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La Accesión


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2013  •  1.878 Palabras (8 Páginas)  •  274 Visitas

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EL FACTOR ECONÓMICO Y LA CRIMINALIDAD.

LA ECONOMÍA EN NUESTRA CULTURA El tipo de valor que se coloca en el trono, dominado a los demás, varía según el momento cultural en que se vive; si lo religioso ocupó el centro de la vida individual y social en la Edad Media y si lo estático fue lo más altamente apreciado en ciertos momentos del Renacimiento, hoy lo económico se ha convertido en eje de la vida, sobre todo social, fuente de polémicas teóricas y de contraposiciones prácticas.

El factor económico ha de tener enorme repercusión en la conducta humana general, incluyendo el crimen. Lo mismo sucedía con lo religioso en la Edad Media, o los nacionalismos del siglo pasado.

No se trata sólo de teorías. La propia realidad nos muestra ejemplos de pobreza exagerada o de exageradas acumulaciones de dinero; críticas que suelen llegar al terreno de los hechos; huelgas y represiones frecuentemente conducidas fuera de los causes de la legalidad; actividades delictuosas -por lo menos formalmente delictuosas- contra el estado y las autoridades, para imponer tal o cual sistema económico y reemplazar al que se considera caduco e injusto; crisis más o menos periódicas que provocan cierres de fábricas, quiebras y desocupaciones gigantescas; padres que, al no poder sostener a su familia, pierden autoridad y provocan la desunión en la misma; procesos inflacionarios y -raramente- deflaciones; alzas de precios y baja real de los salarios; clima de descontento propicio al desorden y tantas otras condiciones sociales que sin duda se hallan estrechamente ligadas con el régimen económico, aunque no exclusivamente con él.

Sin embargo, aunque importante, el factor económico no es el único que determina la conducta humana; a su lado, coactuando, se encuentran otras fuerzas sociales que, a veces, en el caso concreto, pesan más que la economía y sus inmediatas consecuencias; y, desde luego están también las causas biológicas y psíquicas.

POBREZA Y DELITO.

La insuficiencia de medios económicos con que cubrir las necesidades, ha sido comúnmente acusada de aumentar el número de delitos y de conductas antisociales en general.

La desproporción entre lo que se necesita y la capacidad para alcanzarlo tiene consecuencias mucho más complicadas que las que se podría pensar en un primer momento.

Ya el siglo pasado, Von Mayr creyó descubrir una estrecha relación entre el precio del trigo y el número de hurtos; para él cada real de aumento en el precio del primero se manifiesta en un hurto más; y al revés, cuando el precio del trigo descienda. Si se compara los índices comerciales -que no depende de un solo dato sino de la combinación de varios- es hoy posible comprobar una relación proporcional entre tales índices, por un lado, y los delitos contra la propiedad, y la prostitución como por otros.

Por ejemplo, en la primera posguerra, la malta y la cerveza eran caras y de mala calidad; por tal razón, se las consumía menos y se produjo una baja en la delincuencia causada por el alcoholismo.

En la apreciación de la pobreza y de la baja de los precios hay que considerar también los casos de desocupación colectiva; entonces hay precios bajos; sin embargo sus influencias beneficiosas sobre la criminalidad son anuladas y hasta superadas porque no se cuenta ni siquiera con lo necesario para cubrir esos precios bajos.

DELITOS ECONÓMICOS Y CAUSAS ECONÓMICAS.

Se suelen calificar de económicas los delitos que vulneran bienes de ese tipo. Pero es claro que, por un lado, no toda la delincuencia económica tiene su origen es causa de igual género; por otro, que la delincuencia no económica se puede tener causas de este género. Esta verdad deriva necesariamente; la supresión o alteración de algunos factores económicos que hoy impulsan a la delincuencia, no traerá la desaparición de esta sino simplemente su transformación, disminución y en ciertos supuestos, su aumento.

Tomemos el primer caso: delincuencia económica no debida a causa de este tipo; es el caso en que por celos, por deseo de venganza, se hunde por medios delictivos a un rival, se incendian sus propiedades, se atentan contra su crédito.

INFLUENCIA DE LA INSTRUCCIÓN COMO FACTOR CAUSAL DEL CRIMEN.

Es indudable la fundamentación de que la actividad delictiva se desarrolla con mayor frecuencia en el sujeto de menor instrucción que en el que tiene cierto grado de ella. En estados con una esencia cultural menor subsiste la gran mayoría de procesos penales, gran cantidad de sujetos que solo cursaron los primero 4 años de instrucción primaria y en los estados con índice cultural escaso encontramos la gran mayoría de reos que han delinquido sin tener ninguna instrucción

La ausencia de instrucción origina el atraso cultural y en muchas veces el atraso económico, pues comúnmente se ha establecido aquello de que (El derecho penal es el derecho de los pobres y de los ignorantes) Sin embrago esta situación puede variar pues existen delincuentes con un alto índice intelectivo y otros con situación de instrucción mayor, pero en el nivel de porcentaje podremos encontrar que subsisten las ideas de que estos pueden ser casos de excepción. Es común encontrar en los grafitos en las instituciones penitenciarias puestos por los reclusos aquello de que:

Este es un lugar reservado para los hombres pobres y las mujeres feas; esta condición ha probado por muchos años la idea sobre la condición penitenciaria, a grado tal de que al que no tiene instrucción y refleja una ignorancia manifiesta se le ha llamado «carne de presidio» para determina que de ellos se encuentran llenos los reclusorios del mundo.

Es lógico presupuestar la instrucción apegada al crimen ya que las estadísticas nos gran pare de los delincuentes llevan adelante su actividad dañosa sin pensar en las consecuencias.

INFLUENCIA DE LA INSTRUCCIÓN EN EL CRIMEN.

• Sujeto con menor instrucción:

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