La Educaion Para El Siglo XXI

La nueva globalización: hacia una sociedad de valores no mercantilistas.

Se conoce la globalización como el proceso económico, tecnológico, social y cultural a escala planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global (Wikipedia).

Analizando este concepto, encontramos que la globalización no solo abarca los temas económicos sino, también otros ámbitos que en gran medida están relacionados entre si. Lo tecnológico ha acortado distancias, pero al mismo tiempo ha generado una crisis social y cultural en cuanto al hecho de que cada vez más, los humanos se aíslan de sus semejantes al dar al contacto físico un segundo lugar y poner por encima de esto al ciber contacto.

La educación para el siglo XXI debe centrarse en desarrollar individuos emocionalmente inteligentes, capaces de vivir en armonía y en paz con sus semejantes. La globalización debe verse en esta época, no como una oportunidad mercantilista para generar dinero, sino como la oportunidad de compartir información, conocimientos, donde cada persona sabe quién es, de donde viene y como se ve a futuro.

La crisis de valores por la que estamos atravesando, es el tema común en todo nuestro planeta. La preocupación por lo que pueda suceder con nuestra especie, si no se toma conciencia sobre el daño que hacemos tanto a nosotros mismos como individuos, como a nuestro entorno se evidencia cada vez más. Una muestra clara de esto es que cada día se crean ONG´s que buscan defender, cuidar o rescatar aquello que el mismo hombre está dañando o ha dañado.

Los humanos por naturaleza, somos seres sociales, nos gusta interactuar y compartir con otros, pero la era de las nuevas tecnologías ha sobrepasado lo humano dando campo abierto a las llamadas enfermedades del alma, que no son otra cosa que la manifestación física de las inconformidades y frustraciones que nuestra mente va archivando y que no dejamos ir simple y sencillamente porque no fuimos instruidos emocionalmente para procesar todo lo negativo que pasa por nuestras vidas y que a corto, mediano o largo plazo nos termina enfermando el cuerpo.

Si cada país del mundo se preocupara no solo por la parte económica, sino por incluir en los currículos educativos la catedra de inteligencia emocional, tendríamos ciudadanos más preparados para afrontar cualquier dificultad que en la vida se le pudiera presentar; un ciudadano feliz tiene más posibilidades de aportar cosas positivas tanto a su país como al resto del mundo.

Es el momento de cambiar nuestro estilo de vida, la riqueza de las naciones no debe medirse por la cantidad de oro o dinero que exista en sus arcas si no, por la calidad de gente que tiene como ciudadano y los aportes que cada integrante haga en su entorno para el progreso de su región.

El impacto que la mundialización ha traído consigo en sectores como el laboral, gubernamental, educativo y cultural, ha impulsado a las universidades de hoy a desarrollar el campo de la investigación, relacionarse con diferentes sectores de la sociedad y estimular la educación a distancia.

Es un hecho que la globalización ha cambiado al mundo, pero de los integrantes de cada sociedad depende la utilidad que le demos a esta. Si todos los ciudadanos se comprometieran con cambiar su entorno siendo más solidarios, cooperativos y participativos, sería esto el comienzo para luchar contra de las políticas Neoliberales que han sumido al mundo entero en una era de consumismo y mercantilismo, lo que ha conllevado a que exista más inequidad por cuanto la exclusión, la acumulación de riquezas en contados sectores y el aumento de la pobreza son claras consecuencias de la globalización neoliberal.

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