La Comida Que Salvará Su Vida.
diana59323 de Octubre de 2011
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La comida que salvará su vida. Los 100 alimentos esenciales.
Möller, Erwin. Editorial Grijalbo. 1998.
En la actualidad, tenemos frente a nosotros un monstruo mucho mayor y temible que el SIDA. Le hemos perdido el miedo a fuerza de convivir con él desde hace décadas. Este monstruo se llama “Males degenerativos”, y al igual que la hidra mitológica, ha resultado difícil de exterminar. Cualquiera de sus cabezas es capaz de aniquilarnos: infartos, diabetes, cáncer, hipertensión, embolias, etc., y es común encontrarnos a personas que han sido afectadas por alguna de ellas, tanto que ya no nos asombra y no ponemos en práctica los métodos de prevención, mismos que son muy conocidos.
No obstante que se sabe cómo prevenir dichos males, solo unos cuantos han aprendido cómo enfrentar esos males, y a menudo la práctica es incompleta o errónea, ya que antes que un tratamiento hay que practicar la prevención. No hay que olvidar que el mejor médico no es el que extirpa un cáncer de raíz, sino aquel que evita que el tumor surja (Sun Tzu, 1995. El arte e la Guerra). Cuando los pacientes observan que su médico fuma, toma y consume muchos alimentos procesados, piensa que eso es correcto y muchas veces prefieren enfermarse que renunciar a sus hábitos de toda una vida.
La prevención practicada correcta y oportunamente, corta de tajo las mortíferas cabezas de esa hidra moderna que son los males degenerativos, por lo que tenemos que aprender a conservarnos razonablemente saludables a través de una buena alimentación o a tomar las medidas nutricionales adecuadas para recuperar nuestra salud, si es que la hemos perdido. Así que lo primero que hay que hacer, es efectuar ciertos cambios en lo que ingerimos, es decir que debemos nutrirnos y no solo saciar nuestro apetito, fortalecernos y no solo satisfacer nuestros antojos. La alimentación moderna ha degenerado mucho, ya que permite la vida, más no la salud; y no hay que olvidar que la salud futura está en la alimentación actual, y que muchos de nuestros trastornos actuales se gestaron en lo que hemos venido comiendo desde hace años. Ejemplos:
• Hasta 1940, la diabetes era desconocida entre los esquimales de Alaska. Con el creciente consumo de refrescos, pastelillos y alimentos azucarados, actualmente hay tantos diabéticos esquimales como entre los anglosajones.
• En Japón, donde se consume poca grasa saturada y nada de carnes frías, la incidencia de cáncer de seno es apenas de 20% con respecto a Estados Unidos. Pero las japonesas que emigran a Hawai, con los años acaban padeciendo cáncer mamario en la m9isma proporción que las estadounidenses.
• Algunos grupos religiosos evitan el azúcar, el pan blanco, las carnes rojas y los alimentos industrializados; y como resultado tienen una incidencia menor de enfermedades cardiovasculares.
También una baja ingestión de alimentos benéficos (o los evitamos con frecuencia):
El ajo contiene sustancias antibióticas tan poderosas como los mejores antimicrobianos actuales. Crudo, cocido o en extracto es eficaz contra la tuberculosis, el cólera, la disentería, el paludismo, etc.
• La ingestión frecuente de sardinas o arenques puede abatir hasta en 30% el riesgo de sufrir un infarto y la presión arterial elevada hasta en un 7% (similar a los medicamentos hipertensivos sin producir efectos secundarios).
• La soya es lo más cercano a un antídoto contra el cáncer, contiene cerca de cinco sustancias capaces de evitar el crecimiento de un tumor o de revertir la conversión de células premalignas en malignas. Además, presenta una actividad antiesteroidea complementaria capaz de bloquear cánceres dependientes de las hormonas: de seno y de próstata.
El ABC de la alimentación.
Comer y beber son necesidades básicas para el organismo, y al ingerir agua y alimentos, estamos satisfaciéndolas en más de una forma. A los alimentos se les reconocer un valor energético que se mide en calorías, pero para estar sano necesitamos algo más que puras calorías. Un hombre podría conservarse vivo pero no sano, si consumiera un solo tipo de alimento. Por ejemple, si necesitáramos 2700 calorías diarias las podríamos obtener de 675 gr de azúcar, o 300 gramos de tocino.
Pero una dieta así sería una locura nutricional y causaría un deterioro a la salud y a la larga, quizá nos costaría la vida, ya que el azúcar proporciona puros carbohidratos y el tocino, grasa exclusivamente. Además de esos dos nutrientes, el organismo requiere de otros de igual importancia: las proteínas, las vitaminas, los minerales y el agua. Es decir, que necesitamos ingerir la misma clase de sustancias que componen nuestro cuerpo, para que las estructuras se reconstruyan y se mantenga sano.
Hay alimentos muy completos como la soya y el germen de trigo, considerados así por que proporcionan los principales nutrientes y otros elementos adicionales como la fibra dietética y los fitonutrientes. Otros como el yogurt, son incluso fuentes de microorganismos benéficos que mejoran nuestra flora intestinal. Solo unos cuantos alimentos como el azúcar y el tocino, así como el vino, el café y el vinagre están desbalanceados y proporcionan pocos o ningún nutriente en cantidades significativas.
Las sustancias que necesita nuestro cuerpo se clasifican en seis grupos: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua, y de acuerdo a la cantidad que de ellos necesita se les divide en macronutrientes y micronutrientes. Los primeros se miden en gramos y son los carbohidratos, las proteínas, las grasas y el agua, mientras que los segundos se miden en miligramos, microgramos o unidades internacionales (UUI) y son las vitaminas y los minerales.
Las grasas y los carbohidratos proporcionan energía y las proteínas y el agua son estructurales, ya que forman parte de la composición del organismo a través de células, tejidos y los líquidos intra y extracelulares, además de que se les asigna una función reguladora en las reacciones químicas que permiten la vida (metabolismo). Aunque a veces, las proteínas también son utilizadas como fuente de energía o como sustancias reguladoras; algunos carbohidratos y grasas dan estructura al cerebro, y hasta la vitamina A forma la retina del ojo.
Como podemos darnos cuenta, todos los nutrientes son necesarios para el correcto funcionamiento del organismo y es difícil decir si un grupo es más importante que otro, ya que todos son imprescindibles para conservar la salud y la vida, y cabe mencionar que también son necesarios los nutrientes accesorios, la fibra dietética y los fitonutrientes. Así pues la selección de alimentos y la variedad y combinación en que se consuman, es la clave para una buena nutrición, además de incluir frutas y verduras y disminuir o evitar al máximo el consumo de alimentos procesados.
Lo que debemos saber sobre …
Agua. No tiene valor calórico y sus funciones principales son de tipo estructural y regulador. Es imprescindible para el cuerpo pues no hay reserva de ella, pues es eliminada constantemente en la respiración, la orina, las heces y el sudor. Así que hay que recuperar el agua perdida constantemente, aunque también la recibimos por medio de los alimentos. Los requerimientos cotidianos de agua varían de acuerdo a las condiciones del organismo y la actividad física que se realice, o si estamos estresados, ansiosos, a dieta, si viajamos, la lactancia y hasta beber alcohol o mucho café.
Es importante no esperar a sentir sed para rehidratarnos, pues cuando esto sucede es porque ya perdimos más del 1% y algunas funciones están siendo afectadas. Cuando la pérdida es del 2% la orina se oscurece y el volumen disminuye, y si llega a 3% hay fatiga y la resistencia muscular disminuye. Cuando alcanza un 4% la orina se reduce al mínimo, hay mareos y falta de concentración y coordinación. Y cuando va más allá, la debilidad aumenta, aparecen calambres musculares, hay dolor de cabeza y puede haber desmayos.
Pese a lo anterior, hay que tener cuidado al elegir el líquido para rehidratarnos, pues casi siempre contienen carbohidratos añadidos, además de que si traen más del 9%, la absorción del líquido se retarda. En realidad las bebidas “para deportistas” no son tan buenas como se predica y no necesitamos más que agua simple cuando hacemos ejercicio moderado, pero si son atletas de alto rendimiento su uso sí es benéfico. Hay que estar muy atentos a la deshidratación, ya que en adultos no se presentan signos claros de ella, sino más bien se evidencia a través del estreñimiento, cálculos renales y problemas circulatorios.
No hay que olvidar que los riñones necesitan mucha agua para extraer las toxinas de la sangre y formar la orina, por lo que una dieta mal llevada o el uso de “fajas para adelgazar” puede llevarnos a una deshidratación, al igual que la ingestión de alcohol, pues para su procesado se necesita agua. Cabe mencionar que cuando consumimos fibra dietética es necesario tomar más agua, pues ésta es necesaria paraqué cumpla su función (por cada cucharada de salvado, es necesario un vaso extra de agua).
Carbohidratos. Son conocidos como azúcares o glúcidos, son el combustible principal de nuestras células, ya que las grasas son el combustible de reserva. El cuerpo solo quema grasas cuando los carbohidratos disponibles se agotan. Los carbohidratos más conocidos son el azúcar común, el almidón, la glucosa, la lactosa, la fructosa y la galactosa; y no todos son
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