LA IMPORTANCIA DE UN DIAGNOSTICO ORGANIZACIONAL

Hace un tiempo, una reconocida empresa de logística y distribución tuvo que encarar la mudanza de su depósito principal a uno con tecnología de última generación. La empresa le había encargado la dirección del proyecto al gerente de Operaciones, sin tomar en cuenta la necesidad de delegar las responsabilidades propias de la operación, lo que la llevó a enfrentar serios problemas.

En otra empresa pyme de buen nombre en la industria gráfica, el área de planeamiento y presupuesto realizaba el cálculo de las materias primas e insumos necesarios para las órdenes de producción sin alinearse con el área productiva. Con eso, se desaprovecharon las mejoras en los rendimientos del área productiva, generando sobre stock y estándares de productividad no reales.

De estos casos hay muchos, y algunos con resultados más graves todavía.

Lo cierto es que existen muchos empresarios que saben que tienen un producto o servicio reconocido y su infraestructura es la correcta para soportar su producción y servicio. Pero los cambios contextuales, de personas, de la cadena de suministro, de locación, el crecimiento y la diversificación, y los cambios de regulaciones, normas, entre otros, han tenido incidencia (y seguirá siendo así), modificando, en forma sutil, pero constante el perfil de la operación y de la gestión de su firma.

Eso produce cambios, en algunos casos importantes y en otros pequeños, pero que se van sumando y, si pudieran contrastar una foto actual con otra de un año atrás, seguramente tendrán sorpresas relacionadas con lo diferente que puede verse su compañía.

Organización en problemas

Estos cambios pueden llevar a que la organización no esté funcionando de la mejor manera. La estructura organizacional puede haber quedado fuera de contexto y no adecuarse a la demanda actual del negocio, los procesos productivos/operativos encontrarse en riesgo de ser superados por la competencia, o quizás la demanda actual del negocio supera las competencias de las personas participantes en dichos procesos.

En ese contexto, es probable que la organización esté en problemas y no lo sepa. Pueden aparecer inconvenientes de operación, de gestión y/o de clima. Y con ello, está en riesgo la salud del negocio. En algún momento los ingresos no alcanzarán y los costos permanecerán o se acrecentarán.

Conocer y, luego, actuar

Antes de que sea tarde se debe conocer objetivamente qué está sucediendo con la organización y, a partir de ello, desarrollar y poner en práctica un plan que permita revertir la situación y actuar antes de que sea tarde para el negocio.

Es necesario realizar un análisis objetivo, no comprometido con los paradigmas vigentes ni con los intereses de quienes operan el negocio desde una 'posición de confort' y determinar cuáles son los aspectos que no responden de la mejor manera a la estrategia del negocio.

Eso es un diagnóstico organizacional, donde se analiza la alineación de la estructura con el modelo de negocios y los factores de éxito: se revisa el modelo, se identifican los procesos críticos y las responsabilidades requeridas dentro de la estructura organizacional; se relevan los circuitos informales para la operación y la toma de decisiones; y se determina la alineación de las capacidades, competencias y perfil de la persona con las demandas del puesto actualizadas, incluyendo la proyección de las habilidades a futuro.

El estudio identifica una serie de brechas a distintos niveles y, a partir de ellas, una priorización y plan de acción para recuperar el nivel de desempeño o ampliarlo. En uno de los casos mencionados al comienzo, por ejemplo, hubiese permitido delegar responsabilidades del gerente de Operaciones, de manera que se pudiera dedicar al traspaso de un depósito a otro.

Resulta fundamental que las personas que realicen

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