LA IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO

LIC. EN EDUCACIÓN ESPECIAL

RECREACIÓN, DEPORTE E INCLUSIÓN grupo 27

Lic. Ricardo Edgardo Cera Martínez

Ensayo

LA IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

Por Camila Saray Cepeda Martínez

20 de agosto de 2021

Barranquilla, Atlántico

LA IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA DE MANERA PREVENTIVA EN EL MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DE VIDA DE LAS PERSONAS CON CONDICIÓN DE DISCAPACIDAD (ENFERMEDADES CRONICAS NO TRANSMISIBLE)

Actualmente la actividad física es uno de los temas de más grande interés, en especial si se tiene presente la prevalecía en las personas con discapacidad y las diferentes enfermedades crónicas no transmisibles que irrumpen a la raza humana. Es un pilar primordial para la prevención de enfermedades crónicas y el mantenimiento de la salud de personas con y sin discapacidad, así como en el mejoramiento de su calidad de vida puesto que puede minimizar los indicios de la patología, por ser un método no invasivo que puede influenciar positivamente en la calidad de vida del sujeto. Adicionalmente, esta tiene importantes beneficios para la salud del corazón, el cuerpo y la mente. 

Se ha llegado a definir como el conjunto de actividades cotidianas, que envuelven las rutinas de trabajo, las ocupaciones de la vida diaria, los ejercicios físicos y las prácticas deportivas; siendo considerado el ejercicio, como una subcategoría dentro del área de actividad física, que debería ser planeado y estructurado por medio de movimientos corporales repetitivos, con la intención de mejorar o conservar la capacidad física. Entre las actividades físicas más comunes cabe mencionar caminar, montar en bicicleta, pedalear, practicar deportes, participar en actividades recreativas y juegos; todas ellas se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad y para disfrute de todos. 

La actividad física insuficiente se ha identificado como uno de los principales factores para la mortalidad global y se encuentra en aumento en muchos países, agregando que, en la actualidad, las enfermedades crónicas no transmisibles, representan un gran problema de salud pública, al constituirse en una de las principales causas de muerte. Es por esto que cualquier movimiento corporal que requiera energía, ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer. También ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar.

Hay diversos campos de aplicación de la actividad física, así sea en forma de prevención de salud, que es el mismo que se aplican en personas con discapacidad para evitar complicaciones, componentes de peligros cardiovasculares y poder mejorarles la calidad de vida; en el campo terapéutico, lo que se busca es promover el proceso de rehabilitación y funcionalidad de las personas con discapacidad.

Está demostrado que la actividad física alivia el dolor, previene la aparición y progresión del deterioro y la limitación servible, se incrementa los años de vida activa sin dependencia y optimización la calidad de vida de los individuos; lo cual lleva a tener en cuenta que un incremento en el grado de actividad parece tener un profundo efecto positivo en el decrecimiento de la morbilidad y ocasionalmente en el deceso poblacional. La clave para estos beneficios está en una actividad física prolongada, que puede ser elaborada con programas de terapia enfocados a formular recomendaciones que promuevan un estilo de vida más activo, fuera del nivel clínico y ajustándose a las necesidades particulares.

Por otro lado, una vez que los niños, adolescentes o bien sean los adultos, poseen una discapacidad motora se ve comprometida su capacidad de desplazarse, por lo menos de una manera eficiente y eficaz, pero no supone que deban privarse de hacer actividad física o hacer deporte. La falta de actividad en esta población puede tener efectos negativos a grado cognitivo y en su desarrollo social. Se demostró que los niños a quienes se les proporcionan más oportunidades para ser móviles tienden a ser menos sensibles a desarrollar una personalidad pasiva o tener una reacción de “no puedo hacerlo”.

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