LA PROPUESTA TOTALITARIA DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

LA PROPUESTA TOTALITARIA DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

“Si se nace de sexo femenino, no significa un destino social de mujer”, esta frase fue dicha por Judith Butler, una feminista que ha incursionado en el mundo de la literatura mediante obras tales como “Trouble dans le genre. Pour un féminisme de la subversión”. Recalco su condición de feminista, pues es justamente en esta corriente donde nace el “género” como ideología. Sin embargo, este feminismo no busca una igualdad entre el hacer y el actuar del hombre y de la mujer, es decir, no basa su criterio de acción en la necesidad de erradicar la idea de “la subordinación de la mujer ante el hombre” (Elizabeth Montfort, 2013). Se trata de un feminismo totalmente desnaturalizado, y que en palabras de la propia autora del libro que antecede, se trata de elaborar «una política feminista que no esté basada ya en la identidad femenina».

Es decir, esta corriente feminista elimina totalmente los fines para los cuales aspiraba tener repercusiones reales en la sociedad (como lo es eliminar cualquier clase de dominación del hombre sobre la mujer); se aparta de estos y propone una corriente en la que la mujer se libere de todo determinismo biológico que la “condene” a actuar siempre como mujer únicamente porque así nació; lo cual supone negar contundentemente la naturaleza que se nos es dada y exaltar las aspiraciones individuales que tienen como base ideas desarraigadas de lo que por mérito de la razón y libertad conocemos. En provecho de estas ideas “feministas”, que más parecen actuar de excusas para obrar irracionalmente, es que se extiende la idea de eliminar “la condena de actuar como mujer porque así nací”, a la comunidad masculina.

Es así que “género” supone el producto de un constructivismo cultural y social que es altamente aleatorio y responde a la individualidad de las personas; negando la naturaleza humana que proporciona ineludiblemente la identidad femenina o masculina.

La intención de la conocida ideología de género, no es más que crear una conciencia social de desligue o desapego del hombre de su orden natural sexual (que lo consideran como una imposición social que supone la erradicación de la libertad individual), para dar paso a la supremacía de poder escoger el propio género erradicando características biológicas, las cuales no suponen un condicionamiento para actuar en orden a como nacimos. Y las consecuencias que trae esta exaltación a la “libertad de escoger” de cada individuo se ven reflejadas en todo aspecto de la sociedad; y es en mérito de esta que se debe entonces, reconstruir, o más bien, “de-construir” instituciones como la familia, el matrimonio, la maternidad, entre otros; además que promueve la «diversidad sexual» en la que se diluiría toda diferencia entre hombre y mujer (Renzo Paccini, 2015); y así, al ser imposible distinguir entre hombre y mujer, entonces toda forma de relación entre ellos tiene idéntico valor antropológico.

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