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LA GUERRA DE RESISTENCIA

josealmedina23 de Julio de 2013

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Las guerras asimétricas y de cuarta generación dentro del pensamiento venezolano en materia de Seguridad y Defensa

Mariano César Bartolomé

EDENA / UNLP / UP

Mendoza 2656, 3º "5", 1426 Ciudad de Buenos Aires

Área Temática: Sudamérica en el sistema internacional del siglo XXI

Resumen:

De un tiempo a esta parte, se observa un recurrente empleo de los conceptos "guerra asimétrica" y "guerra de cuarta generación" a la hora de explicar las conductas del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, en materia de Defensa y Seguridad. El presente trabajo pretende constituir una primera aproximación a los límites y alcances de ambos conceptos en relación al vecino país, de naturaleza descriptiva. A tal efecto, en primer lugar se describe sintéticamente cómo se suelen interpretar hoy, en el área de estudio de la Seguridad Internacional, esos tipos de conflicto; luego se efectúa un repaso a las lecturas que los asocian al caso venezolano, destacando sus interpretaciones alternativas; finalmente, esbozaremos algunas reflexiones finales.

Introducción

De un tiempo a esta parte, se ha observado un recurrente empleo de los conceptos "guerra asimétrica" y "guerra de cuarta generación" a la hora de explicar las conductas del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, en materia de Defensa y Seguridad. Ambos, de acuerdo a sus adherentes, sirven tanto para explicar la naturaleza de la agresión que enfrenta la nación caribeña, como las medidas preventivas/disuasivas que adopta su Poder Ejecutivo frente a esa contingencia; en sentido inverso, los detractores del presidente venezolano emplean los mismos conceptos para denostar la política exterior chavista y su tendencia a militarizar la sociedad.

El problema que se plantea en este punto es claro: no sólo no se observan consensos en cuanto a los significados y límites que tienen la guerra asimétrica y la guerra de cuarta generación al abordar la problemática venezolana, sino que las ambigüedades y contradicciones en la materia son periódicas, conspirando contra su adecuada comprensión.

Con este contexto, el presente trabajo pretende constituir una primera aproximación a la cuestión de la guerra asimétrica y la guerra de cuarta generación en relación a Venezuela, de naturaleza descriptiva, que en modo alguno pretende agotar el tema. A tal efecto, en primer lugar describiremos sintéticamente cómo se suelen interpretar hoy, en el área de estudio de la Seguridad Internacional, esos tipos de conflicto; luego efectuaremos un repaso a las lecturas que los asocian al caso venezolano, destacando sus interpretaciones alternativas; finalmente, esbozaremos algunas reflexiones finales.

Consensos en torno a la guerra asimétrica y la guerra de cuarta generación

A los efectos de este trabajo, nos basta decir que el concepto de guerras asimétricas surgió tras el fin del enfrentamiento Este-Oeste, siendo empleado por primera vez en 1995 en la publicación oficial estadounidense Joint Warfare of the Armed Forces, en referencia a contiendas armados en los cuales se enfrentan fuerzas disímiles, en el sentido de terrestres versus aéreas, aéreas versus navales, etc.

En los años siguientes los alcances del concepto fueron volviéndose más nítidos, hasta llegar a su significación actual. Hoy se entiende que en los conflictos asimétricos la respuesta de uno los protagonistas frente a su oponente no enfatiza en la búsqueda de una paridad de fuerzas, sino en el empleo de tácticas no convencionales; desde el punto de vista de las Fuerzas Armadas, esa forma de operar es percibida como profundamente diferente a la que orientó su organización y el desarrollo de sus sistemas de armas .

Steven Metz ha planteado la cuestión de manera simplificada, considerando que la idea de asimetría, aplicada a un conflicto, se refiere al uso de algún tipo de diferencia para ganar una ventaja sobre un adversario; además, le agrega a la misma tres características generales: generalmente busca generar un impacto psicológico de magnitud, tal como un shock o una confusión, que afecte la iniciativa, la libertad de acción o los deseos del oponente; requiere una apreciación previa de las vulnerabilidades del oponente; y suele basarse en tácticas, armas o tecnologías innovadoras y no tradicionales

A nuestro juicio, la mejor definición de asimetría es la que propone Max Manwaring:

"Actuar, organizar y pensar de manera diferente al oponente, en orden a maximizar ventajas de uno mismo, explotar una debilidad del oponente, retener la iniciativa, y/o ganar mayor libertad de acción. Puede ser político-estratégica, estratégico-militar, operacional, o una combinación de las mismas. Puede admitir diferentes métodos, tecnologías, valores, organizaciones, perspectivas temporales, o alguna combinación de todo ello. Puede ser de corto o largo plazo. Puede ser deliberada o por omisión. Puede ser discreta o buscada en conjunción con abordajes simétricos. Y puede tener dimensiones tanto psicológicas como físicas"

Respecto a las guerras de cuarta generación, esta idea se desprende de un desarrollo teórico que se difundió esencialmente desde las publicaciones del Marine Corps estadounidense. Uno de los primeros trabajos en la materia, aparecido en las postrimerías de la década del ´80, asocia este concepto a la transición en la morfología bélica registrada durante el Siglo XX, identificando dos grandes hitos que marcan el final y el inicio de tres generaciones de conflictos: en el primer hito, el incremento del poder de fuego, aunado al desarrollo del arte táctico, decretan que el poder de fuego masivo reemplace al poder humano masivo tácticamente pobre; en el segundo, al poder de fuego se le suma una mayor movilidad. Secuencialmente, cada una de las tres generaciones identificadas genera una ampliación del campo de batalla y de la capacidad de maniobra del contendiente.

En esta línea de pensamiento, los conflictos de cuarta generación reconocen como campo de batalla a la Sociedad en su conjunto (y a su cultura), buscando su implosión. Estos eventos no reconocen límites claros entre guerra y paz, o entre combatientes y no combatientes, ni permiten identificar con precisión los frentes de batalla. Son eventos signados por una gran dispersión geográfica y valorizan, en mayor medida que en cualquier generación anterior, el rol de las operaciones psicológicas y el manejo de los Medios de Comunicación Social .

Visiones alternativas sobre Venezuela y la cuestión de la “asimetría”

Aparentemente, aun hoy no existe consenso sobre el sentido correcto que debe darse a la idea de Chávez de preparar a Venezuela para librar una guerra asimétrica. Y, como suele ser usual en estos casos, pueden identificarse diferentes perspectivas sobre el pensamiento chavista. A este respecto, en un listado no exhaustivo, describimos a continuación cinco visiones alternativas.

La primera de esas perspectivas, enarbolada por Manwaring, le asigna a la opción venezolana por la asimetría un sentido ofensivo, entendiéndola como una herramienta clave para explotar las vulnerabilidades políticas y económicas del oponente, y modificar la situación de éste en beneficio propio.

Trasladando lo anterior al plano de la praxis, el analista estadounidense interpreta que Chávez podría aplicar técnicas de combate asimétrico para fomentar la expansión en la región del bolivarianismo (según los contenidos que le asigna el Poder Ejecutivo de la nación caribeña ), cuyo objetivo consiste en la instauración de regímenes ideológicamente afines en otros países latinoamericanos. Ese fomento trascendería el mero plano discursivo, para alcanzar aspectos logísticos, económicos y de armamento.

En esta línea de pensamiento, los ideales bolivarianos encontrarían terreno fértil en los procesos de falla estatal que se registren en América Latina, que el gobierno de Caracas intentaría capitalizar. ¿Cómo? Respaldando "movimientos de resistencia" que protagonicen una verdadera guerra popular que deponga al régimen vigente, percibido como ilegítimo. En la perspectiva de Manwaring, desde el momento en que los promotores del bolivarianismo serían beneficiarios de un proceso de falla estatal, quedan moralmente equiparados a otras entidades “malévolas” (sic) que normalmente se ven favorecidos por ese estado de cosas, como las criminales, terroristas y guerrilleras .

Al contrario que la primera visión, la segunda entiende que el Palacio de Miraflores revalorizó la guerra asimétrica desde una perspectiva netamente defensiva, en la cual el objeto a preservar es la Revolución Bolivariana. Al menos, así fue sostenido por el titular del Poder Ejecutivo de Venezuela en el Primer Foro Militar sobre Guerra de Cuarta Generación y Guerra Asimétrica, celebrado en Caracas en 2004.

En la visión de los bolivarianos, su revolución enfrentó su momento de mayor zozobra durante el fallido golpe de Estado de los días 11 a 13 de abril de 2002, protagonizado por fuerzas políticas de oposición, aunque la autoría intelectual le habría correspondido a la Casa Blanca. Este fracaso no habría disuadido a Washington de desplazar del poder a Chávez y sus seguidores, aunque sí repercutió en un cambio de táctica: a futuro, las alternativas podrían fluctuar entre un asesinato del mandatario y la desestabilización del país, habilitando una

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