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La Expedicion Academica

patriciasantos20 de Marzo de 2014

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LA EXPEDICIÓN PEDAGÓGICA Y LAS REDES DE MAESTROS:

OTROS MODOS DE FORMACIÓN

María del Pilar Unda Bernal*

Alberto Martínez Boom*

Marta Judith Medina Bejarano**

Universidad Pedagógica Nacional

Colombia

1. Expedición Pedagógica en Colombia: una mirada sobre la diversidad y

riqueza pedagógica. No hay una única escuela, no hay una sola manera de

ser maestro

Cuando intentamos un acercamiento a las diferentes maneras de hacer escuela y de ser maestro

que tenemos en nuestros países, como lo estamos haciendo actualmente en Colombia con la

Expedición Pedagógica Nacional, resulta inevitable reconocer esa otra escuela - en plural - que

emerge desde las prácticas, los saberes, los deseos y las búsquedas de unos maestros que, en

medio de condiciones no siempre favorables, interactúan críticamente con las demandas que les

plantea la institucionalidad educativa, las condiciones concretas de las poblaciones con las cuales

trabajan y las características de la época.

Realizando viajes a través de veredas, pueblos y ciudades de diversas regiones, cerca de 700

maestros viajeros y otros tantos que participan a lo largo de las rutas, se encuentran realizando la

Expedición Pedagógica Nacional, una de las más ricas experiencias de los últimos años que, combinando

la movilización social por la educación y la construcción colectiva de una mirada sobre la

diversidad y la riqueza pedagógica, ha consistido en un amplio despliegue de desplazamientos

físicos por nuestras regiones, pero sobre todo en una serie de desplazamientos en el orden del

pensamiento, pues se ha producido un encuentro con las más variadas y singulares prácticas pedagógicas

realizadas por maestros que, como ellos, intentan afirmar posibilidades de vida distintas,

desde la escuela.

* Este trabajo ha sido presentado por María del Pilar Unda Bernal en la 46a Aasamblea Mundial del International Council on

Education for Teaching (ICET), Santiago, Chile, 23 a 27 de julio de 2001 y, con algunas variaciones y actualizaciones, es presentado

por la autora en el Seminario sobre formación de maestros, por invitación del Ministerio de Educación de la Argentina, 27 y 28

de noviembre de 2003.

* Profesora Universidad Pedagógica Nacional, Coordinadora de la RED de Cualificación de Educadores en Ejercicio e integrante del

Equipo de Coordinación Nacional de la Expedición Pedagógica.

* Profesor Universidad Pedagógica Nacional, Facultad de Humanidades.

** Integrante del Equipo de la RED-CEE de la Universidad Pedagógica Nacional

Serie «Encuentros y Seminarios»

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Serie «Encuentros y Seminarios»

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«La Formación Docente entre el siglo XIX y el siglo XXI»

En la fugacidad y el encanto que producen los viajes, los maestros participantes se han interrogado

de múltiples maneras sobre sí mismos y han iniciado un proceso de desciframiento desde

otras claves, sorprendiéndose y conmoviéndose, emergiendo con ello otras maneras de pensarnos,

otras posibilidades, otros rumbos: ¿En qué consisten nuestras prácticas pedagógicas? ¿En qué

condiciones se realizan? ¿De qué maneras hacemos escuela? ¿Cuáles son nuestras maneras de ser

maestros? ¿Qué saberes circulan en nuestras escuelas? ¿Cómo nos estamos formando? ¿Estamos

haciendo investigación pedagógica? ¿Cómo se relacionan las investigaciones con nuestras prácticas?

¿Cómo estamos conformando comunidades de saber?

Resulta sorprendente el énfasis puesto sobre el reconocimiento y registro de experiencias que

rompen con los esquemas incorporados en los imaginarios sociales sobre la escuela, implicando en

ello múltiples procesos en el aula, en sus instituciones, en su entorno social inmediato y en el de las

comunidades regionales, sobre las cuales los centros educativos tienen su radio de acción. Pocas

veces aparecen referencias a prácticas rutinarias, repetitivas, transmisionistas y memorísticas, pero

sabemos que éstas también tienen presencia en nuestras escuelas. Algunos viajeros han expresado

durante el proceso de producción de saber su cansancio e insatisfacción con la mirada simplificadora

que se tiene de ellos, como hacedores de una escuela tradicional, rutinaria, vacía y sin sentido,

expresión de una mirada enjuiciadora sobre sus propias prácticas como maestros.

En un primer despliegue dominado fundamentalmente por la acción - organización de equipos

regionales, movilizaciones, formación de equipos de maestros expedicionarios, preparación y realización

de viajes, contactos con los maestros en los lugares por donde pasan las rutas, reconocimientos,

desplazamientos, intercambios de experiencias, visitas, foros, actos culturales – se registran

a través, ya sea de la fotografía, del video, de la escritura, del dibujo, de la piel, múltiples

visiones de lo que acontece en la educación y particularmente en la escuela.

Después de este primer despliegue, y mientras se continúan o se inician otros viajes, hemos

producido un relevo que consiste en una re-lectura de los registros realizados a lo largo de las rutas

expedicionarias, en un intento por convertir la experiencia de los viajes y toda la riqueza, pluralidad

y multiplicidad de las experiencias, en saber pedagógico. Con ello se intenta dilucidar y realizar un

mapa de la diversidad pedagógica que se manifiesta de tantas maneras en: experiencias pedagógicas

que traen al aula distintas aproximaciones a un determinado contenido ‘rompiendo con la

dictadura del texto y de las editoriales’, introduciendo disciplinas y contenidos no convencionales

en las escuelas, trabajando ‘por proyectos’ que favorecen la articulación de distintos saberes alrededor

de un tema, una problemática, una idea, una pregunta; introduciendo formas diversas de

abordar los conflictos, pensando la escuela como un ámbito de los proyectos de vida en aquellas

escuelas de las comunidades indígenas y afrocolombianas.

Se desdibujan las llamadas ‘fronteras’ de la escuela, encontramos un entramado de actores y

escenarios que, en ocasiones, no permite diferenciar cuál es su ‘adentro’ y dónde comienza el

‘afuera’, con lo cual se replantean las maneras de entender la relación escuela-comunidad, siendo

estos dos escenarios simultáneamente afectados por la manera como se realizan allí las prácticas

pedagógicas, entendiendo que las escuelas en nuestras sociedades cumplen un papel cultural amplio,

o como expresan los expedicionarios en uno de los documentos: «el encargo social de la escuela no

queda satisfecho sólo con impartir conocimiento a estudiantes»1

1 Documento de sistematización Eje Cafetero. (2000). (MIMEO).

Serie «Encuentros y Seminarios»

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Mesa: «Aproximaciones a experiencias extranjeras en la Formación Docente.

Formación, capacitación, perfeccionamiento, actualización»

La tensión entre posiciones múltiples y variadas, donde coexisten lo nuevo y lo viejo en un

mismo maestro, en un mismo centro escolar, nos muestra una escuela viva, atravesada por vectores

con distintas orientaciones y magnitudes de fuerza, movida por sus actores, los cuales a su vez

tienen distintas maneras de entender y realizar sus prácticas, de entender y realizar los ‘cambios’.

Se ensayan y se asumen relaciones diferentes con el conocimiento, con los contextos, con el poder;

procesos diferenciales de subjetivación y de construcción de lo colectivo.

Con todo ello, hoy nos encontramos agrupando toda esta producción en una colección de

mapas que nos permitan una aproximación a lo local y a la vez a lo regional y nacional; un atlas que

nos ayude a responder cuestiones de lugar, de tiempo, de modos, que hoy son fundamentales para

producir una lectura no convencional de nuestras escuelas y de nosotros mismos.

Tenemos ahora numerosas evidencias de prácticas pedagógicas, ricas y muy variadas, que rompen

con los formatos con los cuales aún hoy se continúan esquematizando y estigmatizando al

maestro y a la escuela, en un modelo que se ha generalizado ya sea por los medios de comunicación,

por las políticas y por no pocas investigaciones educativas que se hacen sobre las escuelas y

los maestros.

Precisamente han sido cierto tipo de miradas que se han construido desde paradigmas definidos

por la investigación educativa, las que han construido tipologías, categorías, esquemas y en

general, interpretaciones, que han mutilado y han cercenado la potencia del ser maestro. Eso sería

lo de menos, si el maestro no se reconociera en esas maneras que se le proponen para reconocerse.

Ahí está el nudo gordiano del problema, la investigación ha construido un espejo pero el maestro

no está ahí, su imagen está minimizada, disminuida, desdibujada, allí es sujeto de carencias solamente,

sujeto que necesita, sujeto que depende. Quienes construyen estos imaginarios y desde el

lugar que ellos los construyen, establecen un perfil de su condición, definiéndole a su vez cómo se

hace educación, precisamente al maestro que es quien hace la práctica. Al reconocerse en esas

definiciones

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