LOS NUTRIENTES COMO MOLECUALS DE SEÑALIZACION.

LOS NUTRIENTES COMO MOLECUALS DE SEÑALIZACION

La capacidad de detectar los nutrientes y de adaptar las respuestas fisiológicas a la disponibilidad de nutrientes y características permitidos organismos para aumentar sus oportunidades de sobrevivir y ampliar su progenie: en una palabra, para evolucionar. Esta capacidad se convirtió en relevante para los mamíferos hembras, en particular con advenimiento placenta: metabolismo de la energía y la fertilidad comenzaron a ser conectada firmemente y recíprocamente regulada para adaptar la producción y el almacenamiento de energía a los requisitos de la reproducción. Por tanto, parece claro que los nutrientes no pueden considerarse simplemente una fuente de energía, sino que ejercen un papel bioactivo; de hecho, los nutrientes representan las principales señales de organismos, que el comportamiento no puede prescindir del medio ambiente, ya que deben aprovechar los recursos nutricionales disponibles. De acuerdo con este punto de vista, una cantidad cada vez mayor de la literatura demuestra la importancia de la modulación dependiente de alimentos de la actividad de los receptores nucleares, que se ha establecido y mejorado durante la evolución. Capacidad nutriente en la modulación de la actividad de los receptores nucleares se produce principalmente a través de la regulación de la transducción de señales de los respectivos caminos regulados. Por ejemplo, es bien sabido que los ácidos grasos son los inductores naturales de PPAR (receptores activados por el proliferador de peroxisomas alfa, beta y gamma), receptores nucleares que regulan la transcripción de genes implicados en la diferenciación celular, el desarrollo, el metabolismo, y la tumorigénesis.

Como ácidos grasos para PPARs, otras clases de nutrientes pueden actuar como agonistas de otros factores de transcripción, tales como la glucosa para el receptor alfa X del hígado (LXR) o aminoácidos para ER. Por otra parte, algunas de estas vías son mucho más interconectado, como se ha demostrado por diferentes estudios que destacan la importancia de la diafonía entre LXR y PPAR para la modulación de la lipogénesis hepática o entre LXR y FXR (FXR), que regula los ácidos biliares, esteroles y los ácidos grasos, los cuales, a su vez, son los activadores de FXR, LXR y PPAR, respectivamente. Todos estos receptores nucleares tienen un papel fundamental para la fertilidad femenina, apoyando así la posibilidad de que clase específica de nutrientes puede contribuir a la coordinación del metabolismo energético y la actuación de la fertilidad como moléculas sobre estos receptores de señalización.

LOS HIDRATOS DE CARBONO Y AZÚCARES Y LA FERTILIDAD FEMENINA

La fuerte relación entre la disminución de la sensibilidad a la insulina y las mujeres infertilidad observada en los diabéticos y mujeres PCOS sugiere que la cantidad y la calidad de los carbohidratos en la dieta pueden influir en las funciones reproductivas. La existencia y el mecanismo de la correlación entre los azúcares y reproducción, en mujeres premenopáusicas sanas, están lejos de ser completamente aclarada: en la literatura, están presentes muchos datos contradictorios. Por un lado, algunos estudios han demostrado que la calidad de la cantidad de carbohidratos de la dieta podría estar asociado con la infertilidad ovulatoria entre las mujeres nulíparas. El mecanismo podría ser principalmente atribuible a la disminución de la sensibilidad a la insulina que conduce a un aumento de los niveles de IGF-I libre y andrógenos, reproduciendo así algunas de las características clínicas típicas del síndrome de ovario poliquístico. El impacto de los carbohidratos en el eje HPG ha sugerido en un estudio longitudinal realizado en mujeres, donde una baja en grasas, dieta alta en carbohidratos disminuyó significativamente los niveles sanguíneos de E2 y P4 y aumentó los niveles de FSH y la relación de FSH: E2 , independiente de la edad y el peso. Los niveles de E2 más bajos y los ciclos menstruales más largos observados en mujeres sometidas a esta dieta en parte reflejan los cambios en los años que preceden a la menopausia. Por otro lado otros estudios no encontraron ninguna asociación significativa entre la ingesta dietética de estos macronutrientes y los niveles plasmáticos de esteroides sexuales. Estas discrepancias podrían basarse en el protocolo adoptado diferentes (de admisión y fuentes de carbohidratos, la duración del tratamiento) y de la magnitud del estudio. Los principales efectos de la alta ingesta de hidratos de carbono podrían estar mediados principalmente por la insulina y su vía de señalización, lo que afecta el eje HPG. Una explicación cautivador sugiere que el deterioro del proceso ovulatorio no se debe a la mayor ingesta de hidratos de carbono per se, sino más bien podría estar relacionada con el hecho de que el consumo de carbohidratos creciente es a expensas de las grasas naturales, que ejercen un efecto beneficioso sobre ovulatorio función. Incluso si el consumo de hidratos de carbono y azúcares-fructosa en particular líquidos, como en bebidas endulzadas con azúcar (SSB) -se decreciente, la ingesta media entre las mujeres premenopáusicas siguen siendo superiores a las recomendaciones y podrían afectar el proceso reproductivo. Las dietas altas en carbohidratos / azúcares conducen a la dislipemia y la resistencia a la insulina, lo que provoca trastornos hormonales y ovulatorios, sin embargo, muy pocos estudios han evaluado los efectos de la energía que contienen las bebidas en los niveles hormonales y la función ovulatoria en las mujeres premenopáusicas. Un estudio demostró que la ingesta de hidratos de carbono de alto está asociado con un mayor riesgo de infertilidad por anovulación: índice glucémico de la dieta se relaciona positivamente con esta condición en una cohorte de mujeres aparentemente sanas. Sin embargo, otros estudios no encontraron ninguna asociación entre SSB y hormonas reproductivas premenopáusicas o, aunque mostraron una asociación entre la ingesta de azúcares y estradiol libre y total folicular elevada, los niveles hormonales alterados no interfieren con la ovulación en las mujeres premenopáusicas sanas sin trastornos ovulatorios. Esta discrepancia podría, una vez más, ser debido a las limitaciones en los estudios, como los pequeños tamaños de muestra y / o la evaluación inadecuada de las variables nutricionales y hormonales.

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