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LA EDUCACION, ¿UN DEBER O UNA OBLIGACIÓN?


Enviado por   •  27 de Abril de 2014  •  1.000 Palabras (4 Páginas)  •  159 Visitas

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LA EDUCACION, ¿UN DEBER O UNA OBLIGACIÓN?

Con el paso de los últimos gobiernos, se nos ha intentado implantar un pensamiento globalizado, enfocado al futuro de cambio económico y expansión capitalista, que nos ayude a salir del subdesarrollo y disminuya los índices de pobreza. Pero, ¿nos hemos preocupado realmente por intentar cambiar o mejorar aspectos fundamentales para el progreso del país, como lo es la educación?

Si nos pusiéramos a pensar en una posible salida a la crisis que estamos viviendo, nos podríamos dar cuenta que una solución sería la educación y no como lo afirman muchos políticos cuando dan como respuesta a esta pregunta, que lo que falta es más seguridad.

Jean J. Barthélemy una vez citó la siguiente frase y ahora que nos detenemos y reflexionamos, creemos que tiene mucho sentido, “A las plantas las endereza el cultivo; a los hombres, la educación”. Suena tan absurdo e increíble que algo “tan simple” como la educación sea el instrumento lo que nos ayude a flotar en este mar de problemas de corrupción, violencia, pobreza, entre otros, pero es verdad. No educar en el sentido de bombear de conocimiento la mente de cada colombiano, sino de aplicar el concepto real de esta palabra que aparece claramente en internet, uno de los medios de comunicación más utilizado, pero que la sociedad parece desconocer; educar: desarrollar las capacidades intelectuales y morales de una persona.

La mayoría de las instituciones educativas de Colombia, se han dedicado a aumentar el rendimiento en asignaturas como matemáticas o lenguaje, pero han descuidado y desmeritado una esencial en la FORMACION de todo niño o joven: las humanidades.

Puede que aprender a sumar, restar o multiplicar sea muy útil en la vida cotidiana, al igual que aprender a utilizar adecuadamente las palabras de nuestro idioma español, sin embargo, a la hora del té, ¿de que sirve que un señor por ejemplo, tenga infinidad de conocimiento, y miles de carreras encima, pero cuando llega a su casa trata a sus hijos como objetos, no les inculca amor, ni valores, y su ética y moral están por el suelo? Hay es donde entra a jugar el papel las humanidades, en nuestra formación como personas, como seres humanos. Los profesionales deben ser seres íntegros que tengan conocimientos, pero fundamentalmente que los sepan aplicar, y que cuando salgan del trabajo salga también su parte noble y tolerante.

Pero, ¿por qué no somos ese tipo de profesionales? Porque desde nuestro hogar no nos han inculcado la educación, la formación académica como meta personal, como una satisfacción propia que cada ser humano debe alcanzar para escalar en su camino hacia la felicidad, sino como un requisito para no ser un desempleado más haciendo fila para obtener los bajos subsidios que brinda el país. Estudiamos porque aspiramos a obtener un sueldo que nos permita vivir cómodamente y darnos gusto, o por tener un título por el que nos puedan decir “Doctor”. Estudiamos por obligación y eso es lo que hace que no progresemos, que solo vivamos para producir plata y gastarla, que no dejemos una huella en nuestra sociedad que no solo nos beneficie individualmente,

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