LA RELACIÓN DE RESILIENCIA EN SISTEMAS NATURALES Y SOCIALES

LA RELACIÓN DE RESILIENCIA EN SISTEMAS NATURALES Y SOCIALES

Desde sus orígenes el concepto de resiliencia, como un término nuevo, el cual surge a mediados del siglo pasado, se adopta desde las ciencias duras (física y osteología), el cual se ha incluido en el campo social y ambiental (Quintero Velásquez, 2005); diferentes autores han planteado varias definiciones para este, Grotberg, 1995 indica que es la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad, por otro lado, Vanistendalae, 1998 lo plantea como, la capacidad del ser humano para hacerse más fuerte a la adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas. En un contexto más simple,  la resiliencia en el campo social y natural, se puede definir como la capacidad o habilidad de un sistema de auto-organizarse y auto-regularse.

Una forma clara de entender la resiliencia, puede ser realizando una comparación con el cuerpo humano, un bosque, experimento con roedores, e incluso la infancia. La manera en que podemos entender este concepto es precisamente con la exploración de nuestros propios límites como sistema.

Como lo indica Walker, 2012, los sistemas son entidades auto-organizadas, los cuales están compuestos por otros subsistemas relacionados entre sí, donde los limites determinan, que tanto estos pueden cambiar, sin perder su identidad.

En los años 60, la resiliencia como concepto invadió el campo socio-ambiental y en la última década, ha sido relacionado directamente con la teoría de sistemas y pensamiento integral sistémico, lo cual hasta el día de hoy, es objeto de nuevas investigaciones y desarrollo de  nuevas teorías sobre esta temática (Watts y Bohle, 1993); (Forés i Miravalles & Grané, 2008).

De la misma forma, la resiliencia, ha sido relacionada con el desarrollo sostenible, debido a que esta se ha convertido en un término esencial e importante para el análisis de los diferentes factores que componen a los sistemas, lo que permite tener una visión holística sobre el estado en el cual se encuentran estos y sobre los límites que pueden llegar a soportar, esto con el fin de garantizar la gestión de los recursos naturales para asegurar su uso continuado y su disponibilidad en el tiempo (Jiménez, 2002).

Teniendo en cuenta lo anterior la resiliencia socio-ambiental se puede determinar de acuerdo a la relación de la sociedad con la naturaleza, ya que estas son interdependientes, lo que quiere decir, que las acciones sociales afectan de un u otra manera a los ecosistemas, y el efecto o impacto sobre estos, afecta directamente a la sociedad, como consecuencia de sus acciones teniendo en cuenta además en el espacio tiempo (historia).

Por lo tanto se debe hablar de la resiliencia socio-ambiental, como una nueva disciplina, la cual debe tener en cuenta distintas dimensiones de análisis, dentro de estas se encuentran: la económica, ecológica, social y política, ya que dentro de la sociedad se desarrollan diferentes dinámicas que se comprometen el uso y aprovechamiento de los recursos naturales por medio de las actividades humanas, las cuales, en su mayoría están reguladas por legislación y contribuyen al desarrollo económico de los países (Adger, 2000).

Como se mencionó anteriormente la resiliencia puede llegar a aplicarse a diferentes sistemas sociales y naturales, ejemplos tales como la capacidad de una población a adaptarse a la escasez de agua, o de una especie animal a adaptarse al cambio climático, el caso de la exposición de un niño a ambientes difíciles y su proceso de adaptación y futura propensión a enfermedades, esto a escalas sociales podría traducirse en aquellas sociedades que han sufrido el rigor de las guerras frente a aquellas cuyas historias han sido pacíficas, o aquellas que han construido economías fuertes a partir de avances tecnológicos y conocimiento antes la ausencia de recursos naturales, o han tenido desastres naturales frente aquellas que viven en una aparente normalidad.

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