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LOS “BORRADORES” COMO PROCESO REPARADOR DE LA ESCRITURA


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2015  •  Tutoriales  •  2.945 Palabras (12 Páginas)  •  140 Visitas

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LOS “BORRADORES” COMO PROCESO REPARADOR DE LA ESCRITURA

“La escritura de un texto implica un número infinito de borradores”

Jorge Luis Borges

(...) Uno de los aspectos neurálgicos del área de Lenguaje, Comunicación y Literatura lo         constituye, sin duda, el aprendizaje de la escritura por parte de las y los alumnos; pero generalmente el problema no está en ellos, sino en         la manera como las y los docentes asumen con frecuencia los procesos         escriturales en el aula, por lo cual es pertinente mencionar, por lo menos, algunos de los comportamientos que alejan a la o el docente de lenguaje de la escritura como proceso:

  • No se tienen en cuenta las diferencias socioculturales de las y los alumnos. Está ampliamente demostrado que la competencia escritural de las y los estudiantes está estrechamente relacionada con el entorno familiar y concreto         en que se desenvuelven.
  • Se pretende que las y los estudiantes escriban sobre temas ajenos a su realidad e intereses.
  • Inconsciente o conscientemente se les envía a las y los alumnos el siguiente mensaje en clave: “La escritura es para unos pocos privilegiados que tienen vocación para ella”. Mensaje que parecen inferir a plenitud porque nuestras aulas de clases están llenas de estudiantes “mutilados” ante el papel en blanco.
  • Se asume la enseñanza de la escritura privilegiando y sancionando policivamente la formalidad gramatical, lo cual produce angustia e interfiere en la generación de ideas por parte de quien escribe.
  • Se pretende que la y el estudiante escriba textos acabados desde el primer         intento sin tener en cuenta que la escritura es un proceso complejo y gradual que requiere volver sobre los borradores para mejorarlos poco a poco.
  • La falta de escritura por parte de las y los docentes como ejemplo digno de emulación por sus estudiantes.
  • La falta de integración que muchas veces existe en el interior del área de Lenguaje Comunicación y Literatura o de Lengua Castellana, como se la conoce también, donde las y los docentes asumen la lectura y la escritura como         tópicos aislados de los demás aspectos de la lengua.
  • El desconocimiento de soportes teóricos por parte de la y el docente, acerca de la escritura, que iluminen su quehacer práctico y, por otra parte, le permitan validar su quehacer empírico.

En consecuencia, el ambiente de la clase de español frente a la         palabra escrita no es atractivo para las y los educandos, quienes se desmotivan y muestran aversión al papel en blanco.

Se hace necesario entonces, concienciar al educando de que su crecimiento escritural no es responsabilidad exclusiva del docente, que él debe participar activamente en el proceso para poder conseguir resultados positivos. En este sentido es necesario guiar a las y los estudiantes hacia la autotransformación de borradores por medio de un sistema de convenciones, determinado junto con las y los estudiantes, que recoja las falencias más sentidas         del curso, establecidos a través de la observación directa y el registro por parte de la o el docente.

Mediante las convenciones la o el profesor puede señalar a la o el estudiante en qué párrafo, oración o palabra existen fallas (también puede tomarse el texto como totalidad) para que este desentrañe, individualmente, con la ayuda de las y los compañeros o docentes, el error que se señala con la  convención.

CORRECCIÓN DE TEXTOS EN EL AULA

“...No hay secreto ni magia en la actividad de escribir...”

      Daniel Cassany

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ofrece la siguiente definición de corrección: “Alteración o cambio que se hace en las obras escritas o de otro género, para quitarles defectos o errores, o para darles mayor perfección”.

Según esta definición, el proceso de corrección consta de dos operaciones diferentes:

  1. Búsqueda de defectos, errores o imperfecciones.
  2. Revisión o reformulación de éstos.

Según Daniel Cassany[1], hay que hacer la diferencia entre evaluación y corrección, el primero es el más conocido, que consiste en avisar de los errores, el segundo, es el proceso o el diálogo de elaboración del texto entre la o el estudiante, el escrito y la o el maestro: “El objetivo principal de corregir es que el estudiante comprenda las imperfecciones cometidas y que las reformule, de manera que no se repitan en el futuro. Con este fin, se emplean técnicas y recursos variadísimos: marcas para identificar tipos de errores, uso de diccionario, auto corrección, corrección entre alumnos, etc.” (CASSANY, 2000: 26).

Por tanto, la corrección debe transformarse en un proceso continuo. La y el docente recordará que es un aprendizaje lento y, por consiguiente, largo. Pero no por ello debe ser penoso ni fastidioso. Si logramos que la y el estudiante lo sienta necesario, tendremos una buena parte del problema resuelto.

¿Cómo corregir?

Quizás sea el elemento que más nos pueda interesar a las y los profesores. Para ello es necesario distinguir error de falta. EL ERROR se produce cuando hay un desconocimiento de la regla, de la palabra, etc. LA FALTA se comete cuando el escritor está distraído o cuando está acostumbrado a escribir de una determinada manera. Esta distinción nos lleva a dos líneas diferentes de tratamiento de las incorrecciones, porque quien cometa faltas no necesitará saber más sobre el tema lingüístico para corregirlas, solo tendrá que poner más atención, más conciencia. En cambio, solo con atención no se conseguirá subsanar los errores.

Villalobos Torres (1998) en su artículo “El error como aprendizaje” señala que el equivocarse es una oportunidad para el aprendizaje. Con el error la o el estudiante se da cuenta que ante el aprendizaje no puede ni debe adquirir actitudes superficiales, y por lo tanto, ofrece una coyuntura para la autocrítica y para inferir la necesidad de aprender de los errores y fracasos.

La estrategia de aprendizaje a partir del error permite a las y los estudiantes comprender que cuando están comunicando sus ideas en sus escritos es común cometer inadecuaciones sintácticas, semánticas o léxicas y que este análisis es una oportunidad para aprender y buscar alternativas de solución. Las y los alumnos descubrieron que los errores cometidos en sus textos son parte del proceso de aprendizaje y no una marca negativa que solamente penaliza su calificación. Además, se involucran más en su proceso de aprendizaje y con la guía de la o el maestro buscan estrategias que les permitan superar sus errores.

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