorgados y en particular las pensiones. En agosto de 2010, circuló una grabación de la junta del Consejo Técnico del IMSS, en la que se planteó la alternativa de despedir e indemnizar a todos los empleados de la institución y, eventualmente, recontratarlos con un nuevo contrato colectivo con menos prestaciones y un régimen de pensiones igual al de los asegurados: “El centro del conflicto es el Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) que (…) está a punto de quebrar esa institución”. Y cifras más recientes parecen confirmarlo, al cierre del 2012, sus ingresos fueron 9 mil 900 millones de pesos menores que sus gastos de operación: “Si el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no está en la quiebra, está muy cerca de ella”. Según el estudio “Los Grandes Retos de la Seguridad Social y la Protección Social”, pese a la creación del Seguro Popular, la seguridad social no abarca todos los sectores del país, además de que su cobertura y políticas de aseguramiento y atención en materia de salud aún son discriminatorias con el grueso de la población”. De hecho, además del problema crónico del financiamiento, deberá enfrentar la falta de uniformidad en las prestaciones, las limitaciones de las pensiones, una infraestructura deficiente, etc.

Además de las relativas a la seguridad social, existen otras dos presiones inerciales: Salud y educación; temas, ambos, en los que México se encuentra muy a la zaga en el contexto internacional. En materia de inversión en salud, respecto del PIB, México es la segunda inversión más baja de los países de la OCDE; de hecho, el gasto per cápita se encuentra en el 15º lugar de una lista de los 20 países; y en penúltimo en número de camas de hospital, apenas arriba de Venezuela. México gasta en salud el equivalente al 5.9% del PIB; menos que Nigeria (6.6%), Nueva Zelandia (9.0%), Polonia (6.4%), Sudáfrica (8.6%), Argentina (10.0%), Colombia (6.1), Chile (6.2%) o Egipto (6.3%). La tasa de mortalidad de menores de 5 años es un indicador fundamental para medir el bienestar de los niños; a escala mundial, en el año 2010, México se situó en la posición 113, al lado de países como Belice, Libia y Sri Lanka; y por debajo de Armenia, Ecuador, Panamá, Samoa, República de Moldova, Albania o Turquía.

El tema de la educación es un asunto de capital importancia; En México, de cada 100 alumnos que ingresan al primer grado de educación primaria, solo el 68% completará los nueve años de educación básica y solo un 35% se graduará en el nivel de educación media superior; en tanto que la deserción escolar entre los que ingresan a la universidad rebasa el 75%. La población de 18 años o más con un título de licenciatura es de apenas el 8.5%; en este sentido, por lo que hace a la formación de profesionistas con carreras tecnológicas, tenemos que “al final de la década neoliberal,

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