La Civilizacion De La Imagen
Luciaalvarez6 de Marzo de 2012
6.588 Palabras (27 Páginas)1.082 Visitas
COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL
TEMA 1.
LA CIVILIZACIÓN AUDIOVISUAL.
Introducción a la CAV. TEMA 1 2
1. - DE IMÁGENES Y SONIDOS.
Nuestro mundo es un mundo de imágenes y sonidos. Nos rodean, nos envuelven. Somos en las
imágenes y sonidos. Pero siempre ha sido así. No lo dudes, que no te engañen: siempre el ser humano se ha
movido entre imágenes y sonidos. Recuerda lo que has estudiado en historia hasta ahora.
En la cueva de Cogull se han encontrado estas pinturas realizadas
hace miles de años por esa humanidad que hemos denominado
prehistórica. Casi seguro que no nos resulta difícil imaginar que ellos y
ellas se sentarían cerca de esta pared, iluminados por antorchas, ¿habría
silencio o escuchamos desprenderse desde el recuerdo de piedra sonidos
guturales, sonidos oscuros, cavernosos?
Siempre ha habido imágenes para contarle algo a alguien, para educarle,
para socializarle (transmitirle normas, pautas de conducta, creencias...). Por
ejemplo, en la Edad Media, cuando la mayoría de la gente era absolutamente
analfabeta, el recurso a la imagen fue una constante. Las catedrales e iglesias, los
escasos libros, todo ello profusamente ilustrado. Casi me atrevería a decir que
entonces, más que ahora, el mundo era un mundo de imágenes. Si había que
transmitirles la idea del pecado original, con un Adán seducido por una Eva que ya
en su mirada muestra todo el poder de la mujer fatal, se pintaba esto que, por
ejemplo, se encontró en una pared de una iglesia de Urriés, en el Pirineo aragonés,
perteneciente al s. XIII.
Imágenes y sonidos. Hoy, desde luego, multiplicados por todo lo que
quieras. Santos Zunzunegui1 escribe:
“Más del 94% de las informaciones que el hombre contemporáneo, habitante de las
grandes urbes, recibe se analiza a través de los sentidos de la vista y del oído; más del
80%, específicamente, a través del mecanismo de la percepción visual”
Carteles publicitarios, TV, cine, fotografía,... Un mundo para los ojos. Michel Tournier, en una preciosa
novela2 nos describe la aventura de un norteafricano en Francia, fascinado por las imágenes. En un momento de
la novel, uno de los personajes le dice, casi le grita, a este joven seducido por las nuevas Medusas: “Existía
para tus ojos, pero no para tus manos. Aquí todo es para los ojos,
y nada para las manos. Los escaparates, como el cine o la
televisión, son para los ojos, ¡sólo para los ojos!. Son cosas que
tendrías que entender. ¡Y lo antes posible, mejor!”. Hay que entenderlo lo
antes posible: vivimos en un mundo escaparate-cajita de música.
Mundo escaparate.
Y como nos recordaba el director alemán de cine, Win Wenders, las imágenes no son jamás inocentes,
todas reclaman algo de nosotros, todas nos piden, nos exigen algo.
Mundo de maravillas. Celofán y neones. Sonidos que, unidos a las imágenes, las dotan de otra magia,
de un poder de penetración bestial, terrorífico según se piense (o se mire). Como prueba basta que repases una
colección de anuncios. Imágenes cada vez más cuidadas, pequeños relatos cada vez más cine en supercorto, y
música, música que te envuelve. El poder de los sonidos también es notable en nuestro mundo (y siempre, cómo
no caer en la hipnosis de percusiones africanas con miles de años de antigüedad). Las músicas de los anuncios
son algo más que un acompañamiento musical, muchas veces acaba convirtiéndose en un hit, en un éxito de
ventas. Por ejemplo esta canción que se utilizaba para “animar” un anuncio de una compañía aérea
norteamericana: la canción en concreto, “Adiemus”, dio paso a un disco titulado, como no, “Adiemus. Songs of
1 ZUNZUNEGUI, S. “Pensar la imagen”. Ed. Cátedra.
2 TOURNIER. M. “La gota de oro”. Ed. Alfaguara.
Introducción a la CAV. TEMA 1 3
Sanctuary” (de Karl Jenkins y Mike Ratledge). El disco fue todo un boom. Tanto que dejó su secuela:
“Adiemus II”.
• Escucha la canción. Cierra los ojos. No sé si recuerdas el anuncio. Intenta
ponerle imágenes. ¿Crees que puede ser un sonido adecuado para un
anuncio de líneas aéreas?. ¿Por qué?
Mundo escaparate. Mundo cajita de música. Regalos para los ojos y para los oídos. Pero nuestra
vida cada vez más se identifica con una realidad que ya no tiene el lenguaje como límite (tal y
como quería el filósofo Wittgenstein), sino la vista.
Para terminar este primer punto, lee este artículo que apareció en la revista “Caja Negra”, en su primer
nº (la versión que te ofrezco es la que aparecía en Internet):
Las imágenes inundan nuestra cabeza, asaltan nuestros ojos y
se han convertido en el lenguaje dominante del mundo
contemporáneo. Para lograrlo se han pertrechado de una batería
interminable de instrumentos generadores y reproductores. La
fotografía inició el vínculo entre imagen y tecnología, una
relación clave que no ha cesado de sumar variantes de éxito
progresivo y ascendente. Cámaras digitales y ordenadores de última
generación se combinan con la telecomunicación y la ingeniería
electrónica para captar y transmitir imágenes a todos los rincones
del planeta, con satélites que nos riegan desde el espacio con sus
barridos saturados de canales. Cada innovación técnica lejos de
suplantarla, convierte en clásica la aplicación anterior, le
otorga un valor añadido y se van sumando al festival de imágenes
que nos rodean. Así, la fotografía, el cine, la televisión y ahora
la imagen digital, se adueñan de más momentos del día, de más
horas de la vida.
Vivimos un tiempo en que la representación ha llegado a ser
más relevante que la realidad. Las imágenes que reproducen el
mundo físico son más eficientes y más fieles para darnos
información sobre lo que nos rodea. Se ha construido un universo
en el que los referentes ideales no existen más que en los
monitores y en las ilustraciones impresas, no habitan entre
nosotros. El modelo al que aspiramos, el motor de nuestras
fantasías y el objeto de deseo no son de este mundo, no están
hechos de carne y hueso: su unidad de medida es el "pixel", el
"frame" o el fotograma. Los cánones de belleza los determinan las
fotografías de las/los modelos más que las propias personas que
ejercen el oficio. Valoramos más y entendemos mejor la imagen que
el original.
La comunicación visual ha llegado a ser tan potente y masiva
y genera un ruido tan ensordecedor que bordeamos la saturación
definitiva que impida asimilar sus contenidos. Las imágenes nos
apuntan desde todas las perspectivas, traducen nuestras fantasías,
dirigen nuestros deseos y alimentan nuestros fantasmas. El hombre
había soñado siempre con crear un idioma artificial que se pudiera
extender por todo el globo y lograr la comunicación internacional,
desde el utópico esperanto hasta los lenguajes de ordenador. Pero
ya existe un idioma universal. No hay manifestación más potente y
extendida que la cultura de la imagen. Capta la atención de los
bebés que aún no saben hablar, hipnotiza a los pueblos menos
desarrollados y conoce registros para seducir a los más
cultivados. No repara en sexo, raza o edad: nadie esta a salvo de
su poder.
Introducción a la CAV. TEMA 1 4
La cultura visual que ha triunfado en la segunda mitad del
siglo XX fue impulsada inconscientemente por la iglesia católica
desde el Renacimiento, al utilizar la obra de pintores y
escultores como herramienta de propaganda religiosa frente a la
reivindicación luterana del libro. Imposible adivinarlo cuando los
iconoclastas bizantinos y protestantes luchaban contra la semilla
de lo que resultaría ser, para bien o para mal, la manifestación
triunfante del tercer milenio.
Actualmente, la presencia en los medios es sinónimo de éxito
social. Nadie es más famoso que las estrellas de la pantalla o los
ídolos musicales. Pero lo que nos llega de ellos no es más que un
reflejo, sus imágenes en los monitores o sus fotografías en la
prensa. Las imágenes superan con creces las cualidades humanas,
porque a la materia prima de los simples hombres y mujeres que les
ceden sus rostros, suman el perfeccionamiento millonario de
producción y postproducción que acompaña cualquier puesta en
escena mediática. Ningún mortal puede competir con la omnipotencia
de la imagen. El misterio, la abstracción intangible, la
fascinación onírica del mundo de las imágenes se eleva muy por
encima de la existencia terrenal del pesado mundo físico.
Las imágenes alimentan nuestros magnetoscopios mentales,
encienden nuestra fantasía diurna y se cuelan en nuestros sueños
nocturnos. Nos presentan una realidad paralela con la que es más
fácil lidiar, porque somos nosotros quienes aparentemente la
activamos o despachamos. Nos entregamos a su merced y cuando
queremos, cerramos la revista, apagamos el monitor o evitamos la
...