La Deuda Interna

En esta película se puede ver claramente cómo desde niño cualquier actividad humana cumple con una o varias funciones en el seno del grupo, de la cultura o de la sociedad en la que se desarrolla, ya sea los niños que desde pequeño también son padres, trabajan con el cuidado de las ovejas, un docente que en un momento de la película llega a cumplir rol de padre. La escuela que cumple funciones sociales, de lo contrario no tendría razón de ser. En sociología el concepto de función tiene un primer sentido que designa las tareas, los deberes o las responsabilidades de una persona que ocupa un puesto o practica una profesión. Al hablar de las funciones sociales de la educación, es la contribución que aporta un elemento a la organización o a la acción del conjunto del que forma parte (Rocher, 1983). Hay una escena que me marcó desde la primera vez que vi la película; es cuando regresan al pueblo el maestro y el niño, de la capital de su provincia, Verónico dice "estuvimos en Argentina". Así se marca claramente el sentimiento de una sociedad en abandono y exclusión que viven miles de niños.

Lamentablemente para los argentinos es casi natural hablar de deuda externa, es un concepto que lo traemos incorporado desde nuestro nacimiento. Sin embargo, no pasa lo mismo con la deuda interna. El diccionario nos dice que es la parte de la deuda nacional o pública de un país cuyos acreedores son parte de sus ciudadanos, en otras palabras lo que le debemos a la misma gente.

A estos changuitos la Argentina les debe: una vivienda digna, asistencia médica en caso de enfermedad y prevención en otros casos, vestimenta adecuada a las inclemencias del lugar, alimentación variada y segura cada día, acceso a una educación de calidad y los elementos que la misma requiere, tiempo para jugar, ya que el “trabajo de pastor” desde muy chicos no les deja disfrutar de su niñez, entre otras ocupaciones, como la de ser padres de sus propios hermanos.

Otra escena memorable en la película, se da cuando llega al poblado una radio para escuchar el Mundial 78, y aparecen banderitas argentinas que con inocencia los niños se preguntan qué significaba que en el palito dijera Made in Taiwan. Como explicarles a esos niños que un señor llamado Martínez de Hoz, se le había ocurrido que para bajar el precio de los productos nacionales, había que abrir la importación, que eso generaría según él, un beneficio para todos.

La realidad nos demostró que sólo generó más deuda externa, fábricas cerradas, gente desocupada, pobreza, exclusión....

Una película muy buena, para reflexionar sobre el país profundo, paisajes y de una sociedad que nos hablan de una enorme soledad.

“Toda la felicidad pública de un Estado depende en gran parte de las primeras semillas que se siembran

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